(Minghui.org) El Instituto de Investigación en Cuestiones Económicas y Fiscales (IEF Europe, por sus siglas en inglés), un centro de estudios con sede en París, publicó el 4 de julio un artículo en el que se ponía de manifiesto la sustracción forzada de órganos autorizada por el Estado en China. Titulado "La sustracción de órganos en China o el negocio criminal de una dictadura", el artículo advertía de que es hora de que los países occidentales despierten y afronten la realidad de esta atrocidad.


Un artículo del 4 de julio del Instituto de Investigación Económicos y Fiscales (IEF Europe) se centra en la sustracción forzada de órganos en China

El artículo decía que mucha gente elogiaba a China por su creciente proyección mundial o su progreso tecnológico y económico, pero que pocos prestaban atención al peligro que supone la doctrina comunista, por no hablar de los desastres que el Partido Comunista Chino (PCCh) ha traído a los ciudadanos de China durante sus más de 60 años de sangriento gobierno.

Según el artículo, los investigadores han recopilado numerosas pruebas que se han documentado en Bloody Harvest: Organ Harvesting of Falun Gong Practitioners in China (2009, por David Matas y David Kilgour) así como The Slaughter: Mass Killings, Organ Harvesting, and China's Secret Solution to Its Dissident Problem (2014, por Ethan Gutmann).

Matas, Kilgour y Gutmann presentaron un informe actualizado en junio de 2016. "El origen de la mayor parte del volumen masivo de órganos para trasplantes es el asesinato de inocentes: Uigures, tibetanos, cristianos de casa y, principalmente, practicantes del conjunto de ejercicios de base espiritual Falun Gong", escribieron los autores en el informe de 680 páginas. "El saqueo de órganos en China es un crimen del que son cómplices el Partido Comunista, las instituciones del Estado, el sistema sanitario, los hospitales y los profesionales de los trasplantes".

El sector de los trasplantes crece a un ritmo alarmante

Según la tradición china, el cuerpo de una persona debe permanecer intacto después de la muerte, lo que fue una de las principales razones por las que China no tuvo ningún sistema registro oficial de donantes de órganos hasta 2013, seis años después de que inicialmente se destapara el escándalo de la sustracción forzada de órganos en 2006. El artículo del IEF también explica que muy pocos órganos fueron donados voluntariamente después de que el sistema se pusiera en marcha.

En cambio, la industria de los trasplantes de órganos en China ha aumentado de forma espectacular desde el año 2000. "Ese año, los trasplantes de hígado se habían multiplicado por diez con respecto a 1999 y se triplicaron hasta 2005. Los datos oficiales muestran un registro de 10.000 trasplantes al año", escribió el artículo del IEF citando datos del informe de 2016 de Matas, Kilgour y Gutmann. "Sin embargo, basándose en las capacidades requeridas por el gobierno para los centros de trasplante de órganos, los 169 hospitales capacitados para estas operaciones pueden haber realizado entre 60.000 y 100.000 trasplantes al año desde la década de 2000. De hecho, en 2007, 1.000 hospitales solicitaron al gobierno permisos para realizar trasplantes de órganos. Esto sugiere que los trasplantes podrían ser incluso más numerosos de lo anunciado".

Otra prueba es el tiempo de espera para los órganos. Mientras que en otros países hay que esperar a veces varios años para una donación de órganos, "China presume de plazos récord, de apenas unas semanas, para los trasplantes de hígado o riñón". Además", continuaba el artículo del IEF, "la compatibilidad de los órganos es una cuestión crucial y solo se puede esperar, nunca se garantiza, excepto... en un hospital chino".

Un crimen de Estado

El artículo del IEF señala que muchos hospitales de China han realizado trasplantes de órganos. Un médico del Hospital Changzheng, del campus de Pudong (Shanghái), dijo: "Tenemos varios turnos que trabajan las 24 horas del día. Disponemos de cuatro equipos que pueden hacer [trasplantes]". En cuanto a la procedencia de los órganos de los donantes, respondió: "Utilizamos una fuente nacional unificada. Esto, cómo decirlo... solo lo saben los médicos". Además, cuando se produce un rechazo, los equipos pueden hacer varios intentos más en el mismo paciente, hasta que el éxito esté asegurado.

Esto es aún más desconcertante si se tiene en cuenta que la donación de órganos es muy limitada. China anunció oficialmente en 2015 que dejaría de utilizar los órganos de los presos condenados a muerte, tras enfrentarse a fuertes críticas de muchos países y organizaciones internacionales.

"Entonces, ¿de dónde vienen los órganos? La respuesta a esta pregunta es escalofriante", escribió el artículo del IEF. "El rápido crecimiento de los trasplantes desde 1999 proviene de la masiva y brutal represión de las autoridades contra los seguidores de Falun Gong, una práctica tradicional de meditación basada en la salud y el desarrollo personal".

Esto comenzó en 1999, cuando el entonces líder del PCCh, Jiang Zemin, decidió empezar a perseguir a Falun Gong con la política de "difamar su reputación, arruinarlos económicamente y destruirlos físicamente". Bajo las directrices de la Oficina 610, una agencia no legal creada el 10 de junio de 1999 y encargada de llevar a cabo la política de persecución, desde entonces, alrededor de 70 millones de practicantes han sido sometidos a arrestos, detenciones y torturas.

El Parlamento Europeo adoptó una resolución el 5 de mayo de este año sobre la sustracción de órganos en China a presos de conciencia de numerosos grupos minoritarios. "Es evidente que el régimen chino niega todo acceso a los centros de detención y a los establecimientos médicos. La comunidad internacional guarda silencio", concluye el artículo del IEF. "Sin duda, es hora de que los occidentales que adoran el progreso chino abran los ojos a la realidad de esta mortífera ideología comunista".

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