[Minghui Net] El pasado 10 de diciembre, Día Mundial de los Derechos Humanos, el primer ministro chino, Wen Jiabao pedía a su homólogo portugués José Sócrates, que abogara por la suspensión del embargo de armas impuesto por la Unión Europea a China después de la matanza ocurrida en la plaza de Tiananmen en 1989, así como la rápida conclusión del contencioso sobre la venta de textiles chinos a Europa, mientras tanto, la policía portuguesa a petición de un miembro de la Embajada, impide que dos reporteros españoles puedan desarrollar libremente su trabajo.
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Los dos reporteros gráficos esperaban pacientemente la salida del primer ministro chino Wen Jiabao frente al Hotel Ritz de Lisboa donde se firmaban la mejora de los acuerdos bilaterales entre China y Portugal. En una de las esquinas del hotel, un grupo de manifestantes pertenecientes al movimiento espiritual Falun Gong pedían al Gobierno chino el cese de la brutal persecución que viene realizando desde 1999 contra los seguidores de esta milenaria y pacífica práctica. En la puerta del hotel los funcionarios chinos nerviosos por las protestas que realizaban los miembros de Falun Gong y conociendo que los periodistas realizaban un especial sobre derechos humanos, se dirigieron al jefe de policía para que los echara de allí. El día anterior, en la recepción del primer ministro Wen Jiabao, estos mismos reporteros, habían presenciado y grabado como los miembros de la embajada china manipulaban maliciosamente a la policía para que impidiese las manifestaciones de protesta de Falun Gong.
El jefe de policía alegando motivos de seguridad, les obligó a marcharse hacia un lateral donde les era imposible realizar su trabajo debidamente. Negándose a ver sus acreditaciones, les pidió sus documentos de identidad de los cuales tomo nota minuciosamente.
Vayan donde vayan los mandatarios chinos, los practicantes de Falun Gong les siguen con sus pancartas pidiéndoles que paren la persecución. Por este motivo, los funcionarios de las embajadas, se encargan de organizar a un buen grupo de ciudadanos chinos, que en muchos casos están pagados por la propia embajada, y cuya única finalidad es la de hacer ruido e impedir o dificultar por medios no muy limpios cualquier manifestación en contra y la propia libertad de expresión, sobre todo para que los ciudadanos del país visitado no se enteren de lo que esta pasando en China. Aprovechándose de su cargo y con mentiras, manipulan a las fuerzas de seguridad de los países donde van.
China es sin lugar a dudas, según Amnistía Internacional, ACNUR o la ONU, el país número 1 en el mundo en vulnerar los Derechos Humanos. El Partido Comunista Chino es total y absolutamente sectario y actúa imponiendo su ateismo radical y persiguiendo hasta la muerte cualquier tipo de creencia, católicos, protestantes, falun gong, budistas, tibetanos. Nadie puede tener opiniones en China más allá de la doctrina del propio Partido Comunista. Utiliza el adoctrinamiento radical desde la infancia en las escuelas, impidiendo o restringiendo cualquier tipo de pensamiento o de fe. Se estiman a día de hoy que existen 5 millones de personas encerradas ilegalmente y sin garantías judiciales en los campos de trabajo forzado y cárceles chinas por sus libres creencias. EL PCCh controla directamente todas las estructuras del Estado desde el Poder judicial al Político y al Gobierno, no existiendo ningún control ni separación entre poderes. Controla de manera absoluta todos los medios de comunicación, prohibiendo la libertad de prensa y promoviendo la maquinaria propagandística del régimen.
Multitud de querellas por genocidio y torturas en más de 30 países alrededor del mundo han sido interpuestas por más de 40 abogados internacionales contra altos dirigentes comunistas, entre los que se encuentra el ministro de comercio Bo Xilai.
Fecha de edición: 18/12/2005
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