[Minghui Net] Me siento muy afortunada de haber tenido la oportunidad de comenzar a cultivarme en Falun Dafa en 1998. Me gustaría compartir de cómo me deshice de la noción del miedo y comencé a validar Dafa con dignidad mientras encaraba tremendas interferencias de las autoridades locales.
Justo antes de que los juegos olímpicos de 2008 comenzaran, los oficiales de seguridad de estado aparecieron en mi puerta y me pidieron que vaya con ellos para atender algunos “asuntos.” Mi esposo, quien estaba en casa en ese momento, no permitió que me llevaran.
Comencé a exponer la trama de los oficiales y me negué a cooperar con ellos. Más tarde, varias otras personas aparecieron en mi puerta, incluyendo personal de una oficina gubernamental y de la estación de policía. Con amabilidad fingida, trataron de persuadirme de que les diera mis materiales de Dafa, los cuales trataron de confiscar. Dijeron que una vez que les entregase los materiales, me dejarían tranquila. Pensé: “¿¡Cómo pueden perseguir a buenas personas sin razón?!”
Comencé a sentir miedo porque habían bastantes materiales relacionados a Dafa en nuestra casa, y si eran descubiertos, varios practicantes podrían quedar implicados. Estaba pensando: “Si es que encuentran los materiales, ¿cómo trataría con eso?” Además, un compañero practicante había quedado en llegar a nuestra casa en cualquier momento.
También sabía que tenía a Shifu y a Dafa protegiéndome y que no tenía nada que temer. Todo en mi vida es arreglado por Shifu, y ya sea que si vivo y muero es la decisión de Shifu. Mi esposo y yo rápidamente evaluamos la situación y advertimos a nuestros compañeros practicantes, quienes inmediatamente comenzaron a enviar pensamientos rectos para ayudar a eliminar la interferencia. Mientras enviaba pensamientos rectos, le pedí a Shifu que nos fortaleciera a mí y a mi esposo.
Una vez que la policía y agentes del gobierno vieron que sus tácticas de hablar dulcemente fallaron en movernos, sus actitudes cambiaron completamente. Inmediatamente comenzaron a abrir cajones y armarios de toda la casa. Luego de registrar nuestra casa de arriba abajo, comenzaron todo de nuevo, sin pasarse un solo cajón. Parecía que ellos nunca pararían de buscar hasta que encontrasen por lo que habían venido.
Durante todo este tiempo, mi esposo se mantuvo diciéndoles la verdad sobre Dafa, diciendo: “Si haces cosas buenas, serás recompensado. Sin embargo, si escoges hacer cosas malas, tendrán que sufrir las consecuencias. Si insisten en seguir las órdenes de Jiang, ¿qué clase de futuro piensan que les espera? ¡Deberían pensar sobre eso!”
Comencé a mirar profundamente adentro mío para ver si tenía alguna deficiencia de la cual no estaba consciente. Entonces descubrí que todavía tenía un corazón de envidia y competencia.
Una vez que identifiqué aquellos apegos, envié el siguiente pensamiento: “Incluso si tengo algunas deficiencias, éstas serán corregidas por el Fa. Tengo a Shifu cuidándome y ninguna maldad tiene permitido perseguirme. ¡Sólo reconozco los arreglos de Shifu, de nadie más!”
Con los fashen de Shifu protegiéndonos a mí y a mi esposo y con la cooperación de nuestros compañeros practicantes, aquellos malhechores pararon de perseguirnos y dejaron nuestra casa, sintiéndose derrotados. En ese momento, pareciera como si un enorme peso hubiese sido quitado de encima de mí repentinamente, y mi cuerpo entero se sentía liviano y aireado. Realmente era una batalla invisible entre el bien y el mal.
Recientemente, cuando un trabajador social del estado me llamó, pensé: “¿Por qué me está molestando otra vez?” Cuando estaba pensando en esto, mi nieta dijo: “Abuela, ¡el caño tiene una pérdida de agua!” Cuando escuché esto, me sorprendí. Pensé que, ¡quizás era mi mente la cual tenía un escape! Me di la vuelta para revisar el lavadero y encontré que estaba lleno de agua. Rápidamente deduje que, ¡era tiempo de expandir mi mente!
Luego el trabajador social me llamó otra vez, diciendo que necesitaba asistir a una clase especial para poder tener mi “número de registro de estado” el cual había sido asignado a mí como una practicante quitada de su lista. Le dije: “Ustedes me han estado molestando por años. No puedo soportarlo más, ¡además no tengo tiempo!” Luego colgué el teléfono.
Al día siguiente, el mismo trabajador social vino a nuestra casa. Trató de convencerme para que vaya con él, pero no me movió en absoluto. En vez de eso, mi esposo y yo ambos le aclaramos la verdad. Le dijimos que Falun Dafa es practicado en el extranjero y que la gente en otros países ya sabe sobre la persecución del partido comunista chino (PCCh).
A pesar de que estaba de acuerdo con nosotros en algunos puntos, estaba en desacuerdo en otros puntos mayores, mostrando su naturaleza verdaderamente embrollada. Finalmente, dijo que necesitaba regresar a hablar con sus superiores y se fue.
Al día siguiente regresó, acompañado por varios otros. Nos hablaron la mañana entera e insistieron que siguiéramos sus demandas. El trabajador social dijo: “¡debes atender estos hechos!”
Estaba pensando: “Desde que fui liberada de la prisión varios años atrás, nunca han parado de molestarme.” Periódicamente, vendrían por una “visita” y luego, una “visita de vuelta”. A pesar de que había aclarado la verdad al trabajador social y había mostrado alguna simpatía por nuestra situación, cuando fuera que sus “jefes” querían algo, aún me pedía que cooperase con ellos.
Propuso que tratáramos de encontrar una manera para tratar de manejar la situación y que luego todo estaría O.K. Debido a mi gran apego al miedo, no me atreví a rechazarlo directamente, ya que tenía miedo de ser perseguida nuevamente.
A pesar de que cultivo Dafa firmemente y siempre hago las tres cosas, no me atrevía a cultivarme abiertamente y con dignidad. Cada vez que hacía lo que me pidieran hacer, sentía arrepentimiento. Me reconfortaba a mí misma diciendo: Si hago lo que me piden que haga, aún tengo la oportunidad de hacer bien las tres cosas.”
Pero, ¿cómo podría tal noción producir buenos resultados? ¿Cómo podría consumarme albergando tales pensamientos? ¿No es esto una noción humana producida por el miedo?
Shifu dice en el artículo: “Pasen la prueba mortal:”
“El miedo puede hacer que uno cometa errores, y el miedo puede hacer que uno pierda una oportunidad predestinada. El miedo es una trampa mortal en el camino de un ser humano hacia la divinidad.”
Al día siguiente, un agente local de la oficina 610 vino a nuestra casa, lo cual realmente me asustó. Ajusté mi estado mental y decidí hablarle de una manera digna. Le dije sobre los varios milagros que he presenciado desde que comencé a practicar Dafa, incluyendo mejor salud y bienestar.
Le dije: “Dafa les enseña a las personas a ser buenas, y practicarlo puede mejorar la salud de uno. Cualquiera quien quiera aprenderlo está bienvenido. Y si no lo quieren aprender, son libres de irse. Desde que Dafa fue introducido en 1992, ni una sola persona fue forzada a aprender Dafa.”
“Ustedes, por otro lado, obligan a los practicantes a ir a sesiones de lavado de cerebro. Los obligan a decir palabras denigrantes en contra de Dafa y el Maestro Li. Obligan a las personas hacer todo tipo de cosas innombrables en contra de sus voluntades. Obligan a incontables cantidades de personas a dejar de practicar Dafa, lo cual ha resultado que muchos de ellos se enfermen e incluso a quedarse sin hogar.
“Los practicantes no son malos. ¡Son ustedes quienes son malos! Molestan a toda la sociedad, incluyendo la familia de muchos practicantes, y han perseguido a tantas personas buenas. Tarde o temprano, ustedes serán llevados a la corte y declarados culpables por sus actitudes despreciables y criminales.”
El agente de la oficina 610 pretendía prestar mucha atención, pero luego de que terminé de hablar, dijo: “Ahora todo es diferente, y puedo garantizar de que nadie te hará daño. Hacemos lo que hacemos, pero no tenemos la intención de dañar a nadie”.
Contesté: “Confío en lo que dijiste sobre la presente situación, que es diferente de la de antes. Pero la diferencia es que tú te estás refiriendo que solamente son diferentes personas, momentos, y métodos. Sus metas, lo que quieren lograr ¡no ha cambiado en absoluto!”
Él escuchó y no se atrevió a decir una palabra. Finalmente dijo: “La admiro por decirme esto de una forma abierta y honesta. Dejémoslo aquí. Piense sobre lo que le he dicho y contácteme luego.”
Le contesté: “Eres tú y esas personas quienes tienen que pensar cuidadosamente sobre las cosas. ¡No yo! Soy una practicante de Falun Dafa y este título ¡nunca lo perderé!” Así, bajo la compasiva protección de Shifu, la batalla entre el bien y el mal terminó con la maldad siendo derrotada.
Es a través de esta experiencia que aprendí cómo clarificar la verdad con dignidad. Como resultado, mi mente y corazón se han vuelto más grandes y mis pensamientos rectos más fuertes. ¡Finalmente fui capaz de decirle a esa banda de bandidos cobardes del PCCh lo que he estado guardándome adentro por tantos años!
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Categoría: Salvaguardando Falun Dafa