Un nuevo informe detalla, cómo, en los últimos diez años, funcionarios chinos han apoyado el tráfico multi-millonario de cuerpos humanos el cual involucra ciudadanos chinos y la plastinación de sus cadáveres, un procedimiento que reemplaza los fluidos líquidos con polímeros para preservar el tejido. La evidencia sugiere que la vasta mayoría de las víctimas son practicantes de Falun Gong.
El informe sale a la luz junto con una cantidad importante de evidencia y una creciente atención al tema de los trasplantes forzados realizados por los hospitales militares chinos, nuevamente teniendo como víctimas principales a los practicantes de Falun Gong.
La Organización Mundial para Investigar la Persecución a Falun Gong (WOIPGF), publicó el reporte el 24 de noviembre. Afirma que China se ha convertido en el exportador más grande del mundo de especímenes humanos, el cual, pasado por el proceso de plastinación se puede llegar a vender a 800.000 dólares.
La evidencia sugiere que los cuerpos en su mayoría son aprovisionados por seguridad pública. La fuente de los cadáveres no son los criminales ejecutados, sino, prisioneros de consciencia de campos de trabajo forzado y centros de lavado de cerebro, según el reporte.
El informe corrobora mediante llamadas telefónicas grabadas con funcionarios del gobierno, publicaciones de universidades médicas, avisos de compañías de plastinación chinas y la expansión de campos de trabajo forzado para ubicar a los practicantes de Falun Gong detenidos.
Gran parte de la evidencia implica específicamente al ex jefe del partido comunista, Bo Xilai, y su esposa, Gu Kailai. Bo controlaba numerosos campos de trabajo forzado cercanos a las instalaciones para plastinar cuerpos humanos en China.
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