(Minghui.org) Mirando hacia atrás en mi cultivación, mejoré rápidamente al principio casi sin obstáculos y desarrollé una mentalidad, o una especie de ego, que me impidió asimilarme a la cultivación de la Rectificación del Fa. Esto dio a las viejas fuerzas excusas para crearme problemas.

Trabajando en nuestras mentes, podemos realmente eliminar los apegos, y cultivarnos saliendo de lo humano, y hacia la divinidad. Sin embargo, las viejas fuerzas que implantaron el ego en mí, me hicieron perder la conciencia de mis apegos. Estos apegos formaron un concepto para poder esconderse en mi campo dimensional, y afectar mi fuerza de voluntad en momentos críticos.

Tenemos que vivir, trabajar y relacionarnos con la gente en la sociedad, y conversar con ellos de acuerdo con su pensamiento para ayudar a Shifu a salvarlos, por lo que a veces podemos comportarnos como la gente común sin saberlo. Si no podemos controlarnos, podemos apartarnos gradualmente del Fa y encontrarnos viviendo como la gente común. Entonces, nos será más difícil eliminar estos apegos para poder regresar a nuestro verdadero ser original.

Hace poco empecé a sentirme muy cansado. Descubrí que cuanto más consumimos en la sociedad común, ese tipo de materia puede bloquear nuestro lado divino y hacernos sentir poco a poco somnolientos y fatigados. Debemos reconocer estas sustancias claramente y eliminar las cosas podridas a través del estudio continuo del Fa. Debemos mantener los estándares del Fa y evitar que nos perdamos entre la gente común.

Distinguir entre un cultivador y una persona común

Una vez, antes del estudio del Fa, una compañera practicante que conocía a mi padre me preguntó si le habían dado el pago de la pensión del mes en que murió, y me explicó cómo funciona el sistema de pago. Le dije que se la habían dado un día antes de fallecer. "¡Entonces tienes suerte!", me contestó.

"No pensé en los pagos después de su muerte", respondí. "Me preocupaba más no haberlo hecho bien [al aclararle la verdad sobre Dafa]".

Recordé nuestra conversación más tarde y me puse alerta ante su comentario: "¡Entonces tienes suerte!", que sonaba como lo que diría la gente común. Me di cuenta de que la cultivación en Dafa tiene lugar entre la gente común por una razón. Shifu nos pide cultivarnos, eliminar nuestros apegos y mejorar nuestro carácter mientras vivimos en la sociedad común, lo que es muy difícil de hacer.

Shifu dijo:

“Mis discípulos que se cultivan genuinamente, lo que les he enseñado es el Fa para la cultivación del fo y para la cultivación del dao. No obstante, ustedes me exponen sus quejas por haber sufrido pérdidas en sus intereses personales, en vez de sentirse angustiados por no poder dejar sus apegos entre la gente común. ¿Se le puede llamar a esto xiulian? En cuanto a si puedes dejar la mentalidad de una persona común o no, es un paso crítico para convertirte en un ser realmente extraordinario. Cada discípulo que cultiva genuinamente tiene que pasarlo, porque esto es la línea de demarcación entre un cultivador y una persona común (“Cultivación genuina”, Escrituras esenciales para mayor avance).

Nuestros pensamientos pueden reflejar los límites entre los cultivadores y la gente común. Cuando cumplimos las normas de un cultivador, estamos caminando por la senda dispuesta por Shifu. De lo contrario, podemos seguir erróneamente las disposiciones de las viejas fuerzas, tropezando y cayendo si no podemos rectificarnos a tiempo.

Para cumplir con los requisitos del Fa, la cultivación verdadera es corregir constantemente las palabras, los hechos y los pensamientos de uno. Cuando vi los pensamientos humanos en su comentario: "¡Entonces tienes suerte!". no los repetí ni los reconocí. Si nos comportamos de acuerdo con Dafa en todo momento, no participaremos en las conversaciones de esa gente común.

La próxima vez que esa practicante vino al estudio del Fa, compartí mis pensamientos con ella. Ella estuvo de acuerdo en que su comentario anterior era un apego de la gente común, y dijo: "Esos pensamientos se hicieron naturales para mí".

Hablamos más sobre varias cosas y ella me ofreció sugerencias. Me costó decidir si nuestra charla seguía circunscrita a los límites de las conversaciones de la gente común. Pensando un poco más, nos dimos cuenta de que nuestra conversación de aquel día revelaba nuestros apegos humanos porque las cosas que se decían carecían de importancia y no deberíamos mantener ese tipo de conversaciones en el estudio del Fa. Más bien, debemos mirar las cosas con una mente clara, para que podamos purificar nuestros pensamientos en el ambiente del estudio del Fa.

En la medida en que los practicantes seamos capaces de prestar atención a lo que decimos, nos elevaremos a nosotros mismos.