Hace tiempo, uno de los coordinadores de Shen Yun en Austria me pidió ayudar con el desfile de modas Hanfu. Una actividad de apoyo a la venta de entradas para Shen Yun en Viena. Mi función era mostrar los trajes y también maquillar a las modelos. Accedí, pues entiendo la importancia de ayudar a Shen Yun. Pero por dentro, aún dudaba de mí misma, sobre si podría hacerlo, etc. Soy muy tímida y la idea de caminar por una pasarela frente a los ojos de los asistentes era muy difícil para mí. Pero traté de pensar en por qué lo hacemos y cumplí la promesa de ayudar a los demás compañeros. Unos días antes de salir hacia Viena sentía presión y agitación en mi mente. Pero traté de rechazarlas.
Después de llegar a Viena, estudiamos con los practicantes el Fa y tuvimos entrenamiento para el desfile Hanfu. La practicante que nos enseñó las técnicas requeridas nos dijo que para dicha formación el tiempo mínimo es de uno o dos fines de semana. Teníamos mucho menos tiempo. También dijo que, para mí, como practicante occidental -las otras modelos eran chinas- sería difícil aprender y sentir los movimientos requeridos. Realmente era así y comencé a dudar una y otra vez de si podría hacerlo. Se reflejaría también en mi representación. Algunos practicantes me aconsejaron tener más seguridad en mí misma, pero era muy difícil encontrar la confianza en mí. Trataron de apoyarme y al final me ayudaron a superar la mayor parte.
El primer día de pasarela se desarrolló sin contratiempos, por fin lo hicimos y los practicantes que presentaron el espectáculo estuvieron también muy bien. Todo fue armonioso y sentí que hicimos un buen trabajo, mucha gente común tuvo la oportunidad de aprender algo de la cultura tradicional china y del espectáculo de Shen Yun. Por la noche, después de la primera presentación compartimos nuestros entendimientos con la practicante en cuya casa me hospedaba. Ella era la coordinadora de la pasarela Hanfu y me dijo muchas cosas que me conmovieron, porque vi y sentí cómo se debe mejorar, si se quiere ayudar efectivamente con la promoción de Shen Yun. Lo que más recuerdo es considerarse realmente un practicante. Este intercambio aumentó mi resolución de mejorar. Le estaba agradecida.
A la mañana siguiente, pensamos que tendríamos tiempo para estudiar el Fa y hacer los ejercicios. Comenzamos los ejercicios con esta practicante, pero de pronto sonó el teléfono y nos enteramos de que debíamos ir rápidamente al lugar del desfile para llevar una llave. Pero algo nos detuvo. Cuando fui al baño, vi mucha sangre sin causa y no sabía qué pensar. Se lo dije a otra practicante y de repente me sentí muy débil, casi me desmayo y pierdo la conciencia. Empecé a tener mucho miedo, tan grande, como nunca sentí en mi vida. Sentí mucha presión sobre mí, sobre todo psicológicamente. Estaba paralizada y no podía imaginar como lo haría. La practicante, que estaba allí conmigo, no perdió la compostura y de inmediato comenzó a llamar a los demás y les pidió enviar pensamientos rectos. Al mismo tiempo, dijo que no importaba cómo, pero debíamos salir de allí.
De camino en el taxi, sentí claramente que estaba en otra dimensión, perseguida por un ser muy malo, que estaba furioso y me hacía algo malo. Pero, al mismo tiempo, después de un rato pude sentir el envío de pensamientos rectos, lo que redujo parcialmente la presión. Me conmovió el auto sacrificio de los practicantes, pero al mismo tiempo me sentí decepcionada de mí misma, por causar problemas a los demás, que tenían que hacer tantas cosas importantes. Mi cabeza y corazón estaban llenos de temor; no creí que Shifu pudiera ayudarme, porque no creía ser buena practicante. Desde mi punto de vista ahora, este era una gran brecha en mí.
Cuando llegamos al lugar de promoción de Shen Yun, pude quedarme allí para estudiar el Fa y enviar pensamientos rectos. Allí conocí a practicantes de quienes sentí una gran compasión y no pude contener las lágrimas. Comencé a estudiar el Fa. Era como si todas las frases y palabras estuvieran completamente dirigidas a mí y sentí que incondicionalmente debía asimilarme al Fa. Leí: “Siendo un cultivador, si continúas considerándote una persona común y continúas considerando que tienes enfermedades, ¿cómo te refinas entonces? Si durante nuestro refinamiento de gong viene una tribulación y tú aún sigues considerándote una persona común, yo digo que tu xinxing, en ese momento, está caído allí, en la gente común. Por lo menos en este asunto, has caído a ese nivel de la gente común".
Las palabras de nuestro Shifu me ayudaron mucho a superarlo y poco a poco comencé a recuperar estabilidad.
Jamás había estudiado el Fa tan profundamente. Aún no podía imaginar cómo podría hacer el desfile por la noche, pero sentía que era una prueba enorme de si soportaría o abandonaría y volvería a casa sin mantener mi promesa de hacer mi parte del trabajo. Poco a poco, comencé a ver mis apegos, que el mal había usado como una brecha para interferir conmigo. Eran principalmente apegos que no había abandonado a diferentes deseos, a los que estaba apegada, y a los que durante mucho tiempo no presté atención y cultivé a la ligera. Por ejemplo, el deseo a la comodidad, a una buena vida de gente común, al amor y sentimientos y otras cosas. De todo corazón decidí abandonarlos y dejar de mantener mi humanidad. Me di cuenta que el xiulian es algo serio y tenía que despertar. Descubrí que había descuidado la cuestión de los diferentes deseos, y en mi mente usaba la excusa de que estaba bien renunciar a ellos poco a poco. Pero no los abandoné y se formó una brecha. Mi miedo era una brecha aún mayor. Sentí que debía creer más en Shifu. Porque, de todos modos, las cosas pasan, pero con la ayuda de Shifu es posible cultivar y sobrepasar todos los peligros.
Nuestro Shifu dijo en el mismo capítulo: “Es precisamente que cuando refinamos gong, frecuentemente es fácil sufrir algunas interferencias. ¿Cómo es que refinar gong puede atraer demonios? Porque cuando una persona quiere cultivarse y refinarse, es realmente demasiado difícil; aunque te cultives verdaderamente, sin la protección de mis Fashen no puedes completar la cultivación en absoluto y, apenas cruzas la puerta, puedes involucrarte en una cuestión de vida o muerte".
Decidí que pasara lo que pasara, me quedaría en Viena y ayudaría a Shifu a salvar seres conscientes, en lugar de ponerme en primer lugar e irme. Sentí que era una decisión muy importante. Más tarde, mi problema físico continuó y tuve un poco de miedo, pero mientras meditaba desapareció por completo. Sentí la fuerte rotación del Falun a mí alrededor y supe que Shifu estaba allí conmigo. Sentí en mi corazón completamente seguro que Shifu usaría esta tribulación para depurarme y también que nuestro Shifu tomó gran parte de ella para sí mismo. Estaba muy agradecida con él.
Después de unas horas se llevó a cabo la pasarela Hanfu, y el resultado fue muy bueno. Inmediatamente después, algunas personas compraron entradas para Shen Yun y muchos lo conocieron, yo estaba feliz por ello.
¡Gracias venerable Shifu! ¡Gracias compañeros practicantes!
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