(Minghui.org) Solía trabajar en una fábrica de ropa. Después de casarme, mi salud se deterioró debido a las largas jornadas de trabajo. Me enfermé de muchas cosas, hasta que un día tuve que dejar mi empleo, porque ya no podía trabajar. Ningún tratamiento médico me ayudó.

En 1998 conocí a Falun Dafa. Después de practicar solo un corto tiempo, me recuperé de todas mis dolencias y pude tener esperanza. Me sentía ligera y no me sentía cansada al caminar o trabajar en casa o en nuestra granja. Mi vecino me dijo: "Estás completamente diferente en comparación con el pasado: llena de alegría y con energía. ¿Qué has hecho para mejorar?". Le dije: "Es porque practico Falun Dafa. Me he recuperado de todas mis enfermedades".

Si no nos cultivamos con diligencia, no nos consideramos siempre como practicantes, y relajamos nuestra conciencia principal, entonces lo que pensamos y hacemos será lo mismo que la gente común. Sabía que pasar demasiado tiempo con el móvil, obsesionada con WeChat, y navegar por Internet estaba mal, pero no podía resistir las tentaciones y al final me convertí en una adicta al celular.

No podía concentrarme cuando leía el Fa. Después de terminar de leer una lección, pensaba que había terminado la tarea del estudio del Fa, y podía reanudar el juego en mi teléfono celular. Parecía que no podía encontrar la manera de detenerme. Mi conciencia principal no era fuerte, y ni siquiera me consideraba una cultivadora. No fue hasta que experimenté problemas de salud que me di cuenta de que algo iba mal en mi cultivación.

Estaba cocinando en casa en octubre de 2021, cuando de repente sentí un fuerte dolor en el pecho. Conseguí llamar a mi hija, que me instó a ir al hospital. Poco después de colgar el teléfono, llegó a casa y quiso llevarme al hospital. Le dije que estaría bien y que no se preocupara. Pero ella insistió en llevarme. Pensé que no debía añadir más problemas a los demás y que debía comprender los sentimientos de mi hija. Así que fui al hospital con ella. Seguí enviando pensamientos rectos por el camino, rogué al Maestro que me ayudara y esperé que los resultados de los exámenes fueran buenos. Los resultados del electrocardiograma fueron normales, pero como fuimos allí de noche, no fue posible hacer otras pruebas. El médico me dijo que debía quedarme toda la noche y que al día siguiente me harían un examen completo. Pero me fui a casa. A la mañana siguiente le rogué al Maestro: "Maestro, no quiero hacerme los exámenes. No estoy enferma. Soy tu discípula. El Maestro decide todo lo mío". Al final, no volví al hospital.

Debido a que había estado apegada a jugar en mi teléfono celular, no podía concentrarme mientras estudiaba el Fa. Jugaba con el teléfono siempre que tenía tiempo y no me consideraba una cultivadora. Con el tiempo, las viejas fuerzas se aprovecharon de mis brechas.

El Maestro dijo:

“...les cuento a todos qué significa ser envenenado. En la medicina, se considera que los nervios de la adicción al gusto son estimulados, y si son más desarrollados, significa estar envenenado, pero, de hecho, no es así. Entonces, ¿qué es? En tu cuerpo, después de un tiempo largo, se acumula un ‘tú’ igual a tu imagen, pero está compuesto de esa cosa que te controla. Dado que esa imagen de ti está compuesta de fuertes apegos, posee una energía fuerte que controla tu corazón, porque está formada por fuertes corazones” (Fahui de Nueva York 2019).

Fue mi adicción a jugar con mi celular lo que resultó en esta ilusión de enfermedad. Me centré en esta adicción, la eliminé y encontré mi verdadero yo.

Dejé de llevar el teléfono móvil conmigo. En cambio, tomé Zhuan Falun, el libro principal de Falun Dafa, cuando fui a la casa de otro practicante para estudiar el Fa, y envié pensamientos rectos. Todos los estados anormales desaparecieron en cuatro días, y me recuperé completamente.

Me di cuenta de que es la disposición del Maestro para exponer nuestros apegos y nociones humanas. Tenemos que aprovechar la oportunidad para eliminarlos, en lugar de dejar que las viejas fuerzas encuentren excusas para perseguirnos. Siempre que encontremos nuestros apegos, debemos tomarlos en serio y deshacernos de ellos. En el camino de la cultivación, debemos ser estrictos con nosotros mismos, evaluar cada pensamiento, tomar siempre la guía del Fa, y asimilarnos al Fa en todo momento. Solo entonces podemos ser verdaderamente diligentes en la cultivación.

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