[Minghui Net]

Parte 1: http://www.minghui-es.org/articles/5207.html

Parte 2: http://www.minghui-es.org/articles/5219.html

En 1994, fui bastante afortunado al encontrar la práctica de Falun Dafa al principio. Asistí a la séptima serie de lecciones del Maestro en la ciudad de Changchun, provincia de Jilin, China. Más de tres mil personas asistieron al seminario. Debido a éste gran número, las lecciones estaban divididas en clases diurnas y nocturnas, con un total de diez días.

El primer día fuimos en tranvía. Se paró a mitad de nuestro viaje, así que todo el mundo tuvo que bajarse y caminar. La lección tenía lugar en la sala de conferencias de la Universidad de Jilin, aproximadamente a tres kilómetros de distancia. El tiempo era esencial. Todos pensaban que llegarían tarde y aceleraron su paso. Uno de los peatones era un paciente que tenía un pinzamiento en su columna vertebral. Había estado en Changchun durante más de un mes y ya había gastado más de mil yuanes. Todo su dinero se había esfumado y todavía no había sido curado por el hospital. Como escuchó acerca de las clases del Maestro vino con nosotros. ¡Hablé de milagros! Con el dolor de sus enfermedades aún agobiándole, este paciente estaba todavía caminando al mismo paso que todos. Su dolor de cabeza cesó y todos los otros síntomas desaparecieron. Cuando llegó a la clase todos sus síntomas habían desaparecido completamente. Durante todo el camino el Maestro estuvo ayudándole y curando su cuerpo. Después de diez lecciones, era una persona completamente saludable.

Durante esos días, después de cada clase, junto con otros discípulos, nos reuniríamos alrededor del Maestro con admiración. El Maestro tenía una energía extraordinaria. Vestía un traje gris, camisa blanca y parecía muy joven. El Maestro siempre sonreía tan amablemente cuando conversaba con los estudiantes. Después de finalizar cada clase, siempre estábamos reacios a salir. Siempre queríamos permanecer al lado del Maestro un poco más, para verle un poco más. Antes de abandonar el área alrededor del vestíbulo, esperábamos hasta que el Maestro subía a su coche, sin excepción.

Antes del mediodía del 1º de mayo, a petición de los estudiantes, el anfitrión preguntó si podían hacerse una foto de grupo con el Maestro. El Maestro estuvo de acuerdo. Así que cada estudiante de cada área se colocó en orden. El Maestro entonces se tomó fotos de grupo con nosotros, grupo por grupo. Cuando fue el momento de tomar la foto del grupo del distrito Bin River, había un estudiante de unos sesenta años sentado en un taburete de madera en la fila de delante. Su pelo estaba todo blanco. El Maestro se acercó a él y le preguntó por qué estaba sentado. Este estudiante respondió que no podía mantenerse de pie muy bien. El Maestro le dijo que se pusiera de pie en la última fila. Cuando la sesión de foto terminó, el Maestro llegó a ese estudiante, sacudió sus manos y le dijo que tirara su bastón. Aunque no lo comprendió, su mujer tiró el bastón. El Maestro le dijo entonces que comenzara a caminar. Así como un niño pequeño, caminó paso a paso. Dio vueltas en círculos en el vestíbulo con una sonrisa en su cara. Desde ese día en adelante, no necesitó su bastón para caminar. Caminó hasta la sala de conferencias, y después de eso podía cuidar de sí mismo.

Este tipo de incidente ocurrió frecuentemente.

El Maestro dijo, "Siento que aquellos que pueden escuchar directamente mis lecciones del Fa y del gong, realmente yo diría. En el futuro lo sabrás y te alegrarás mucho por este período de tiempo presente." (Zhuan Falun) Ciertamente, gracias a estas extraordinarias experiencias, pudimos ver la compasión de nuestro gran Maestro, su profunda personalidad, y el corazón tolerante de una deidad. Estas experiencias inolvidables me dieron un incentivo para cultivar cada vez más diligentemente, caminando bien cada paso de mi propio camino y haciendo honor a mis votos prehistóricos.

(Continuará)

Fecha de edición: 27/8/2006
Fecha del artículo original: 25/8/2004
Versión en inglés: http://www.clearwisdom.net/emh/articles/2004/8/30/51727.html