[Minghui Net] No podía dejar de llorar cuando hace poco volví a leer el artículo "Recordando experiencias con Shifu con gratitud" escrito por un compañero practicante. Con muchos de los artículos que se han escrito por compañeros practicantes contando sus recuerdos y experiencias con Shifu, no he podido dejar de sentir mi gratitud por la infinita misericordia de Shifu. ¡Siempre estoy sumergido en la compasión de Shifu, y su voz me ha dejado una profunda impresión! Afortunadamente, tuve el honor de ver al venerable Shifu cuando fui a la Conferencia de intercambio de experiencias de Singapur el 21 de agosto de 1998. Hoy, aunque mi nivel literario es limitado, he decidido que voy a escribir sobre ello y compartir con mis compañeros practicantes los preciosos recuerdos que tengo de Shifu.
Comencé a practicar Falun Gong en 1995. Tenía mucho deseo de ver a Shifu, pero no tuve la oportunidad porque Shifu ya se había ido de China. Había algo en mi corazón que me hacía sentir siempre que estaba predestinado a ver a Shifu. Así, cuando surgió la oportunidad de ir a Singapur para asistir a la conferencia, fue la ocasión de ver a Shifu, ¡Estaba muy nervioso!
Antes de que me fuera, les di esta buena noticia a mis compañeros practicantes del grupo de estudio. Todos se alegraron mucho por mí pero a la vez, tenían envidia y me pidieron que saludara a Shifu en su nombre.
La conferencia de Singapur tuvo lugar en un centro de conferencias internacional con más de 2.300 practicantes de todo el mundo. El auditorio del centro de conferencias estaba debidamente decorado para la ocasión. La conferencia empezó a las 08:00 del 21 de agosto. Cuando el presentador anunció que Shifu había llegado, todos los asistentes se pusieron de pie, aplaudieron y buscaron a Shifu. Antes de que comenzara la conferencia, nuestro grupo no estaba seguro de si íbamos a poder ver bien a Shifu porque estábamos sentados cerca de la puerta que había en un lado al final del todo. Inesperadamente, vi a Shifu que entraba a la sala por la puerta en donde estábamos sentados. Mientras Shifu avanzaba por la sala, hubo un practicante de Beijing que lloraba de emoción, y dijo en alto "!Shifu!" y se arrodilló en el suelo. Shifu se volvió de prisa hacía el practicante. Con amabilidad cogió las manos del practicante y con una sonrisa cordial le dijo, "¡Date prisa y levántate, y no llores!" Hubo otros practicantes de China que rompieron a llorar y dijeron, "¡Shifu, Shifu, te echamos de menos!" Shifu sonrió y les dijo, "¡Lo se, lo se!" Una practicante veterana de nuestro grupo puso las manos en posición de "Heshi" y rompió a llorar cuando vio pasar a Shifu. Shifu sonrió, le extendió las manos y le dio unas palmadas en los hombros. La practicante reaccionó como una niña, llorando y sonriendo a la vez mientras aplaudía de felicidad. Mi mente estaba en blanco. Me sentí tonto porque todo lo que pude hacer fue poner mis manos en la posición de Heshi y mirar a Shifu. No podía pensar en decirle nada. Desde mi punto de vista, hacer Heshi delante de Shifu fue para mostrar mi mas profundo respeto al Maestro.
Entre muchos practicantes, Shifu avanzaba lentamente hacía el estrado. Cuando Shifu habló, la sala entera se quedó inmediatamente en silencio. Shifu habló sobre el Fa durante alrededor de media hora. Entonces, dejó que todo el mundo se sentara tranquilamente y escuchara las experiencias de los otros practicantes. Después de que todos los practicantes leyeran sus experiencias, Shifu dijo que todos los practicantes necesitamos mirar en nuestro interior para ver los defectos y las brechas en nuestra cultivación. Shifu dijo después de la conferencia de intercambio de experiencias que más tarde hablaría sobre el Fa y contestaría a preguntas de los practicantes.
De verdad, estaba demasiado nervioso para escuchar el intercambio de experiencias de los practicantes. No podía pensar nada más que en donde estaba Shifu y en lo nervioso que estaba por verle.
En el descanso para comer, el grupo que habíamos ido, comimos lo que nos habíamos traído. Después de intercambiar algunas experiencias con practicantes de otras regiones, decidimos hacer los ejercicios durante el rato que nos quedaba todavía. Durante mucho tiempo, he tenido dificultades para hacer el segundo ejercicio, la estaca parada. Pero ese día, sentí que la estaca parada era muy fácil y que mi mente estaba mas tranquila. De repente, sentí que la multitud se emocionaba de nuevo y que cerca de mi los practicantes se movían hacía una dirección. ¡Era Shifu que venía con nosotros a practicar! Todo se llenó de gente y fue un poco caótico.
Pensé que sería bonito y agradable para Shifu si todo el mundo pudiera hacer los ejercicios con tranquilidad y a la vez. Con este pensamiento, seguí de pie y continúe con el ejercicio de la estaca parada. Un practicante de nuestro grupo se puso nervioso y dijo en alto, "Hemos hecho este largo viaje para ver a Shifu, ¿Por qué sigues ahí y no te mueves?" Cuando abrí los ojos, vi que era el único que estaba allí de pie. Bajé por un pasillo y vi a Shifu rodeado de mucha gente, y todos estaban viniendo hacía mi. Me paré delante de Shifu y miré su cara amable y serena. Shifu estaba rodeado y le estaban empujando de aquí para allá un montón de practicantes. Algunos practicantes agarraban de las manos a Shifu y otros le hacían fotografías. En ese momento, me sentí muy mal porque la conducta de los practicantes hacía Shifu no estaba siendo muy respetuosa. Sin embargo, Shifu mantenía la calma con una cara amable y sonriente. Aproveché la oportunidad y miré firmemente a la cara de Shifu cuando los otros practicantes le estaban hablando. La cara de Shifu siempre brillaba con simpatía y respeto. Después de mirarle durante un rato, bajé la mirada. Tal vez todavía tengo mucho yeli, porque he tenido muchas oportunidades de estar cerca de Shifu y dejé pasar la ocasión por no tener el suficiente coraje para levantar la mirada y mirar a los ojos del venerable Shifu. ¡Lamento hasta hoy no haber sido capaz de saludar a Shifu en la conferencia!
Los organizadores de la conferencia dispusieron todo para que algunos grupos pequeños intercambiaran experiencias en salas separadas. Shifu también visitó y participó en cada grupo. No pude evitar escabullirme de mi grupo silenciosamente e ir por ahí a buscar para ver si veía a Shifu. Cuando al final encontré el grupo en el que estaba Shifu, me hice un huequito cerca de Shifu y me sentí muy contentó y feliz. Recuerdo que un practicante le dijo a Shifu que era de Changchun. Shifu sonrió y le dijo, ¡Vaya una relación predestinada tan fuerte! Recuerdo que Shifu también dijo que en China continental, hay todavía practicantes con relaciones predestinadas muy fuertes que no han tenido la oportunidad de conocerle.
Después de que terminara la conferencia, Shifu hizo turnos para hacerse fotos con los practicantes que lo pidieron. Shifu subió al estrado para dividir a más de dos mil participantes en muchos grupos pequeños y coordinar con los fotógrafos para que hicieran las fotografías. Hubo una practicante de Hong Kong que subió al estrado con un bebé en brazos. Shifu cogió al bebé y le sentó en sus rodillas. ¡Este es nuestro gran y misericordioso Shifu! Es un Maestro tan sencillo, pausado y misericordioso. Así, cada gesto y cada palabra del venerable Shifu se ha grabado profundamente en mi mente. Mas tarde, cuando el Partido comunista chino (PCCh) comenzó su malvada persecución y difamación en contra de Falun Dafa y Shifu, nunca he flaqueado en mi firme creencia en Dafa y en Shifu.
Después de que se hicieran las fotos de grupo, los practicantes comenzaron a despedirse de Shifu. Le vi estirar su mano y dejarla delante de mi. Rápidamente, puse mis manos en la posición de Heshi y con amabilidad puse las cálidas manos de Shifu sobre las mías. Shifu no dejaba de repetir a todos los practicantes, "¡Cuando vuelvan a casa, no olviden leer y estudiar el Fa con frecuencia!" Cuando Shifu estaba listo para irse, todos nos pusimos tristes por verle marchar. Estuvimos esperándole al borde de la carretera con nuestras manos en posición de Heshi. Shifu bajó la ventanilla del coche y nos saludaba a medida que iba pasando despacio con el coche.
Han pasado once años, pero estos recuerdos aún están vivos en mi mente. Con la incesante malvada persecución de los años siguientes, me siento realmente avergonzado por el sacrificio de Shifu para salvarme. He tenido muchos subidas y bajadas en el camino de mi cultivación, pero aún tengo que tomar rienda de muchos apegos. Sin embargo, en lo más profundo de mi corazón, sé que Shifu nunca ha renunciado a mí como discípulo. Siempre me está cuidando, limpiándome y dándome ánimos para que me levante cuando me caigo. Me permite que vaya madurando gradualmente bajo muchos años de tribulación. ¡No habrá ningún obstáculo insalvable que me impida seguir los pasos de Shifu de camino de regreso al hogar!
¡Compañeros practicantes, apreciemos el escaso y precioso tiempo que queda, hagamos las tres cosas bien y cumplamos con nuestros votos prehistóricos!
Fecha de edición: 14/06/2009
Fecha del artículo original: 08/06/2009
Versión en inglés: http://www.clearwisdom.net/emh/articles/2009/6/8/108103.html
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