(Minghui.org) Antes de comenzar a cultivar Falun Dafa, experimentaba alegría y felicidad en la vida, pero siempre me enfrentaba a un miedo subyacente. No tenía claro cuál era exactamente el propósito de mi vida, por lo que nunca sentí una sensación de pertenencia. Ahora sé que se debía a todo el yeli (karma) que había acumulado de mis vidas anteriores. El ciclo vital del viejo universo de "formación, asentamiento, degeneración y destrucción" estaba llegando a su fin, y eso me atormentaba. Por otro lado, sabía instintivamente que una relación predestinada me conducía a algo que me esperaba. Fue Shifu quien ha velado compasivamente por mí. Estaba predestinada a convertirme en una practicante de Dafa.

Obtener el Fa

A principios de 1998 sufrí graves lesiones a causa de la violencia doméstica. Fue una época dolorosa de mi vida, y a menudo me sorprendía teniendo pensamientos suicidas. Un día me escondí en el baño y me quité el cinturón. Desesperada por encontrar una respuesta, lo sujeté con las dos manos, cerré los ojos y pensé: "¿Tiene algún sentido mi existencia en este mundo? Si lo hay, por favor, deja que el cinturón se rompa. Si no, yo...". Abrí los ojos y el cinturón se había roto en dos pedazos. Tenía un trozo en cada mano, como si alguien lo hubiera cortado con un cuchillo. No podía haberlo roto yo misma, ya que me limité a sujetar el cinturón sin aplicar ninguna fuerza. Fue una señal del universo: después de aquello ya no intenté acabar con mi vida.

Sin embargo, la violencia que sufrí me dejó devastada física y emocionalmente. Tomaba cuatro tipos distintos de medicamentos, pero no bastaban para aliviar el dolor. Mi marido me dijo: "He oído que Falun Dafa es una buena práctica de cultivación. Te dará salud y alegría en tu vida". Cuando pronunció las palabras "Falun Dafa", vi cómo se movían sus labios, pero oí un sonido que entraba por la ventana desde el cielo. El eco retumbó y resonó en mi corazón y en mi alma. ¿Dónde puedo encontrar esta práctica?

Un día, mi nueva vecina vino a devolverme tres yuanes que le había prestado. "No te preocupes", le dije. "Sólo eran unos centavos". Pero ella insistió: "Yo practico Falun Dafa. No puedo aprovecharme de ti". ¡Estaba tan feliz! Le pedí prestado Zhuan Falun, el libro principal de Falun Dafa, y empecé a leerlo enseguida.

Por fin encontré a mi Shifu

La primera vez que hice los ejercicios de Falun Dafa, no pude levantar el brazo derecho lo suficiente para sostener el Falun. Me dolían los brazos y mi cuerpo temblaba. Mi vecina me dijo varias veces que podía bajar los brazos, pero yo aguanté. Me aferré a un pensamiento: "Tengo que terminar el ejercicio. Si no puedo superar este pequeño sufrimiento,  Shifu no me querrá como su practicante".

Poco después de obtener el Fa, mi marido me dijo: "Desde que practicas Falun Dafa, mi madre no ha sido tan hostil contigo. Mi erupción cutánea también desapareció, y ahora las cosas parecen ir siempre a mi favor". La tortuosa relación predestinada que tenía con mi marido y mi suegra se resolvió.

No quería dejar Zhuan Falun ni un segundo. Leía siempre que podía y a menudo hasta medianoche. Mi razonamiento era: "La gente común juega Mahjong hasta medianoche. ¿Por qué no podría quedarme despierta hasta tarde y estudiar el Fa?".

Mi hija estaba entonces en segundo curso. Me preguntó si podía leer Zhuan Falun. No se lo permití porque no conocía muchos de los caracteres del libro. Me suplicó: "Por favor, madre. Sólo voy a leer los caracteres que conozco. No voy a molestarte". Pero seguía preguntándome por los caracteres que no conocía.

Después de intentar leer dos frases, me dijo: "Mamá, ¿podrías leerme Lunyu en voz alta? Sería mucho más rápido que intentar leerlo yo misma". Así que le leí Lunyu en voz alta. Dos días después, me pidió de nuevo que le leyera Lunyu. Cuando terminé de leer sólo el primer párrafo, me dijo: "Madre, lo he memorizado". Efectivamente, ella fue capaz de recitar Lunyu de principio a fin sin cometer ningún error. Shifu le había dado el Fa.

Cuando estaba memorizando la sección Las personas de gran cualidad innata (Novena Lección, Zhuan Falun), mi hija me dijo: "Madre, si alguien realmente tiene gran cualidad innata, tendrá esta sección memorizada muy rápido porque es una persona así".

Comienzo de la persecución

Lloré cuando vi que los medios de comunicación estatales difundían mentiras inventadas que calumniaban a Falun Gong (también llamado Falun Dafa) y a Shifu. Estaba muy disgustada. El programa de propaganda se emitía continuamente, y yo lloraba cada vez que lo veía. El mal también escenificó el engaño de la autoinmolación de Tiananmen para calumniar a Dafa.

Detuvieron a un practicante local por imprimir folletos para exponer la verdad, y me implicaron a mí. Mi familia fue varias veces a la comisaría para pedir mi liberación. Mi suegra le dijo a un joven agente: "Si no libera a mi nuera, me arrodillaré ante usted en el cruce. ¿Serías capaz de soportar la culpa, joven? Deja que el público vea lo que has hecho que haga una anciana para defender la justicia". El jefe de policía dijo: "La soltaremos mañana". Mi suegra exigió: "No. Ella no ha hecho nada malo. Déjenla ir ahora".

El accidente de coche de mi madre

Cuando me pusieron en libertad, mi madre vino a visitarme desde mi ciudad natal. Cuando volvía, la atropelló una moto en la estación de autobuses. Perdió el conocimiento y la llevaron al hospital de la ciudad. El escáner mostró una hemorragia cerebral. No sabía qué hacer y confiaba en que los médicos tomaran la decisión correcta.

Mientras estaba en el hospital, me encontré con una practicante local llamada Hui. Su marido llevaba seis meses hospitalizado y ella lo visitaba todos los días. Hui me dijo: "Mi marido quería irse a casa esta mañana, así que llamé a un taxi para que llevara todo el equipaje. ¿Y adivina? Ahora me dice que no quiere volver a casa hasta mañana".

Mientras hablábamos, oímos ruidos fuertes detrás de nosotros. Un par de mujeres estaban sentadas en el suelo chillando y empezó a juntarse más gente. Escuche hablar de un familiar varón de estas mujeres gravemente herido, y especulaban con que no sobreviviría. El cirujano vino corriendo y varias enfermeras le siguieron de cerca. Ya se había marchado, pero le llamaron para que operara al herido. Hui se acercó al cirujano y le rogó que se tomara un segundo para ver cómo estaba mi madre. Se detuvo y enfocó los ojos de mi madre con una linterna: una de sus pupilas estaba dilatada. El médico sacudió la cabeza y entró en el quirófano.

Poco después, el llanto de las mujeres se convirtió en gritos: el hombre había muerto antes de que empezara la operación. Mi madre era la siguiente en la cola de la operación y la enfermera vino a avisarnos. Dijo pesadamente: "Uno muerto. Este puede vivir". Mi madre seguía inconsciente. La enfermera le hizo otro TAC cerebral para preparar la operación. La imagen mostraba que la hemorragia continuaba y que la zona de sangre acumulada era ahora mayor. No sabíamos qué hacer ni qué esperar.

Hui había visto situaciones similares en el hospital durante los seis meses anteriores. Sabía muy bien que, si el médico hubiera operado al hombre, mi madre habría perdido un tiempo precioso, que podría haber marcado la diferencia entre la vida y la muerte.

Mi hermano llamó y le contó a mi padre lo que había pasado. Mi padre y algunos parientes más vinieron de nuestra ciudad lo más rápido que pudieron, con la esperanza de poder despedirse de mi madre. Cuando llegaron al hospital, mi padre estaba tan destrozado que no podía andar por sí mismo. Dos de mis parientes tuvieron que sostenerle. Esperamos ansiosos. Finalmente, la enfermera vino a vernos y dijo, para sorpresa de todos: "La operación ha sido un éxito. Todo un éxito. Ha sido increíble".

Sabía que Shifu estaba velando por nosotros todo el tiempo.

Resolver el yeli (karma) con compasión

La motorista que había atropellado a mi madre era una mujer joven. Cuando ocurrió el accidente, a su suegra le quitaba el sueño la preocupación de tener que pagarnos mucho dinero si mi madre moría. Cuando se enteró de que la operación había ido bien y mi madre vivía, empezó a preocuparse por cuánto tendría que pagar para cubrir los gastos de la operación y la hospitalización. Cuando mi madre se recuperó rápidamente, le pareció que la factura del hospital, de 40.000 yuanes (6.040 dólares), era demasiado. Se volvió poco razonable, y tratar con su familia fue duro.

Unos años después me encontré con el marido de la joven, Li, y le saludé amistosamente. Pero se limitó a maldecir y marcharse. Estaba resentido conmigo porque su familia sentía que los gastos médicos de mi madre que tenían que pagar eran demasiado.

Un par de semanas después, mi supervisor me dijo que tenía dos candidatos en mente para el puesto vacante en nuestro departamento. Dio la casualidad de que uno de ellos era Li. Conozco muy bien al otro candidato, era compañero de trabajo y siempre ha sido muy respetuoso conmigo. Me di cuenta de que mi supervisor se inclinaba por Li, pero al final me pidió mi opinión: "Por supuesto, tú tienes voz y voto a la hora de decidir quién se queda con el puesto. ¿Qué opinas?".

Para ser honesta, tenía dudas sobre trabajar con Li. Hace poco me insultó en público. ¿Cómo nos llevaríamos trabajando en la misma oficina? Pero no podía decirle a mi supervisor lo que había pasado entre Li y yo. Como cultivadora, tenía que estar a la altura de los estándares del Fa. Si este trabajo debía ser suyo, no quería impedir que lo consiguiera; no podía cambiar su carrera o incluso su destino por mis propias razones egoístas. Le dije a mi supervisor: "No tengo preferencias. ¿Por qué no decides tú?".

El lunes siguiente entré en la oficina y Li y su amigo ya estaban allí. Le saludé, pero me ignoró. Cuando su amigo se fue, se sentó frente a mí con una mirada arrogante. Antes de aceptar la oferta para este puesto, me enteré de que trabajabas en el mismo departamento. Para que lo sepas, no me caes bien".

Le pregunté: "¿Es por el accidente?". No dijo nada. Le dije: "Escucha. Tu mujer se subió con la moto a la acera y provocó el accidente. Mi madre tuvo una hemorragia interna que puso en peligro su vida. Creo que ninguna de las dos partes quería que ocurriera el accidente. ¿Crees que mi madre quería el accidente, una operación cerebral, con riesgo de morir, sólo para que ustedes lo pagaran? Todo el dinero fue al hospital. Por otro lado, ¿crees que tu mujer preferiría perder 40.000 yuanes sólo para golpear a mi madre? No tenemos ese tipo de rencillas entre nosotros, ¿verdad? Ninguna de las partes se propuso causar dolor a la otra intencionadamente, ¿verdad?".

Parecía menos enfadado. Me di cuenta de que su ira y su resentimiento habían desaparecido. Tras una breve pausa, me preguntó con cuidado: "¿Así que haces la práctica?". Le pregunté: "¿Te refieres a Falun Dafa?". Asintió y dijo: "El gobierno prohíbe que la gente lo practique".

Le dije: "Es Jiang Zemin. No le gusta la práctica. Entonces era el jefe del Partido Comunista Chino (PCCh). Tan arrogante, que hizo que todo el gobierno central y, esencialmente, que todo el país cumpliera su deseo personal. Como líder del país, debería haber puesto los intereses del país por encima de los suyos. ¿Acaso el país no está formado por nosotros, el pueblo? ¿No son también personas los más de 100 millones de practicantes de Falun Dafa? ¿No deberían nuestros derechos tener más peso que los sentimientos personales de Jiang?". Palabra por palabra, le dije: "Jiang se está posicionando como el enemigo del pueblo".

"Señora, lo que acaba de decirme me ha hecho cambiar de opinión sobre usted", dijo Li. Era sincero. Me dijo que antes había recibido una carta de un practicante y que pensaba que los practicantes eran buena gente. No le dije que era yo quien le había enviado la carta. Después de que su mujer chocara con mi madre e intentara eludir su responsabilidad, hubo algunos conflictos entre las dos familias. Una vez, arremetió contra mí y me dijo cosas feas. Me preocupaba que su hostilidad hacia mí se extendiera a Dafa y a otros practicantes, así que le envié una carta anónima. Al parecer, le causó una buena impresión.

Cuando redacté esa carta a Li, sentí realmente que Shifu me estaba dando sabiduría. La carta final sólo tenía dos páginas, pero estaba escrita con una lógica clara y principios directos. Al mismo tiempo, el tono era tranquilo y amistoso. No podría haberla escrito sin la ayuda de Shifu. Mientras escribía cada frase, no sabía qué iba a decir a continuación. A veces ni siquiera sabía cómo terminar la frase que estaba empezando. Sin embargo, los pensamientos venían continuamente a mi mente, y mi mano seguía escribiendo las palabras sobre el papel. Shifu me proporcionó el lenguaje para exponer los hechos en un tono tranquilo y aclarar la verdad de forma magistral.

Durante los días siguientes, Li me trajo té todos los días y me ayudó con los problemas informáticos. Sólo una semana después, lo trasladaron a otro departamento. Cada vez que nos encontrábamos, sonreía y me saludaba. Gracias al arreglo de Shifu, pudimos resolver nuestras deudas de yeli.

La protección de Shifu

Hace unos años, un practicante local y yo viajamos a zonas vecinas para colocar pancartas en las que se podía leer: "Falun Dafa es bueno". También teníamos nuestros teléfonos móviles programados para llamar automáticamente a la gente y reproducir un mensaje pregrabado. Si veíamos un buen lugar para colocar pancartas de Dafa al otro lado de una calle grande, siempre pedíamos ayuda: "Shifu, por favor, impida que vengan los coches". En cuestión de segundos, la calle quedaba libre de tráfico en ambos sentidos, y rápidamente colocábamos las pancartas antes de que los coches volvieran a acercarse.

Una vez, en el arcén de una autopista, vimos a lo lejos un gran poste con una gran pancarta en lo alto que estaba escrito: "Falun Dafa es bueno". Miré hacia arriba y me pregunté cómo era posible que alguien había impreso esos caracteres tan grandes y los había colocado tan perfectamente rectos y tan altos en el poste. Estaba en un tramo muy transitado de la autopista por el que pasan innumerables coches todos los días. Me quedé impresionada. Con la ayuda de Shifu, los practicantes de Dafa pueden lograr lo imposible.

Una noche, un practicante y yo estábamos colocando pancartas de Dafa a ambos lados de una gran calle. Mientras colocábamos las pancartas en un poste, me aseguré de que no pasara ningún coche. De repente, un coche pasó a toda velocidad por el carril justo al lado de la acera. Levanté la vista y vi la matrícula del coche con los caracteres "Administración de Justicia". Estábamos justo debajo de una farola y a plena vista, pero quienquiera que fuera en el coche no nos vio. Gracias, Shifu, por protegernos.

Una vez estaba en un pueblo distribuyendo folletos. Llamé a una puerta, pero nadie respondió, así que me di la vuelta. De repente oí una voz furiosa: "¿Qué quieres?". Un hombre corpulento de mediana edad se abalanzó sobre mí como si fuera a pegarme. Mantuve la calma y le dije: "Hola, señor. Tengo un DVD gratis para usted". Su enfado desapareció al instante cuando vio la portada del DVD: "Oh, es Falun Dafa".

Sonreí: "Sí". "Pero el país no te permite practicar esto", dijo. Le contesté: "No es el país, sino Jiang Zemin. ¿Quién es? Es corrupto hasta la médula y nunca ha hecho nada bueno por el pueblo ni por el país. Cualquier cosa contra la que esté debe ser buena". Asintió. Le dije: "Durante la Gran Revolución Cultural, si alguien decía que los alumnos debían estudiar y aprender en la escuela, se le tachaba de estar en contra de Mao. ¿No es ridículo?". Tomo el DVD y sonrió: "Creo que es una buena idea echarle un vistazo".

Una vez estaba estudiando el Fa en casa y dejé mi teléfono en una aplicación que llama automáticamente a la gente y reproduce un mensaje de voz de aclaración de la verdad. Al azar, tomé el teléfono y vi que estaba apagado. Lo volví a encender y se volvió a apagar. Cuando volví a encenderlo, detuve la aplicación y comprobé mis mensajes de voz. Una voz de hombre dijo: "No puedo localizar este teléfono. ¿Por qué no llamas a la policía local?". Me di cuenta de que alguien iba a denunciarme, así que apagué rápidamente el teléfono y le quité la batería. Debe ser  Shifu quien me estaba protegiendo.

La gente respeta a los practicantes de Dafa

Cuando el PCCh inició la persecución en 1999, al igual que miles de practicantes de Falun Dafa, fui a Beijing para apelar al gobierno central por nuestro derecho a la libertad de creencia. Quería demostrar a los funcionarios que Falun Dafa es bueno. Sin embargo, me interceptaron de camino a la capital, me llevaron de vuelta a mi ciudad natal y me detuvieron. Cuando me liberaron, los funcionarios de la ciudad le dijeron a mi director en el trabajo: "Arréglale un buen puesto para que se anime". Uno de mis familiares, que trabajaba en la misma empresa, me dijo: "Tienes muy buena reputación entre los altos cargos. Todos los funcionarios te respetan". Le pregunté: "¿Por qué?". Me dijo: "Porque practicas Falun Dafa". Nosotros, los practicantes de Falun Dafa, somos muy respetados entre la gente debido a la poderosa virtud de Shifu.

Hace muchos años, una practicante local fue arrestada por pegar pegatinas de Dafa por la noche. Ella y su marido son trabajadores comunes y nunca recibieron mucha atención. Sin embargo, cuando fue arrestada, todos sus compañeros de trabajo y supervisores ofrecieron ayuda y apoyo a su familia. Utilizaron sus contactos para intentar librarla de la detención. Cuando por fin la pusieron en libertad, su marido quiso invitar a todos los que les habían ayudado a una buena cena en un buen restaurante como agradecimiento. Uno de los jefes de su trabajo le dijo: "Ustedes no ganan mucho dinero como trabajadores. Yo pago la cuenta".

Cuando unas cuantas personas se reunieron y hablaron sobre la petición de los practicantes de Falun Gong al gobierno central de Beijing, una de ellas dijo: "El gobierno está equivocado. ¿Por qué Falun Gong no puede hacer peticiones al gobierno?".

Un practicante estaba colocando pancartas de Dafa por la noche delante de una casa. El propietario llegó a casa y empezó a sospechar cuando vio a alguien delante de su casa. El practicante le habló de Dafa y de la persecución, y el propietario se mostró muy receptivo. Al final, incluso invitó al practicante a tomar un refresco en su casa. El practicante le dio las gracias y se marchó.

Un practicante intentó aclarar la verdad a un taxista en su trayecto a la ciudad. Para su sorpresa, el conductor tomó el relevo y empezó a aclarar la verdad al practicante: "El PCCh no existirá en el futuro. China seguirá siendo China. Lo que transmitan por televisión no nos va a engañar a los taxistas. Todos sabemos que cuando la gasolina prende fuego, se quema al instante. No arde durante tanto tiempo como en las imágenes falsas". El conductor se refería al bulo de la autoinmolación de Tiananmen.

Un anciano subió a un autobús y se sentó junto a unos practicantes. Naturalmente, le aclaramos la verdad. Nos escuchó un rato y nos dijo: "En nuestro pueblo hay unos cuantos practicantes de Falun Dafa. Son muy buenas personas. Hacen los ejercicios todos los días y leen el libro Zhuan Falun. No cotillean ni inician conflictos con los demás. Intentan ser buenas personas y siempre están muy contentos".

Shifu es compasivo y siempre está pendiente de los practicantes. Toda nuestra sabiduría y capacidad vienen del Shifu y del Fa.