(Minghui.org) Tengo 71 años. Vivo en el campo y no recibí mucha educación. Practiqué el taoísmo durante más de diez años antes de iniciar la práctica de Falun Dafa en 1997. Aunque fui uno de los discípulos elegidos de la escuela de taoísmo, mi maestro sólo me había enseñado algunos trucos insignificantes.

Mi anciano padre enfermó en enero de 1997. Mi hermano menor y yo, nos hicimos cargo de él. Mi hermano llevaba años enfermo y tenía que tomar medicamentos todo el año.

Un día me di cuenta de que estaba leyendo un libro, profundamente concentrado.

"¿Qué libro estás leyendo?", le pregunté con curiosidad.

Era Zhuan Falun, el libro principal de Falun Dafa. Después de que leí algunas de sus páginas, me convencí de que era muy bueno. Mientras seguía leyendo, mi bajo vientre se calentó y todo mi cuerpo se sintió cómodo.

Nunca había tenido una sensación semejante, a pesar de haber practicado el taoísmo durante años.

"Falun Dafa es una verdadera práctica de Cultivación", le dije a mi hermano. "Yo también practicaré Falun Dafa".

Cuando pasé de ser un discípulo taoísta a un practicante de la Escuela Fo (Buda), la primera gran prueba que encontré fue la cuestión de "no hay una segunda vía de Cultivación".

Estaba convencido de que Falun Dafa era bueno, y quería contárselo a mi maestro taoísta. Así que caminé casi 40 kilómetros para ir a verle.

Él vivía en lo profundo de una montaña que estaba cubierta de gruesos pinos. El templo estaba escondido entre verdes pinos y cipreses.

Encontré a mi maestro, le conté por qué había venido y le enseñé el libro Zhuan Falun. Le echó un vistazo y dijo: "Está bien", aunque se le veía más bien descontento.

Después de que volví a casa, le pidió a un amigo taoísta que me diera el mensaje: "No aprendas Dafa". También le dijo varias veces a los demás que me impidieran practicar Dafa.

Sin embargo, con la guía de los principios del Fa y la bondadosa compasión del Shifu de Dafa, así como con la ayuda de los compañeros practicantes, empecé a practicar Falun Dafa con firme determinación. Quemé los libros taoístas que tenía. Me sentía feliz en lo más profundo de mi corazón, pues había encontrado un verdadero Maestro y el camino para regresar a mi verdadero hogar.

Durante más de 20 años de cultivación en Dafa, Shifu ha estado velando por mí todo el tiempo, iluminándome, purificando mi cuerpo y elevando el reino de mis pensamientos más profundos.

Me gustaría compartir algunos incidentes milagrosos que me sucedieron a mí y a mi familia después de que inicié la cultivación en Dafa.

Suelo pastorear en las montañas, a decenas de kilómetros de casa. Un día varias de mis ovejas se perdieron. Recorrí montañas y lomas para buscarlas, de aldea en aldea. Aunque el día había terminado, no estaba cansado. Me sentía como si flotara mientras caminaba.

Cuando volví y les conté a los otros pastores adónde había ido, se quedaron sorprendidos. No podían creer que hubiera caminado más de 100 km y no mostrara ningún signo de fatiga. ¡Era realmente extraordinario!

Antes mi temperamento era más bien impaciente. Después de iniciar la práctica, oía a menudo una voz que me decía: "Difícil de tolerar, se puede tolerar". Sé que era nuestro Shifu quien me animaba. Shifu también purificó mi cuerpo y mi mente y me inspiró a mejorar en la cultivación con rapidez.

No he tomado ningún medicamento en los últimos veinte años. Le decía a cualquiera con quien me encontraba: "Falun Dafa está aquí para salvar a la gente. No crean la propaganda y las calumnias que lanza el PCCh (el Partido Comunista Chino) contra Falun Dafa".

Un día de la primavera de 2016, mientras cargaba hierba en un vehículo de tracción, me caí accidentalmente. Mi hijo y otros de mis familiares me llevaron rápidamente al hospital. Una radiografía indicó que me había roto cuatro costillas. Mis familiares insistieron en que me quedara en el hospital para recibir tratamiento. Los médicos pronosticaron que tendría que estar hospitalizado al menos un mes.

Permanecí tres días sin recibir inyecciones ni medicamentos. Luego me fui a casa a estudiar el Fa y a hacer los ejercicios. A los seis días ya podía trabajar. Los vecinos me preguntaron muy sorprendidos: "¿Cómo mejoraste tan rápido?".

Al ver cómo me recuperaba tan rápido al practicar Falun Dafa, mi esposa también empezó a practicarlo. Como es analfabeta, escuchaba las conferencias del Fa de Shifu. Mi esposa también tuvo una experiencia milagrosa.

Tenía molestias en el bajo vientre. Una revisión en el hospital indicó que tenía un tumor. Unos meses después de empezar a practicar Falun Dafa, el tumor desapareció sin ningún tratamiento.

Nos alegramos mucho y nos sentimos muy agradecidos con nuestro compasivo Shifu. Siempre contamos a la gente que Falun Dafa es bueno y las experiencias milagrosas que hemos tenido.

Mi esposa también tuvo dos pruebas de vida y muerte. Un día de 1998, mis familiares estaban intentando reforzar una presa contra las inundaciones. Encontramos dificultades para mover una enorme roca que pesaba unas dos toneladas. Yo até la roca con un cable de acero y usé dos vehículos de tracción, para jalarla hacia delante, mientras mi esposa intentaba hacer palanca desde atrás con una barra de acero.

De repente, el cable se rompió. La gran roca rodó hacia atrás y la barra de acero que mi mujer utilizaba para hacer palanca se clavó en su muslo bajo el peso de la roca. Todos los presentes se sobresaltaron y pensaron que debía de tener la pierna aplastada y rota. Efectivamente, la barra de acero se había clavado en su muslo, que se puso negro. La ayudé a levantarse, pero no podía caminar debido al gran dolor. Me dijo tranquilamente: "Estoy bien".

Poco después, una noche, mientras mi esposa estaba medio dormida, sintió que le lavaban el muslo herido con agua y que salía algún tipo de líquido. Al día siguiente, ¡su pierna estaba curada! Ambos nos dimos cuenta de que una gran parte de su yeli había sido eliminada con la ayuda y la protección de nuestro Shifu.

Un día del año 2000, mientras intentaba cargar un gran contenedor metálico con capacidad para dos metros cúbicos de agua, en un vehículo de tracción, de repente el sistema de soporte se rompió y golpeó a mi mujer en la cabeza. Se cayó al suelo y perdió el conocimiento.

La llevé corriendo al hospital. Los resultados de las pruebas mostraron que tenía sangre en el cerebro. Mi mujer no se quedó en el hospital y prefirió volver a casa. Siguió estudiando el Fa y haciendo los ejercicios. Y pronto volvió a la normalidad. Nuestro venerado Shifu la salvó de nuevo.

Durante más de 20 años de cultivación, Shifu nos ha protegido día y noche. Gracias Shifu por su inmensa compasión, que nunca podremos pagar. Estamos determinados a cultivarnos bien en Dafa y hacer todo lo posible para esclarecer la verdad y salvar a más personas.