(Sabiduriapura.org)

LONDRES (EFGIC) – El Sr. Wang Jiangping es obstaculizado y no puede tejer tan rápido como los otros. Son casi las 2:00 a.m. y en la División Seis los prisioneros han estado trabajando desde el amanecer. Tienen que llegar a tiempo. Sus compañeros practicantes de Falun Gong cabecean, sólo para ser despertados por los guardias, quienes los hieren con tijeras. El Sr. Wang está exhausto.

Los guardias arrojan ladrillos en su pecho. El campo de labores Changji tiene que cumplir la cuota para Tianshan Wooltex de suéteres Kashmir, o sus guardias no tendrán un bono. Los campos de “reforma a través del trabajo” chinos se han privatizado. Son pequeñas empresas que firman contratos con grandes compañías y exportan productos a centros comerciales extranjeros.

Es un lugar donde los torturadores se enriquecen y donde los practicantes de Falun Gong son esclavizados para pagar por la compra de los bastones eléctricos que les aplicarán una descarga si se retrasan.

Estos son lugares donde la persecución obtiene ganancias.

Estos son lugares donde la privación de sueño y comida, la suciedad, el hedor, las golpizas, el calor, el frío y los olores tóxicos son rutinas diarias.

Estos son lugares donde los productos para exportación son hechos con el trabajo de esclavos de prisioneros de conciencia: doctores, maestros y estudiantes raptados de sus casas por practicar Falun Gong.

Los esclavos ocultos de China

Tianshan Wooltex de Xinjiang puede usar trabajadores no sindicalizados para ganar una porción más grande del competitivo mercado internacional. Localizada en lo profundo de la oculta región occidental de China, la compañía comenzó a repartir contratos a los campos de labores y prisiones en 1990.

La oferta de trabajadores no sindicalizados aumentó dramáticamente después de 1999, cuando la campaña de persecución de Jiang Zemin ubicó administrativamente a cientos de miles de practicantes de Falun Gong en campos de labores.

Además del campo Changji, Wooltex también tiene talleres en el campo de labores Wulabo, en el campo de labores de mujeres Xinjiang, en la prisión nº 3 de la provincia de Xinjiang y en la prisión nº 5.

Según una fuente de la región autónoma de Xinjiang, Wooltex exporta entre 200.000 y 280.000 productos a repúblicas bananeras cada año. La fuente dice que Wooltex también exporta sus productos a muchas otras compañías de ropa, como Neiman Marcus, Holt Renfrew, y French Connection.

Se dice que el ingreso por la venta de estos suéteres en el extranjero permite a los campos de labores construir nuevos edificios de oficinas, talleres, y celdas, así como también televisores y VCDs para los guardias.

Los ingresos también se usan para comprar bastones eléctricos, esposas y otras herramientas para torturar a los practicantes y, a su vez, mantener la producción.

Según un testimonio, cuando ven a los prisioneros dormirse mientras trabajan, los guardias les aplican una descarga eléctrica con los bastones y ordenan al jefe del taller, también preso, a golpearlos con ladrillos o palos de madera. Si un detenido falla en completar el trabajo asignado, el guardia lo esposará a una cañería de calefacción, lo desnudará y le aplicará descargas eléctricas en su cuello, axilas, abdomen, zonas íntimas, boca y oídos con bastones eléctricos. El plazo de su detención también será extendido.

En marzo de 2002, otra compañía de Xinjiang, la Corporación Eléctrica Tebian (TBEA) también completó un contrato para la creación de una unidad de producción con el campo Changji. Desde entonces, practicantes como Ge Lijun, Nu Erlan, Wan Xiu y otros han sido forzados a producir para la compañía mientras estaban detenidos.

Sin embargo, TBEA recibe recomendaciones del Servicio de Acreditación del Reino Unido, el Seguro de Calidad y Ambiente Profesional de los Estados Unidos, las industrias de International High Pressure, así como también compañías italianas. Más aún, los productos de TBEA son vendidos en Canadá, Australia, Malasia, India, Singapur y otros veinte países y regiones.

Según la fuente de Xinjiang, una gran farsa se monta para los inspectores. Normalmente, a los prisioneros sólo se les da sopa de repollo, lo que es apenas suficiente para sostener sus vidas. Sin embargo, “durante una inspección o una visita, el campo de labores simulará servir pollo y bife para los visitantes. Luego de que los inspectores o los visitantes se vayan, la comida desaparecerá”.

Suciedad

Los practicantes de Falun Gong en el campo de labores Tuanhe en Beijing llenan con palitos chinos unas envolturas de papel con la etiqueta “higienizado para su seguridad”. Ellos no se han lavado las manos por días.

No hay agua

Docenas de prisioneros son amontonados en un cuarto diminuto donde duermen, comen, van al baño y empacan los palitos. Algunos palitos caen al piso y son pisados. Otros caen al inodoro.

Ni un solo palito puede desperdiciarse, así que igualmente son recogidos y colocados en las envolturas, listos para ser vendidos a restaurantes en China y en el extranjero.

Los practicantes se acuclillan en el piso 18 horas al día, colocando más de 10.000 pares de palitos cada uno. Los practicantes más ancianos como el Sr. Dao Wanhui no pueden aguantar, así que se les permite dormir sólo 3 horas.

Según los testigos, los practicantes en estos campos son forzados a trabajar con insoportable calor. Con exceso de trabajo y poca comida, agua o sueño, muchos exhiben síntomas de hipertensión y problemas cardíacos, y sus cuerpos enteros se sacuden.

En el campo de labores Shuangkou de Tianjin, el 90% de los prisioneros tiene sarna. El pus mana por debajo de sus uñas y chorrea sobre las brochetas de bambú para barbacoa y los productos alimenticios.

Hecho en China

El Sr. Lin Shenli fue devuelto a su esposa en Montreal en febrero de 2002 luego de estar detenido en China más de dos años por apelar por Falun Gong en Beijing en diciembre de 1999.

Durante su detención en el campo de labores Dafeng en la provincia de Jiangsu, el Sr. Lin fue forzado a hacer pelotas de fútbol que él luego identificó en una gran tienda deportiva en Canadá.

Los directores del campo de labores Jiamusi en la provincia de Heilongjiang forzaron a mujeres practicantes a trabajar horas extras para cumplir con las extravagantes cuotas de producción diaria.

Debido a trabajar en exceso, los testigos dijeron que una de las practicantes, la Sra. Shi Jing, se puso pálida y se desplomó sobre la mesa de trabajo. Ella fue reanimada y forzada a continuar trabajando.

Este campo de labores aumenta su margen de ganancias usando pegamento barato para las fundas de los teléfonos celulares.

Los guardias se quejaron del fuerte olor del pegamento. Después de que el laboratorio revelara que los niveles de toxinas en los materiales usados eran mucho más altos que los estándares industriales y podrían causar cáncer, los guardias comenzaron a usar grandes barbijos. Ellos no se atrevían a entrar al área de producción mientras los practicantes trabajaban.

Desde mediados de julio de 2001, cuando el campo de labores Longshan de la provincia de Liaoning recibió su primera orden para productos de cera, los practicantes de Falun Gong y otros presos fueron forzados a producir velas de cera de varios colores. El campo de labores luego exporta la cera con un gran margen de ganancia.

La cera emite un fuerte olor tóxico, causando que muchos practicantes palidezcan, se mareen y pierdan el apetito.

El pegamento usado para sellar las cajas también es tóxico. Además los practicantes tienen que usar sus dedos para presionar y sellarlas. Sus dedos se pegan, y la piel se les pela y se pega a las cajas.

En el campo de labores Longshan, alrededor de 100 personas son forzadas a hacer este trabajo con una base diaria, terminando de 80 a 90 cajas por día.

Durante la estación vacacional en el occidente, la velocidad se acelera al punto de la locura, ya que los prisioneros del campo Longsahn también ensamblan decoraciones festivas como muñecos de nieve y copos de nieve.

El centro de detención Dashaping de la ciudad de Lanzhou obliga a los reclusos, incluso practicantes de Falun Gong, a ser esclavos de la corporación de semillas de melón Zhenglin, la cual exporta productos comestibles a más de 30 países. Las semillas se cubren de pus y sangre, ya que los prisioneros trabajan agachados todo el día, generalmente sufriendo congelamiento, labios hinchados y uñas quebradas.

Los campos de labores Shibalihe y Xuchang de la provincia de Henan han estado comprando practicantes de Falun Gong por 800 yuanes como esclavos para Henan Rebecca Hair, la compañía productora de cabello más grande de China. Sus productos se venden en todo el mundo bajo los nombres de Shake-N-Go y Royal Imex, Inc. La Sra. Zhang Yali, de unos treinta años, y al menos otras dos practicantes de Falun Gong han sido torturadas hasta la muerte en estos campos.

Los productos hechos por practicantes de Falun Gong en otros campos de labores y que son frecuentemente exportados son: cajas para tortas, productos de limpieza, palitos para helados, filtros para café, sacos de lana hechos a mano, botones, productos de cama, paquetes de cemento plástico, pestañas postizas, productos de belleza, sombreros hechos a mano, flores disecadas, collares, y otros productos hechos a mano.

Fuente: http://www.clearharmony.net/articles/200404/18747.html

Fecha de edición: 9/4/2004
Fecha de artículo original: 31/3/2004
Categoría: Información sobre la persecución

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