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Yuan Zishi de la provincia de Shandong nació en la era Zhizheng (1341 1368 d.C.) durante el reino del emperador Huizhong en la dinastía Yuan (1271 1368 d.C.). Él tenía un amigo muy cercano llamado Miu Qianhu. Miu necesitaba una gran cantidad de dinero para viajar al sur de la provincia de Fujian, para obtener un trabajo de supervisor en el gobierno local. Yuan le prestó amablemente 300 piezas de plata. Ellos eran buenos amigos desde la niñez, por lo tanto Yuan Zishi no le pidió un recibo.

Unos años después, estalló una guerra en la provincia de Shandong. Unos bandoleros robaron la casa de Yuan Zishi y lo dejaron sin nada. Yuan y su familia se fueron rápidamente a la provincia de Fujian, para escapar de la desventura. Él contaba con su buen amigo Miu Qianhu para que lo ayude. No se imaginó que Miu no quería verlo. Finalmente se las arregló para encontrarse con Miu, pero Miu lo trató mal. Yuan estaba en las últimas, por lo tanto no tuvo otra alternativa más que pedirle prestadas las 300 piezas de plata que Miu había tomado prestadas antes. Yuan se sintió desconsolado cuando Miu le negó el préstamo. Más aún, Miu exigió que Yuan le mostrara el recibo para comprobar el préstamo.

Yuan abandonó la esperanza de recuperar las 300 piezas de plata. La fiesta del año nuevo chino se aproximaba. Le rogó a Miu que le prestara un poco de dinero para poder pasar el año nuevo chino. Para deshacerse de Yuan, Miu le prometió hacerle llegar un dinero a su casa en la víspera del año nuevo. En la víspera al año nuevo chino, Yuan esperó en casa desde el amanecer hasta la noche, pero Miu no apareció. Todos los vecinos habían alumbrado sus linternas y estaban esperando ansiosamente el año nuevo. Pero la familia de Yuan no tenía nada. Su esposa lloró. Estaban en la miseria.

Esa noche, Yuan Zishi, estaba de muy mal humor y no podía dormir. Tomó un cuchillo y lo afiló. En la madrugada, tomó el cuchillo y caminó hacia la casa de Miu Qianhu. Cuando pasaba por un templo taoísta, vio a un viejo taoísta llamado Xuanyuan Weng sentado en la entrada. El viejo taoísta era un cultivador con el tercer ojo abierto. Podía ver cosas en otras dimensiones. Cuando Yuan Zishi pasó por ahí, el taoísta vio que un gran grupo de demonios maliciosos seguía de cerca a Yuan. Cada uno de los demonios llevaba una espada o cuchillo, estaban todos desnudos y despeinados. Se veían amenazantes y feroces.

Al poco rato, Yuan Zishi pasó por el templo taoísta nuevamente, pero esta vez, el viejo taoísta vio que Yuan estaba seguido de un gran grupo de seres divinos con coronas doradas, collares y pulseras de jade y con banderas. Se veían muy simpáticos y amables.

La transformación repentina dejó sorprendido al taoísta. Se acercó a Yuan y le preguntó dónde había estado. Yuan le confesó todo al taoísta. Lo que pasó fue que Yuan había planeado matar a malagradecido y traidor Miu. Sin embargo, su corazón dio un cambio cuando Yuan llegó a la puerta de Miu. Pensó: "Miu también tiene una familia. Si lo mato, su familia también sufrirá el mismo destino miserable que la mía. Mi familia y yo ya hemos pasado por la desventura de quedar sin casa. ¿Cómo podría hacer pasar a su familia por la misma miseria?" Desistió de la idea de vengarse y empezó a regresar a casa.

Cuando escuchó esta historia, el viejo taoísta felicitó a Yuan Zishi y dijo: "vas a ser bendecido con buena fortuna. Los seres divinos saben del cambio en tu corazón. Cuando fuiste a casa de Miu Qianhu, vi muchos demonios feroces siguiéndote. Pero cuando regresaste fueron reemplazados por un grupo de seres divinos encargados de tu buena fortuna. Ahora que he escuchado tu historia, estoy convencido de que son los pensamientos del hombre los que atraen los demonios perversos y que son los amables pensamientos del hombre los que atraen a los seres divinos de la buena fortuna. Las leyes celestiales son siempre justas. Hasta cuando uno está solo en la oscuridad, uno no debe tener malos pensamientos, porque los seres divinos son omnipresentes y los pensamientos malos aminorarán la virtud de uno. Con un pensamiento amable y de perdón tú serás protegido y bendecido por los seres divinos. Ya no necesitas lamentarte de tu mala fortuna". El taoísta le dio a Yuan Zishi un poco de dinero y arroz para que pueda sobrevivir por un tiempo.

Al poco rato, por casualidad, Yuan Zishi entró en la cueva de un ser divino y lo conoció. Le preguntó por la causa de su miseria en esta vida. El ser divino le otorgó a Yuan una visión para que pueda ver el yeli que cometió en su vida pasada. Yuan se dio cuenta de que había sido un letrado arrogante y de mente estrecha que se negaba a recomendar o promover a los estudiosos más jóvenes. Fue debido a su retribución de yeli que Yuan se convirtió en analfabeto y con una inteligencia mundana. Ya que Yuan había sido un arrogante que se negaba a hacer amigos e ignoraba a todos, fue por esa retribución de yeli que perdió su cómoda casa y nadie lo ayudó. Los cielos son justos en castigar a la gente por lo que han hecho. Sin embargo Yuan obtuvo la buena suerte de encontrarse son ese ser divino y poder saber sobre su vida previa debido a que tuvo un buen pensamiento.

Yuan se dio cuenta de que cada acción mala será castigada tarde o temprano, sin excepción. Los seres divinos también le dijeron a Yuan que se mudara a una casa en el área de Funing y le dijeron que Miu Qianhu sufriría de su retribución de yeli en tres años.

Yuan se mudó a Funing como se le había pedido. Cuando estaba limpiando una casa que había sido abandonada por largo tiempo, él descubrió 300 piezas de plata debajo de pilas de ladrillos y escombros. Era justo la misma suma de dinero que Miu Qianhu le debía. Ahora que Yuan Zishi sabía de la relación causal y predestinada, se convirtió en una persona caritativa. Como resultado, su situación financiera mejoró poco a poco. En cuanto a Miu Qianhu y su familia, ellos murieron en una Guerra tres años después y todo su dinero y propiedades les fueron robados. Todo lo que los seres divinos habían predicho se cumplió.

Lo de arriba ilustra que los malos pensamientos de uno pueden causar un terrible error y traer retribución de yeli y los buenos pensamientos de uno resultan en virtud y buena fortuna. El bien y el mal vienen de los pensamientos espontáneos de uno. Los seres divinos son testigos de cada uno de los pensamiento del hombre. Hay un dicho chino que dice: "la historia del hombre es como un libro de contabilidad". ¿Quién es el contador? Tiene que ser el cielo. El cielo ve y sabe todo. Las leyes del cielo gobiernan todo y a todos. La suerte de cada persona es el resultado de la relación causal y predestinada. La retribución del yeli es siempre justa.

Fecha de publicación: 1/10/2006
Fecha del artículo original: 28/9/2006
Versión en chino disponible en: http://www.clearwisdom.net/emh/articles/2006/9/28/78433.html