Comencé a practicar Falun Gong a fines de 2001. Varios meses después de haber obtenido el Fa, comencé a aclarar la verdad y a validar el Fa. Como resultado, me enviaron a prisión por tres años.

Aunque era un practicante nuevo, creía firmemente en Dafa y en Shifu. Shifu dijo, "Los pensamientos rectos de los Dafa dizi son poderosos" (de Escrituras esenciales para mayor avance). En el centro de detención, usé mis pensamientos rectos para detener a las personas malvadas que atacaban a Shifu, y ellos recibieron la retribución por sus malas acciones. Las siguientes historias son verdaderas. Espero que mis compañeros practicantes en prisión puedan usar los pensamientos rectos y el poder que Shifu nos otorgó para desintegrar completamente a todos los seres y factores perversos de las prisiones y campos de trabajo forzado.

Poco después de que me metieran en el centro de detención, el guardia me dijo que memorizara las "reglas" del centro. Yo le dije, "Primero, no soy un criminal. Segundo, esos son estatutos inventados. Me rehuso a recitarlos". El guardia se puso furioso y ordenó a todos que me castigaran. A nadie se le permitía hablar conmigo, y limitó mi tiempo libre. Varias veces intentó golpearme en la cara con zapatos, pero lo detuve con mis pensamientos rectos. No se atrevió a tocarme. Después de que denunció a Dafa y a Shifu, nuevamente le dije amablemente que él sufriría una retribución si continuaba haciendo eso. No sólo no dejó de hacerlo, sino que se volvió más perverso. Cuando me veía levantando mi palma para enviar pensamientos rectos, me insultaba.

Esa misma noche, el guardia notó un pequeño bulto rojo en su pierna, y a la mañana siguiente, su pierna estaba hinchada. Al mediodía, su pierna estaba muy hinchada, la piel estaba roja y no se podía mover. Estaba muy asustado. Otros comenzaron a decir, "Es tan asombroso, tan asombroso". La gente en otras celdas le gritaron, "Oye, ¿no estarás sufriendo una retribución? Te dije que no te metieras con Falun Gong. No me creíste". Él bajó su cabeza y no dijo ni una palabra. Al día siguiente fue transferido a otro lugar y nunca más volvió.

Cuando el nuevo guardia vio que las otras personas creían en el asombroso poder de Falun Gong, comenzó a molestarme. Gritó con furia, "No lo creo. Nunca estuve enfermo. Si eres tan capaz, hazme sufrir. Si realmente sufro una retribución, le pediré a todos mis familiares y amigos que practiquen Falun Gong". Yo le dije, "Cultivo Verdad, Benevolencia y Tolerancia. Necesitamos ser compasivos. Sin embargo, si te pones en contra de Dafa, estarás buscando problemas". Aunque traté varias veces de convencerlo, todavía no me creía. Entonces levanté mi palma y envié pensamientos rectos para eliminar todos los factores perversos en él. El cuarto estaba en silencio.

A la mañana siguiente, el guardia de repente dijo que sentía tanto calor que se desmayaría. Todos los demás pensaron que estaba loco porque era noviembre y todos estaban usando ropa abrigada. Entonces él gritó, "Estoy acabado, estoy acabado". Cayó al suelo y no pudo levantarse. Estaba muy pálido. Otros lo llevaron a la cama, y él se retorcía por el dolor. Lo señalé con mi dedo y le dije que se arrodillara. Él lo hizo, y el dolor desapareció.

Cuando el dolor se detuvo, sintió mucha vergüenza. Me gritó, "¿Cómo puedo creerte? Si eres tan capaz, hazlo de nuevo". Ni bien terminó la frase, nuevamente se retorció con gran dolor. Él gritó, "¡Ayuda, ayuda!" Al mes siguiente, tuvo fiebre y no podía hablar. Después me dijo, "Parece que me tengo que ir de aquí". Yo le respondí, "Si no cambias de opinión sobre Dafa, no importa a dónde vayas".

Las noticias sobre este incidente se difundieron rápidamente en el centro de detención. Desde entonces, nadie se atrevió a decir nada irrespetuoso sobre Dafa. Un muchacho incluso comenzó a aprender los ejercicios y a estudiar el Fa conmigo.

Fecha de edición: 4/2/2007
Fecha del artículo original: 29/1/2007
Versión en inglés en: http://www.clearwisdom.net/emh/articles/2007/1/29/82125.html