[Minghui Net](Clearwisdom.net) Soy practicante de Falun Dafa de un pueblo en la ciudad de Harbin, provincia de Heilongjiang. Contaré dos historias sobre miembros de mi familia que se han beneficiado personalmente de la práctica de Falun Dafa.
Mi hermana ya no tiene diabetes
Una de mis hermanas mayores tiene 56 años, y vive en la ciudad de Daqing, provincia de Heilongjiang. Su marido ahora está jubilado, y ya no tienen de qué preocuparse para llegar a fin de mes. No obstante, hasta hace muy poco estaba muy enferma con diabetes. Todos sus hijos ayudaron a pagar varios tratamientos médicos que necesitaba.
Con el tiempo, los problemas de salud de mi hermana se volvieron más graves y tenía que depender de las inyecciones diarias de insulina. En enero del 2009, cuando la visité me dijeron que había estado postrada en la cama durante trece días.
Le dije que Falun Dafa era muy bueno para ayudar a la gente a deshacerse de sus problemas de salud, y le conté varios ejemplos de historias de practicantes que mostraban esto. Le expresé mi deseo de que lo practicara ella también. Finalmente, accedió a aprender los ejercicios. Ya que no podía estar de pie durante largos periodos, ni podía agacharse, sólo pude enseñarle el quinto ejercicio, la meditación sentada. También le enseñé cómo hacer brevemente el primer y el tercer, los ejercicios de pie. Después de eso dijo que quería tomarse un descanso.
Normalmente mi hermana necesitaba ayuda para moverse, pero sin darse cuenta salió de la cama y se dirigió sola a la cocina. Le dije, "Mira: estás caminando sola". De repente se dio cuenta y se sorprendió: "¡Sí! ¿Cómo es que puedo levantarme de la cama y caminar por mi misma?" Inmediatamente llamé a su marido para que viniera a verla. Al presenciar que caminaba libremente: exclamó, "¡Vaya! ¿Cómo puede ser?" Le contesté: "¡Es simplemente tan milagroso!"
Mi hermana mayor siguió practicando, y ahora es una persona completamente sana.
Mi cuñado sufrió un ictus, pero ahora está sano de nuevo
El marido de otra de mis hermanas tiene 66 años, y vive cerca de la ciudad de Harbin. En 1998, esta hermana y mi cuñado empezaron a practicar Falun Dafa. Antes de que fueran capaces de entender verdaderamente la práctica, el partido comunista chino (PCCh) empezó a inventarse mentiras sobre Falun Dafa y a perseguir a sus practicantes. Debido a la intensa presión de la persecución, mi cuñado abandonó la práctica por miedo a ser arrestado y torturado.
En el 2000, le dio un ictus y le provocó una hemorragia cerebral. Durante los siguientes ocho años no había mejoría de los tratamientos que recibía. Durante esa época, se quedó dos veces en el hospital de la ciudad de Jiamusi y otra vez en el hospital del condado. Cuando al fin salió del hospital, su estado mental era desequilibrado, no era capaz de orinar bien, tenía todo el cuerpo hinchado, y sólo pronunciaba unas pocas palabras al día. También parecía mucho mayor que antes. Todos sus amigos y parientes estaban preocupados por él ya que nadie podía ayudarlo.
Mi hermana y cuñado eran bastante pobres y no tenían ahorros. Dependían de los 100 yuanes que pagaban, cada mes, cada uno de sus cuatro hijos, para poder comprarle medicinas. Pero todos los hijos también eran pobres y con el tiempo no estaban dispuestos a pagar más. Mi hermana lloraba cada vez que volvía de las casas de sus hijos, pidiendo dinero. Guardaba esta información a su marido, para no preocuparlo por miedo, temiendo que pudiera hacer que su enfermedad empeorara.
En enero de 2009, llevé a mi cuñado a mi casa para conocer a otro practicante y oír su propia experiencia de cómo tuvo paralizadas las piernas, pero ahora desde que practica Falun Dafa ha vuelto a ser una persona saludable. Al oír todo esto mi cuñado quiso retomar su práctica de cultivación. Mi cuñado pasó la noche con nosotros pero no trajo ninguna medicina. A la mañana siguiente me preocupé que su salud pudiese deteriorarse si se quedaba mucho tiempo sin medicarse, así que decidí mandarlo a casa. Antes de marcharse, con una mirada insegura, me preguntó: "Si de verdad quiero practicar la cultivación, ¿el Maestro me cuidará?" Le contesté con firmeza: "Sí. Cuando te tratas como un cultivador verdadero, el Maestro te cuidará.
Cuando mi cuñado regresó a casa volvió a emprender la práctica de Falun Dafa. Como resultado su salud mejoraba cada día. Ya puede hacer todo tipo de trabajos en su granja, y la gente de su pueblo está asombrada de su recuperación. Una persona que una vez tenía preparado su ataúd para esperar la muerte, ahora es capaz de hacer todo tipo de tareas y parece mucho más joven. Al ver los cambios milagrosos en mi cuñado, mi hermana mayor también volvió a practicar Falun Dafa.
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