[Minghui Net] En 2005 fui liberada de un encarcelamiento ilegal. Mi marido no solo se rehusó a irme a buscar al centro de trabajos forzados sino que no me dejó volver a nuestra casa. Dijo que estábamos divorciados, pero nunca recibí notificación alguna de divorcio. Eventualmente, mi segundo hermano mayor me llevó a su casa. Más tarde alquilé un departamento.
En 2006 conocí a la hija de la hermana de mi suegro. Me dijo que su madre, una diabética de salud muy débil, ahora había sufrido una hemiplejía. Luego de escuchar esto decidí visitarla y aclararle la verdad acerca de Falun Gong. Quería que ella recordara las palabras “Falun Dafa es bueno” y “Verdad, Benevolencia y Tolerancia es bueno”. Como el hermano más chico de mi suegro también vive en un pueblo cercano decidí visitar a ambos.
Cuando me preparaba empecé a preocuparme. ¿Rehusarán verme porque mi esposo y yo hemos estado divorciados por cuatro o cinco años? Pensándolo bien tenía que hacer esto para ayudarlos a tener un mejor futuro. Además, tenían una relación predestinada conmigo. Cuando estaba casada con su hijo eran amables y se preocupaban por mi. Ahora que había obtenido el Fa, ¿Cómo podía no hablarles acerca de la práctica? Debo ir. Me recordé: “No voy a hablar sobre rencores personales. Solo les voy a aclarar la verdad acerca de la persecución y sobre lo valioso que es Falun Gong”. Le pedí a Shifu que reforzara mis pensamientos rectos.
Un día antes de partir un compañero practicante me pidió que lo ayudara a encontrar un plomero. Me pregunté: “¿Es esto para que yo cancele mi visita o es una interferencia? Razoné: “Si el propósito de la visita es justificar mis acciones, entonces, no debería ir y el plomero no va a estar dispuesto a esperar mi regreso. Si mi corazón es puro y el propósito de mi visita es darles un buen futuro, el plomero no va a tener tiempo ahora, y yo sabré que debo ir a visitar a la hermana de mi suegro”. Me dije: “Si voy allí a salvar gente, no voy a hablar acerca de asuntos personales”.
Al día siguiente al ir a buscar al plomero me dijo que estaba ocupado pero que repararía el caño al día siguiente. Por ende, compré algunos regalos, empaqué algunos materiales para aclarar la verdad sobre Falun Gong, y tomé al ómnibus para ir a ver a la hermana de mi suegro.
Usé billetes con palabras que aclaraban la verdad para comprar el boleto del ómnibus. Y a lo largo del camino entregué materiales que aclaraban la verdad. Esta era la primera vez que tomaba un ómnibus a ese lugar y no sabía dónde me tenía que bajar. Justo en ese momento una mujer comenzó a hablarme y me preguntó adonde iba, y a quien iba a visitar. Le dije que iba a visitar a una tía y le indiqué el lugar que iba a visitar. Me dijo que me bajara en el siguiente cruce y que caminara hacia el sur. Incluso, le dijo al conductor del ómnibus que parara en la intersección. Yo realmente sentí que Shifu estaba al lado mío alentándome y cuidándome.
Cuando llegué allí dije: “Tía”. Entonces la puerta se abrió y la hermana de mi suegro me invitó a pasar. Como no se podía mover mucho la ayudé. Después de una breve introducción fui directamente al grano.
Le dije que Shifu enseña Falun Gong para que la gente pueda ser salvada, que Falun Gong le enseña a la gente a ser buena, que los practicantes no matan, y que piensan antes en el prójimo y que no son para nada como se dice en la TV.
Me preguntó: “¿Odias a tu suegra y a tu suegro? Le dije: “No, no los culpo. Están siendo engañados. Como cultivadora necesito eliminar cualquier resentimiento”. Continué: “Me enteré que tu salud no estaba muy bien por eso vine a verte. Eras muy amable conmigo y te preocupabas por mí. Ahora que practico Falun Gong te quería contar sobre las maravillas de Falun Gong. Lo quería compartir contigo”. Saqué algunos folletos y se los di. Ella dijo: “Yo ya los tenía. Alguien los pasó por debajo de mi puerta”.
Empezó a hablarme de su marido. Le dije: “No hablemos de esas cosas. Hablemos solo de Falun Gong”. Le dije acerca de la importancia de renunciar al partido comunista chino (PCCh). Le pregunté si había escuchado que el renunciar la iba a mantener a salvo cuando el PCCh se desintegrara. Me respondió: “¡Entiendo! Me uní a la Liga de jóvenes pioneros así que, por favor, ayúdame a renunciar usando mi verdadero nombre”. También le dije: “Recita con sinceridad ‘Falun Dafa es bueno’ y ‘Verdad, Benevolencia y Tolerancia es bueno’. Esto es bueno para tu recuperación. Has renunciado al PCCh y entendiste que Falun Gong es bueno. Estás bendecida. Mi Shifu te va a proteger”. Estaba muy conmovida y me dijo: “Muchas gracias. Falun Dafa es bueno. Verdad, Benevolencia y Tolerancia es bueno”. Sus ojos estaban llorosos mientras decía: “Tu Shifu es muy bueno, y tiene una muy buena discípula. Has aprendido Falun Gong, de otra forma no habrías venido a verme”.
“Tu primo me contó que habías aprendido Falun Gong y que para mejorar tu nivel ibas a matar a cualquier persona cercana a ti, que no tenías más una vida, etc.”. Le pregunté si ella creía eso y dijo: “Le creí. Pero te veo así ahora; es diferente de lo que me dijo tu primo. Ya no creo más eso”. “Veo que prestas atención a los detalles. Tú sabes que soy diabética y que no puedo comer dulces, entonces me trajiste cosas sin azúcar. Todo lo que me trajiste es bueno para mi salud, no como tus primos ellos no se preocupan tanto. Compran cosas con leche y azúcar, simplemente las traen y no se preocupan si las como o no”. Le dije: “Nuestro Shifu nos dice que pensemos primero en los demás, incluso en asuntos pequeños”. Me respondió: “Dale gracias a tu Shifu, Falun Dafa es realmente bueno”. Vi que entendió los hechos , entendió que Falun Gong está siendo perseguido, y que el PCCh ha acusado falsamente a Falun Gong.
Le dije: “Tía, yo quiero visitar a mi tío. Hace años que no voy allí y no sé donde lo puedo encontrar”. Ella se alegró de que yo quisiera visitarlo, entonces dijo: “¡Bien! Es tan amable de tu parte que hayas pensado en nosotros. Él va a estar muy contento de verte”. Me explicó como llegar allí.
Cuando llegué, vi que mi tío estaba por cerrar la puerta: “Tío, ¿todavía me recuerdas?” Él dijo, “Sí, sí, ¿Por qué estás aquí?” Le dije que había venido a hacerle una visita. Inmediatamente abrió la puerta y me invitó a pasar.
Le dije: “Estoy aquí para aclararte la verdad acerca de Falun Gong. Por favor no creas en lo que dice la malvada propaganda del partido. El partido está encarcelando y persiguiendo a Falun Gong”. El dijo: “Yo sé que Falun Gong es bueno, no estoy en contra de él”.
Le pregunté si se había unido al PCCh o a alguna de sus asociaciones afiliadas. Dijo: “No, nunca fui a la escuela, nunca me uní a nada”. Le dije: “Eso es bueno. Aquellos que en algún momento se unieron tienen que renunciar ahora”. También le dije que recitar “Falun Dafa es bueno, y Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno” frecuentemente, le otorgaría bendiciones. Respondió alegremente: “OK, voy a recitar Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno todos los días”.
Después de un rato volvió su esposa. Primero la saludé, luego también le aclaré la verdad acerca de Falun Gong. Mi tía tampoco lee. Me dijo que escribiera “Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno” en un pedazo de papel, así ella también le podía decir a su hijo y a su nuera que recitaran esas frases. Mi tío le dijo: “Ella todavía piensa en nosotros y nos vino a visitar. Yo sé que ella no habría venido aquí si no fuera porque está practicando Falun Gong”. Entonces me preguntó: “¿Estoy en lo cierto? ¿Tu Shifu de Falun Gong te dijo que vinieras a visitarnos?” Le dije: “Mi Shifu me dijo que viniera y les aclarara la verdad sobre Falun Gong. Una vez que entiendes la verdad, serás salvado por Dafa”. Luego de escuchar esto, me dijo: “Gracias, Shifu de Falun Gong”.
Las esposas se abrieron milagrosamente
El año pasado estudié menos el Fa y entonces mi xinxing no estaba tan bien, tenía fuertes apegos al miedo a hacer cosas. Varias veces tuve malentendidos con otro compañero practicante y como resultado, las viejas fuerzas sacaron ventaja de esa brecha. La policía me siguió y finalmente me arrestó.
Los oficiales de policía tomaron mi llave y entraron a mi casa y a la de una compañera practicante. Registraron nuestras casas ilegalmente y nos arrestaron. Fuimos llevadas a un centro de lavado de cerebro. Para ese entonces me di cuenta de mis apegos y mis nociones humanas. Le pedí Shifu que enderezara mis pensamientos rectos. Seguí enviando pensamientos rectos para eliminar la maldad en otras dimensiones y negar los arreglos de las viejas fuerzas y la consiguiente persecución. No quería que otros practicantes quedaran implicados porque yo no lo había hecho bien. Al mismo tiempo le pedí a Shifu que nos salvara a mi compañera practicante y a mi.
Por la noche el oficial de policía a cargo me interrogó. Me rehusé a cooperar con él. Le pregunté por qué me habían arrestado y me dijo algo que no tenía ningún sentido: “Alguien informó que estabas corriendo por todos lados con cosas”. Negué su acusación y me rehusé a cooperar.
Mi compañera practicante y yo fuimos detenidas en una misma celda mientras dos oficiales de policía nos monitoreaban. Ella tenía pensamientos rectos muy fuertes y no tenía miedo y me indicó que teníamos que salir de ahí. Pero yo tenía miedo, estaba preocupada de que la policía nos golpeara si nos volvían a capturar. Con la ayuda de Shifu fortaleciendo mis pensamientos rectos y con el aliento de mi compañera practicante, eliminé mi miedo. Los dos oficiales se quedaron dormidos. Yo estaba usando tacos altos y estaba esposada. La otra practicante se marchó primero y yo la seguí. Yo no paraba de decir “Shifu, Shifu” en mi corazón. En ese momento vi que la otra practicante ya estaba lejos. Me iluminé inmediatamente: “Shifu me está queriendo decir que no debo tener miedo porque estamos caminando en otra dimensión. La policía no nos podría alcanzar”. Había tres perros en la entrada del centro de lavado de cerebro que no paraban de ladrar. Pero con la ayuda de Shifu, pudimos dejar ese centro.
Primero nos escondimos en un callejón sin salida para evitar a la policía. Pensé que las esposas era muy inconvenientes. Entonces cayeron de mi mano izquierda, pero no de la derecha. La otra practicante tenía miedo de que me hiciera daño y me dijo que no me preocupara. Me sugirió que me cubriera la mano con una tela. Yo le dije que se iba a salir. Entonces toqué muy suavemente la esposa y se cayó. Estábamos muy contentas, “Maravilloso, ¡muchas gracias Shifu!”. De nuevo sentí que Shifu estaba junto a nosotras.
Después de esta experiencia realmente sentí que todos los Dafa dizi deben estudiar más el Fa, usar el Fa como su maestro, y cultivarse diligentemente.
¡Gracias Shifu!
¡Gracias compañeros practicantes!
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Categoría: Aclarando la verdad