[Minghui Net] Estoy en la senda de la práctica de la cultivación hace 15 años, desde que empecé a practicar Falun Dafa en 1997. No puedo describir cuán profundamente aprecio la misericordia de Shifu. Todo lo que puedo hacer es cultivarme bien y coordinar bien con otros practicantes de manera tal que formemos un solo cuerpo y así salvar más gente. Las siguientes son mis experiencias para compartir con mis compañeros practicantes.

A comienzos de 2003 falleció mi padre. Él practicaba Dafa, pero lo dejó después del 20 de julio de 1999 por temor al régimen comunista. Más tarde, se enfermó. Shifu intentó iluminarlo varias veces durante sus sueños pero él no lo pudo comprender. Finalmente nos dejó. Para ese entonces, la pensión de mi madre era de sólo 400 yuanes al mes. Yo estaba desempleada y con un hijo de 8 años. Mi esposo había sido sentenciado a 10 años de prisión por haber cometido un crimen. Aunque la vida era muy dura nunca cambié mi opinión sobre practicar Falun Dafa. Los principios de Dafa son como un bote que me ayudan a navegar en el mar de la vida.

La pensión de mi madre no podía mantener a toda la familia así que comencé a buscar un trabajo. Estaba dispuesta a tomar cualquier trabajo sin importar cuan duro fuera mientras me diera tiempo para estudiar el Fa y para llevar a mi hijo al colegio y poder recogerlo. Un mes más tarde, con la ayuda de mi vecino, encontré un trabajo como empleada de limpieza. Era perfecto para mí y lo he realizado durante 8 años desde entonces. 

Cada día llevaba a mi hijo a la escuela temprano por la mañana, después iba a la empresa y limpiaba todo. Al terminar volvía a mi casa a estudiar el Fa con mi madre. Por la tarde hacía el almuerzo antes de ir a buscar a mi hijo. Luego del almuerzo llevaba a mi hijo al trabajo conmigo. Cuando terminaba de limpiar llevaba otra vez a mi hijo al colegio y volvía a mi casa a estudiar el Fa nuevamente. Por la noche iba al colegio a buscar a mi hijo. Ningún otro trabajo me hubiera permitido balancear todo tan bien. Le estaba agradecida a Shifu por arreglar tan buen camino para mí; todo era de lo mejor.

Dafa me dio mayor sabiduría, por lo que podía culminar todo con la mitad del esfuerzo. El gerente general dijo que yo hacía muy bien mi trabajo. Se suponía que no iba a tener un bono por las vacaciones pero el gerente general me dio un bono. Al tercer mes aumentaron mi salario.

Como practicante encontré alegría en los tiempos difíciles. Hice todo estrictamente de acuerdo con Dafa. Me esforcé para evitar desperdiciar recursos. Por ejemplo, si el trapo de piso estaba dañado, intentaba arreglarlo. Aunque no tenía un supervisor directo me disciplinaba muy estrictamente. Le hice ahorrar mucho dinero a la compañía.

En septiembre de 2003 mi empresa se mudó a un nuevo edificio. Mi carga de trabajo aumentó y se unió más personal de limpieza. Me preguntaba cómo enfrentar la nueva situación. Pensé que debía cultivarme mejor con estos cambios. Cuando vino una colega el primer día le hablé francamente sobre mi vida y mi creencia. Estaba muy sorprendida y dijo: “No te ves como alguien que haya sufrido mucho. Por tu risa pensé que eras una persona muy feliz. Si esas cosas me hubieran pasado a mí, nunca sonreiría”.

Mi horario cambió. Todavía podía llevar a mi hijo al colegio e irlo a buscar, pero tenía que estudiar el Fa en mi empresa en lugar de mi casa. Sin embargo, la otra empleada de limpieza seguía hablándome e interrumpiéndome, así que envié pensamientos rectos para eliminar las cosas malas detrás de ella. Gradualmente dejó de hablar tanto cuando yo estudiaba el Fa. Algunas veces le contaba historias sobre cultura tradicional. Le gustaba mucho escucharlas. También recitaba “Falun Dafa es bueno”, y se volvió más y más saludable. Su temperamento mejoró y los problemas en su familia disminuyeron.

En agosto de 2005 organicé un sitio de producción de materiales para la familia. Mi compañía nuevamente cambió el horario, y tenía medio día libre. Tenía tiempo suficiente para aprender como administrar un sitio de producción de materiales de otros practicantes que vivían en otro pueblo. Como quería aprender a hacer materiales que aclararan la verdad Shifu me ayudó. Si había algo que yo no sabía, habría otros practicantes que lo sabían. Muy pronto aprendí como bajar archivos, como instalar un sistema y reparar máquinas, como hacer libros, etc.

Conseguí más tiempo disponible, sin embargo, ello trajo aparejado conflictos. Mis colegas siempre ocupaban mi tiempo y dejaban una pesada carga de trabajo para mi turno. Pero en mi camino de cultivación, aprendí que nada pasa por accidente. Yo sabía que debía elevar mi xinxing. Cuando me sentía resentida recitaba los poemas Hong Yin de Shifu. Cuando los otros veían que yo era la única que estaba trabajando, preguntaban: “¿Dónde está la otra?”, yo respondía calmada: “Ella se está encargando de otra cosa”.

Un día a finales de año, el gerente general me dijo: “No eres como tu colega. Sabemos que trabajas duro”. Yo sonreí y no dije nada. Más tarde, me dijeron que fuera a buscar algo. Me dieron una bolsa de arroz, una bolsa de harina, una canasta de aceite para cocinar, y 500 yuanes de bono. Yo sabía que era Shifu alentádome.

El director de la oficina sabía que yo practicaba Falun Dafa y quiso hablarme. Le conté cómo me había beneficiado de Dafa. No me dijo nada. Un día fui a su oficina, estaba leyendo una novela de artes marciales en Internet. Me dijo: “Comparado con tu Shifu: ¿quién tiene mayores destrezas?”. Le contesté muy seriamente: “Respeto mucho a mi Shifu”. Después de eso, nunca más volvió a hacer esa clase de broma.

Había otras cuatro mujeres que compartían conmigo la sala de recreo. Les aclaré la verdad sobre Dafa y las ayudé a renunciar al partido comunista y sus organizaciones asociadas. Una señora escuchó el audio con las lecciones de Shifu. Otra está leyendo Zhuan Falun.

Cualquier cosa que hacía en el trabajo seguía estrictamente los requerimientos de Dafa, porque si no hacía las cosas bien, entonces la gente pensaría que Dafa no era bueno.

En la vida diaria los conflictos eran inevitables. Al principio me unía a discusiones sin darme cuenta de esto. Pero más tarde me di cuenta que debería prestar más atención a cultivar el habla. Miré las razones por las cuales me unía a las discusiones y encontré mis apegos.

Cuando surgían problemas familiares o con otros colegas, persuadía a la gente para que fueran más tolerantes y valoraran el tiempo juntos. Durante los 8 años de trabajo en esta compañía, nuestro departamento de servicios nunca le reportó ningún conflicto al departamento superior y nunca sumó trabajo extra a los directivos. Mi gerente general está muy satisfecho con mi trabajo y siempre dice a los otros departamentos: “Si todos trabajaran como Xiuhe, la vida sería más fácil”.

Trabajando diligentemente y siendo tolerante con los otros, hizo que todos nos lleváramos muy bien. Una vez el gerente general nos invitó a cenar. Elogió que hubiésemos creado un ambiente de trabajo estable y que tuviéramos una forma recta de pensar. Al final me dijo: “Eres realmente diligente”. Yo sabía que era Shifu alentándome.

 

Versión en inglés: http://en.minghui.org/html/articles/2012/9/15/135427.html