[Minghui Net] Desde el 16 al 23 de julio de 1993, el Maestro Li dio una serie de conferencias de Falun Dafa en la ciudad de Qiqihar, provincia de Heilongjiang. Fui lo suficientemente afortunado de asistir a las clases. Durante esos días, ocurrieron muchos sucesos conmovedores. Aquí, me gustaría compartir con ustedes algunos de ellos.

Me puse muy emocionado cuando vi al Maestro en la clase. Aunque yo jamás había practicado qigong, me fijé en mi mente que debía aprender esta práctica. Mi estado de ánimo en aquel tiempo es difícil de describir con palabras.

Durante el tiempo de clases, nos habían dicho que el Maestro acababa de dar clases en otra ciudad y que Él originalmente planeaba regresar a la ciudad de Changchun, provincia de Jilin (su ciudad natal). Sin embargo, la Asociación de Estudio de la Ciencia de Qigong decidió para ese tiempo ofrecer una conferencia de qigong en la ciudad de Qiqihar y ellos invitaron al Maestro para que vaya con ellos, ya que ellos sabían lo grandioso que es Falun Gong. El Maestro Li renunció a sus días de vacaciones y fue a Qiqihar. Ya que esta clase no había sido programada en el plan inicial y ya se había finalizado la planificación de una clase en Beijing, la clase en Qiqihar sólo podía llevarse a cabo durante siete días. El Maestro dijo: "Antes de venir a Qiqihar, envié muchos Falun para buscar a aquellos que tenían relaciones predestinadas con Dafa. Todos han venido aquí debido a una relación predestinada. Por lo tanto, todos deberían atesorar especialmente esta oportunidad".

Al finalizar el primer día de conferencias comenzó a llover fuertemente. En vista de que nadie trajo paraguas ni impermeable, todos fuimos a refugiarnos de la lluvia en la entrada del edificio. La escena era algo caótica. Para ese tiempo el Maestro ya había salido. Cuando vimos al Maestro todos nos callamos. Con una sonrisa el Maestro miró al firmamento y nos dijo a todos: "Dejará de llover en un momento. No se preocupen. Ustedes ya pueden irse a casa". Rápidamente disminuyó la lluvia y luego dejó de llover. Un practicante llamó a un taxi y quiso lo llevara de regreso al Maestro a su vivienda. Sin embargo, el Maestro insistió en no tomar el taxi y les dijo a los practicantes: "Por favor no se preocupen. Es muy amable por parte de ustedes, lo sé. Pero no hay necesidad de desperdiciar el dinero". Luego el Maestro caminó de regreso a su vivienda.

Muy rápidamente terminó el séptimo día de conferencias. El Maestro necesitó apurarse para ir de regreso a Beijing la misma noche en que habían finalizado nuestras clases, para poder así transmitir la siguiente serie de conferencias. Los practicantes se apuraron en ir a la estación del tren para verle partir al Maestro. Cuando otro practicante y yo vimos al Maestro, Él nos dijo gentilmente: "Es ahora muy tarde. ¿Por qué vinieron a pesar de la lluvia?". Luego Él estiró su mano y apretó las nuestras. Nos conmovimos mucho. Inmediatamente, el Maestro le dijo a un discípulo junto a Él que comprara los boletos de tren para nosotros. Realmente, no podíamos entrar o salir de la estación sin los boletos a menos que presentáramos nuestras identificaciones ya que los dos vestíamos con uniforme de policía en ese momento. Supimos que el Maestro había cobrado las entradas más baratas por sus clases y debió haber incurrido en muchos gastos mientras viajaba dando conferencias a lo largo del país. Sin embargo, el Maestro compró nuestros boletos con su dinero. Nosotros nos sentíamos incómodos acerca de esto. Sin embargo, profundamente nos dimos cuenta que el Maestro nos estuvo enseñando a ser practicantes, cómo lograr el estándar de un practicante. En ese momento el Maestro nos daba un ejemplo con sus propios actos. Recuerdo que el Maestro nos dijo en ese tiempo: "Son todavía jóvenes. Deben practicar bien Dafa hasta el final. En este momento no saben cuán precioso es Dafa. Pero lo sabrán en dos o tres años".

Finalmente llegó el tren a la estación. Sólo allí supimos que el Maestro y los practicantes que viajaban con Él a todo el país, llevaban muchos libros y materiales de Dafa. Donde quiera que el Maestro diera las conferencias, Él llevaba consigo aquellos libros y materiales. Incluso la bolsa de libros era muy pesada para practicantes jóvenes como nosotros. Sin embargo, el Maestro y los discípulos que viajaban con Él llevaban los libros y materiales a todas partes del país para propagar Dafa durante todo el año. Nosotros sólo podíamos imaginar cuán difícil fue aquello durante el proceso.

El tren partía lentamente. El Maestro continuamente agitaba la mano hacia nosotros. Al mirar que partía el tren, mi corazón se sintió conmovido por largo tiempo.

(Versión en chino: http://www.minghui.org/mh/articles/2004/11/29/90294.html)
(Versión en inglés: http://www.clearwisdom.net/emh/articles/2004/12/16/55626.html)


Fecha de edición: 18/6/2006Fecha del artículo original: 29/11/2004