Por un discípulo de Dafa en la provincia de Hunan

(Sabiduriapura.org)

En la segunda mitad de 2002, el campo de trabajos forzados Baimalong envió a los discípulos de Falun Dafa al “equipo de control estricto” para perseguirlos. Los guardias adoptaron técnicas como el confinamiento solitario, atar los cuerpos de los practicantes y suspenderlos en el aire por largos períodos de tiempo, privación del sueño, limitación del uso del baño, limitando el tiempo para bañarse y lavarse los dientes y forzando a los practicantes a estar parados por largos períodos de tiempo.

Ellos forzaron a los practicantes a trabajar como esclavos y les ordenaron escribir “Declaración de Garantía.” Algunos practicantes se rindieron ante el mal en contra de su voluntad porque no pudieron soportar el hostigamiento, y no estaban lúcidos en esos momentos. Los guardias estaban ansiosos por expandir sus “logros”, por eso más y más practicantes fueron enviados al equipo de control estricto. La practicante A era uno de ellos.

Cuando la practicante A vino por primera vez al equipo de control estricto, ella fue sometida a tortura perversa, agotamiento, dolor y soledad. Ella se sintió sin esperanzas y solo pensaba en librarse de este infierno tan pronto como era posible. Sin embargo, se dio cuenta de que este era un apego humano – pensar que estar aquí era muy doloroso y que debía salir de aquí lo antes posible. La practicante A entonces se acordó de que ella era una verdadera discípula de Dafa que estaba sosteniendo una gran misión y responsabilidad. Habiendo entendido por el estudio del Fa (1), ella sabía que la Rectificación del Fa no esperaría por nadie, y que si ella no lo hacía bien hasta cierta etapa de la Rectificación del Fa debido a la interferencia de las nociones humanas, entonces los seres concientes de sus correspondientes sistemas no podrían ser salvados. Más aún, ya que los practicantes previos no lo hicieron bien, el mal estaba animado, y el ambiente para los practicantes de Dafa se había hecho más y más difícil. Cada vez que un practicante se daba por vencido, la presión mental en los otros practicantes se haría más pesada. Incluso más, aquellos que se comprometieron sabían que estaban haciendo mal y tenían un fuerte sentimiento de culpa y auto crítica. Fue difícil para ellos salir de este estado mental rápidamente y hacer lo que un discípulo de Dafa se supone que debe hacer.

La practicante A decidió que la corriente actual no debería continuar. El Maestro dijo,

“Siendo estudiantes de Dafa ¿por qué tienen miedo de la gente diabólica cuando están soportando persecución? La causa fundamental es que Uds. tienen apegos. De lo contrario, no aguanten pasivamente, y enfréntense a la gente diabólica con pensamientos rectos todo el tiempo. No importa cual sea la situación, no cooperen con las demandas, órdenes e instigaciones del mal. Si todos hicieran esto, el ambiente no sería así.” (“Los Pensamientos Rectos de los Discípulos de Dafa son Poderosos”)

La practicante A renunció a la idea de intentar dejar el equipo de control estricto tan rápido como sea posible, y ella estuvo determinada a seguir las enseñanzas del Maestro y salir de la división con dignidad.

Durante las seis llamadas al día cuando la ronda de llamados se hizo, la practicante A ni se paró ni respondió. Un residente vigilante que era un drogadicto pinchó un signo de residente en su ropa, pero ella inmediatamente se lo sacó. Si sus manos eran esposadas, ella usaría sus dientes para morder el signo hacia fuera sin dudar. Ella sabía que si dudaba por una fracción de segundo, los perseguidores tomarían ventaja de ello hasta que ellos completamente destruyeran su voluntad. De este modo, cada vez después de la ronda de llamados, ellos estirarían sus brazos y la esposarían a una cama de metal. El dolor que venía de donde sus manos eran esposadas era como un fuego que se dispersaba para todas las partes del cuerpo. Tenía sudor frío por todo el cuerpo, su estómago se sentía como si fuera dado vuelta de arriba hacia abajo y vomitó incontrolablemente.

El vigilante en servicio que estaba asistiendo a los guardias (los guardias recogieron algunas drogas de la línea de producción para asistirlos para perseguir a los discípulos de Dafa) tomó un contenedor para recoger el vómito y le dijo que cualquiera que sufrió la dura disciplina ha escrito la Declaración de Garantía y le preguntó cuanto más ella podía aguantar. También dijo que si la practicante A no podía aguantar después de unos días y tenía que escribir la Declaración de Garantía, entonces lo que ella había sufrido sería una pérdida, y sería más sabio para ella escribir las declaraciones antes que después. La practicante A se sobrepuso al dolor y le dijo al vigilante, “No tengo límite de tiempo. Aguantaré hasta el final.”

Mientras pasaba el tiempo, su vómito se hizo más y más serio, y los guardias la llevaron a la enfermería. Varias personas la sostuvieron mientras le daban una inyección y luego la enviaron de vuelta al equipo. Cuando vieron que ella todavía no se comprometía, la esposaron en una posición diferente. Ella luego apoyó su cuerpo hacia una de sus manos esposadas y arrancó el signo pinchado en su ropa. Ella hizo esto varias veces, y el vigilante en servicio se puso furioso. Ella agarró un marcador de color y escribió las palabras “Campo de Trabajos Baimalong residente xxx” en la camisa de la practicante A.

Después de unos días, esposaron a la practicante A a una cama de metal en un posición recta y constantemente cambiaron la posición de los miembros para agravar el dolor. Después de un largo periodo de estar parada y sin dormir, ella estaba extremadamente exhausta y sus dos pies estaban amoratados. Para poder evitar ir al baño muy frecuentemente, ella controlaba el consumo de su comida y agua porque la llave de las esposas era guardada por los guardias, y era muy difícil para ella usar el baño ya que el vigilante no tuvo el descaro de pedir la llave de los guardias. El vigilante incluso le dijo que un practicante escribió la Declaración de Garantía en contra de su voluntad porque ella no tenía permitido usar el baño por largos periodos de tiempo y tenía que defecar en sus pantalones.

Bajo tales circunstancias, la salud de la practicante A se deterioró, aún así no le dio lugar al mal. Cuando los guardias vieron que ella no renunciaría bajo el dolor físico y la incomodidad de la tortura diaria, ellos tuvieron una charla con ella, diciéndole que ella no tenía que escribir la Declaración de Garantía mientras acordara usar el signo de residente y respondiendo al llamado de ronda. Al mismo tiempo, ellos insinuaron que si ella hacía esas cosas, ella sería liberada ese mes, siguiendo su sentencia original. Ella no fue movida y rechazó firmemente los requisitos ya que ella sabía que si usaba el signo y respondía el llamado de ronda, los guardias la enviarían de nuevo a la 7º división. Eso agregaría más presión sobre los otros practicantes y estaría de hecho ayudando a los guardias a formar el ambiente que las viejas fuerzas querían y aceleraría la deterioración de la situación actual.

Al día siguiente, los guardias le dijeron que su sentencia se había extendido hasta diciembre. Ella le dijo a los guardias que el campo de labor solo tenía el poder de extender su sentencia por un año. Ella tenía muy claro en su mente que este lugar no podía retenerla más.

Ella todavía fue colgada y confinada cada día. Los guardias a veces la dejaban bajar antes el amanecer para dejarla dormir por un par de horas. En el noveno día, ella sintió que estaba por caerse, y todo su cuerpo se quedó vacío. Su mente se sintió vacía también, y fue tan puro, sin ningún pensamiento mezclado.

Durante la ronda de llamados de la tarde, ella le dijo a un guardia de servicio que quería tener una charla con él. El guardia le pidió que tuvieran la conversación en la oficina. La oficina estaba a menos de diez metros de lejos, pero ella tuvo problemas para llegar allí. Se las arregló para llegar allí con la ayuda de su vigilante. Hizo un gesto para que los guardias dejaran de hablar y la escucharan. Ella dijo con un voz calmada y débil, “Por favor dejen de tratarme así, algo pasará si no paran.” Luego ella hizo sus requerimientos: 1. Ella quería ver al director del campo de trabajos. 2. Quería ver a un representante del procurador. 3. Quería un abogado. 4. Quería ver a los miembros de su familia. 5. Un residente escribió unas palabras en su camisa, y ella quería que el residente pagara por la camisa.

Después de que ella terminó de decir lo que quería decir, luchó para dejar la oficina, pero no tenía energías para moverse. El vigilante la arrastró de vuelta a su celda y la puso sobre la cama. Después de un rato, los guardias dirigieron a la residente de servicio y a su vigilante para que buscaran su bolso y cama. Ellos encontraron la camisa con las palabras sobre ella y se la llevaron. Pronto ella escuchó el sonido de la camisa siendo lavada en el cuarto de lavado. Luego la residente vino con la camisa mojada. Ella abrió la parte del pecho de la camisa y le dijo a la practicante A, “Tu camisa ha sido limpiada. La colgaré en la lavandería para que se seque.” En la noche, la residente de servicio vino y levantó a la practicante A, diciendo, “Vamos a la enfermería.”

Esa noche, la practicante A durmió en una cama. En la mañana del día siguiente, ella aún se rehusó a cooperar con el mal durante al ronda llamados. Los guardias una vez más la esposaron a un marco de metal de la cama y pincharon el signo sobre su espalda. Ella luchó para sacarse el signo. Los guardias vieron que ella no tenía miedo para nada y que se había puesto muy débil, por eso removieron las esposas y la dejaron pararse contra la pared. Ella se quedó por un rato, luego se deslizó hacia abajo y se sentó en el piso. Después de un rato, la residente de servicio vino y le suspiró al vigilante, “Van a liberarla.” Después de que ella terminó de empacar, los guardias que alguien de su unidad de trabajo había venido, y ella tenía que usar el signo para poder ver a esa persona. Ellos le dijeron que si no usaba el signo, no sería llevada con esa persona. Ella aún se rehusó a usar el signo. Un guardia llamó al cuarto de recepción y la gente en el otro extremo de la línea dijo que ella ya no necesitaba ver a ese visitante. Su mente todavía permaneció calma y no pensó en nada.

Unos días pasaron y su cuerpo se puso un poco más fuerte. Ella fue a preguntarles a los guardias cuando sería liberada. Ellos dijeron que sería a fin de mes. Esa mañana, el campo de trabajo no le pidió que llenara ningún papel. Ni siquiera le pidieron que pagara ningún “gasto médico.” Simplemente la dejaron ir. Antes de irse, se rehusó a firmar el formulario de liberación y firmemente caminó fuera de la puerta del campo de trabajos con dignidad.

Nota:

Fa: Ley y principios; “Dafa” significa “La Gran Ley.”

Fecha de edición: 14/11/2004
Fecha de artículo original: 8/11/2004
Categoría: Cultivación en Persecución
Versión disponible en http://www.minghui.ca/mh/articles/2004/10/8/86117.html
Versión en Inglés disponible en http://www.clearwisdom.net/emh/articles/2004/11/8/54321.html