(Minghui.org) Como joven practicante de Falun Dafa nacido en una familia de practicantes devotos, tuve la suerte de crecer en un ambiente de cultivación enriquecedor que me protegía de muchas influencias sociales. En mis primeros años, abracé de todo corazón la práctica junto a mis padres.

Pero después de empezar la escuela, poco a poco me fui alejando de mi camino espiritual. Permití que se arraigaran los apegos mundanos, incluida la competitividad, el deseo de reconocimiento e interés propio, e incluso la envidia. Esto llevó a un sentimiento de arrogancia y a negarme a aceptar críticas. Lamentablemente, me resultó difícil mantener el estudio y los ejercicios del Fa con regularidad y, a menudo, prioricé otros aspectos de mi vida.

Con el tiempo, incluso comencé a engañarme, interpretando las enseñanzas de Shifu en el sentido de que podría ser solo un Dafa dizi mientras dure la rectificación del Fa en el mundo humano. Esta perspectiva incorrecta me llevó a aflojar aún más en mi cultivación a medida que me sumergía cada vez más en las formas de entretenimiento de la gente común.

En la escuela secundaria, sucumbí al atractivo de los videos en WeChat y otras plataformas y me volví adicto a ellos. Perdí mucho tiempo y mi rendimiento académico pagó el precio. Luego me dediqué a leer artículos y novelas, utilizando el “alivio del estrés” como justificación. Gran parte de su contenido eran elementos inmorales y demoníacos y material explícito, cosas que eran completamente incompatibles con los principios de la práctica de Dafa. Mi madre, reconociendo los peligros, intentó alejarme de estas influencias perjudiciales, pero yo me resistí obstinadamente a su consejo.

Shifu dijo:

"Un ser humano es como un recipiente; es justamente lo que él contiene". (“Fundiéndose en el Fa”, Escrituras esenciales para mayor avance)

Inicialmente rechacé el contenido negativo, pero con el tiempo me aclimaté a él y desarrollé un gran interés en él. Comencé a discutirlo con mis compañeros de clase, incrustando aún más estos elementos corrosivos en mi mente.

El año pasado, el yeli de pensamiento se manifestó como una masa oscura en mi mente, que a veces me obligaba a actuar de maneras extrañas. Por ejemplo, cuando estaba feliz, me impulsaba a patear una mesa, subir al podio, gritar o bailar salvajemente. Como sucedía con más frecuencia, me puse alerta y traté de detenerlo enviando pensamientos rectos, pero aun así a veces volvía a mí.

Desinstalé WeChat y dejé de ver videos y novelas. A medida que mi mente se volvió más clara, la fuerza oscura, en respuesta, intensificó sus esfuerzos. Ahora me ataca con frases invasivas y demoníacas, sobre todo cuando estoy concentrado en mis estudios. Sigo luchando contra ello, pero lucho por deshacerme de él por completo.

Cuando mi madre descubrió lo mucho que estaba luchando, enfatizó la importancia de la cultivación diligente, que fortalece los pensamientos rectos. Ella me recordó que debía tener fe en las habilidades que me dio Dafa y reunir activamente más pensamientos rectos para hacerlo mejor.

También me animó a compartir mis experiencias para exponer este tipo de maldad. Tengo la más sincera esperanza de que mi relato sirva como una llamada de atención para aquellos practicantes adictos a Internet. Seamos todos cautelosos ante la interferencia demoníaca para asegurarnos de que no haya lugar para que el mal nos explote.