(Sabiduriapura.org) Era débil y tuve muchas enfermedades desde mi juventud. Debido a la gravedad de los efectos de mi conmoción cerebral, tuve que jubilarme anticipadamente. Falun Gong me ayudó a recobrar una buena salud.
Cuando tenía 27 años, sufrí diversas enfermedades una tras otra. Debía tomar medicinas occidentales así como medicinas chinas tradicionales a lo largo del año. Una vez tuve una inflamación del riñón, una hepatitis, un cáncer uterino y otro de pecho. Otras enfermedades me mortificaron constantemente tales como anemia y gastritis severas (dolores de estómago, hinchazón, pérdida del apetito), neurosis graves (pérdida del sueño, vértigos y dolores de cabeza), falta de irrigación del cerebro y reumatismo. Sufriendo estas enfermedades, aguanté mucho tiempo, coacción en el trabajo, quehaceres domésticos pesados y cuestiones extremadamente desagradables de la familia. Me sentía muy abandonada y desconsolada.
A menudo tenía vértigos y a veces perdía la conciencia. En 1994, de camino a mi trabajo, tuve una de estas incidencias y caí rodando por una escalera de piedra. Mi cabeza cayó pesadamente sobre el último escalón de piedra. Me desvanecí en seguida. Me enviaron a urgencias de un hospital. Sufría una fractura de cráneo y conmoción cerebral. Estuve en cuidados intensivos durante más de cuarenta días. Salí del hospital, pero mi cabeza no se curó bien y tenía siempre una pequeña hendidura; tampoco podía lavarme la cara como una persona normal. Sólo podía secarme ligeramente la cara, si no mi cara entera se volvía muy inconfortable. Los efectos posteriores a mi conmoción cerebral me hacían tener vértigos cada día. Podía trabajar sólo una media hora y luego tenía que descansar un poco; de otro modo, habría cometido graves y evidentes errores en mi trabajo. Más tarde, no tuve otra elección que jubilarme anticipadamente.
Un día a mediados de marzo de 1997, viví el día más inolvidable de mi vida. Encontré a una amiga en la calle y me pidió ir a practicar Falun Gong. No pensaba nada en particular y fui con ella. En aquel momento, no conocía nada respecto a la práctica, así que seguí los movimientos. Luego, después de algunos días, repentinamente sentí apetito. Comí tres tazones de arroz en una sola comida; antes sólo podía comer un pequeño tazón de arroz a causa de las gastritis y esto durante las últimas décadas. Sin previo aviso, todos los malos síntomas que tuve en el pasado desaparecieron completamente. No tomo ni una sola píldora desde hace siete años.
Debido a la falta de libros de Falun Gong en aquel momento, no pude leer el libro hasta un mes después de comenzar la práctica. Entonces supe que había obtenido Dafa, algo que verdaderamente hay que amar. Me sentí muy afortunada y feliz. Era nuestro Maestro quien me había dado un cuerpo sano y me había guiado hacia el significado verdadero de la vida. No puedo expresar mi respeto y mi gratitud con palabras. Sólo puedo apoyar la práctica de Falun Dafa firme y constantemente.
Fecha de edición: 16/1/2005
Fecha de artículo original: 6/1/2005
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