[Minghui Net] Tuve la suerte de comenzar a practicar Falun Dafa en 1995 y ahora tengo 71 años de edad. Al principio, no tuve en cuenta la importancia de elevar mi xinxing, creé muchos obstáculos en mi xiulian. Sin embargo, Shifu nunca me abandonó y me ayudó a escapar de la cárcel. Me gustaría compartir algunas de mis experiencias. Por favor, señalen lo inapropiado.

En 2001, un espía informó de mí a la policía. Fui detenido y llevado a una comisaría local. Miré al interior e identifiqué algunas deficiencias, tales como el apego al dinero. Envié pensamientos rectos de camino al departamento de policía para eliminarlos. Una vez que llegué, reconocí en silencio ante Shifu no haber hecho bien las cosas durante mi encarcelamiento en un campo de trabajos forzados en 2001, le pedí ayuda para hacerlo bien esta vez.

Un oficial me preguntó de dónde saqué el libro Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista, folletos, y computadora. Respondí: “No voy a decirte. ¿Traicionarías a tus amigos?”. Cuando otro policía me maltrató, no fui capaz de mantener mi xinxing y dije malas palabras. De inmediato, cerca de siete agentes se me echaron encima, entonces cada uno me abofeteó mientras me sujetaban en una silla. Repetí en silencio: “Ustedes sentirán el dolor, no yo”. Realmente no sentía el más mínimo dolor. Mi cara no cambió de color ni se hinchó. Se detuvieron después de que cada uno me pegó siete veces, probablemente porque sus manos les dolían tanto.

Dado que golpearme no funcionó, dos agentes sacaron cables de cobre de una máquina, luego ataron uno a mi dedo anular y el otro al índice. Exigieron saber el nombre de la persona de la que obtuve los materiales de aclaración de la verdad. Respondí: “Ya dije lo que tenía que decir, no sigan preguntando. Nunca voy a renunciar a mi xiulian en Dafa, no importa lo que hagan”. Después de esta declaración, dirigí mis pensamientos, diciéndole a la descarga eléctrica que no me tocara. De hecho, sólo sentí escalofríos a pesar de que aumentaron el voltaje cuatro veces.

Cinco oficiales más entraron a la habitación. Uno mencionó los Nueve Comentarios, así que le pedí que me dijera que partes estaban equivocadas y que, en caso de que no lo hubiera leído, debería llevarse uno. “¿Qué pasa con el folleto?”, preguntó. “¿No es el folleto donde enseñan a las personas a ser mejores, verdaderas, compasivas y tolerantes?”. Siguió, “a los practicantes de Falun Gong no se les permite tomar medicinas”. Le dije: “¿Por qué tendrían que tomar pastillas si en realidad no están enfermos? ¿Las tomaría aunque estuviera sano?”. No supo que responder y se fue con su grupo.

Era casi medianoche. Un joven oficial dijo: “No voy a hacerle más preguntas. Vaya a dormir”. Pensé, “no quiero dormir, no debo seguir en este lugar, tengo cosas que hacer afuera”. Pedí ayuda a Shifu, diciendo: “Shifu, los buenos practicantes informaron en el sitio web de Minghui que pudieron abrir las esposas en cuanto lo pensaron. ¿Qué debo hacer ahora?”. Le pedí ayuda a Shifu, luego seguí recitando “puedo hacerme más grande o pequeño”, mientras trataba de sacar mis manos. Después de un rato se deslizaron fuera de las esposas. Por desgracia, el oficial se despertó en ese momento y me preguntó: “¿Cómo te quitaste las esposas?”. Me las puso de nuevo, luego, se volvió a dormir.

Después de esta lección, le pedí a Shifu que lo mantuviera dormido. Saqué mis manos de las esposas de la misma forma, luego, mis pies. Me puse los zapatos, caminé por el pasillo, y salté por la ventana. Un guardia estaba de pie junto a la puerta, la pared era de más de 3 metros (casi 10 pies) de altura. Traté de encontrar una escalera o cualquier otra cosa que me ayudara a subir la pared. No había nada. Vi una cañería de agua, me subí. Al subirme, mi cuerpo flotaba en el aire, así me agarré del borde de la pared y jalé mi cuerpo por encima. Así fue como Shifu me salvó del mal.

He experimentado muchos milagros. A principios de julio de 2008 viajé a un pueblo a unos 20 kilómetros de distancia a distribuir folletos. Comenzó a llover antes de terminar, y aunque no pensé en enviar pensamientos rectos, recordé que Shifu una vez causó que la lluvia cayera detrás de su coche, porque no quería que parara. Vi la lluvia moverse para caer detrás de mí. Unos días más tarde, hice el mismo viaje y pensé enviar pensamientos rectos para que los folletos no se mojaran con la lluvia. La lluvia cayó, pero cuando llegué a casa, me di cuenta que mi ropa estaba seca, ni siquiera un poco húmeda. Un practicante me dijo después: “¿Sabes qué? Sifu puso una cubierta sobre ti”.

Me di cuenta que Shifu estaba conmigo y me protege cada segundo del día. Definitivamente, voy a cultivarme bien y hacer mejor las tres cosas.

 

Fecha de publicación: 31/3/2011