(Minghui.org) El yeli de enfermedad es una tribulación con la que tienen que lidiar todos los practicantes en un momento u otro. En ese momento un practicante tiene que creer fuertemente en el Maestro y en el Fa.

Todo el dolor de mi cuerpo desapareció inmediatamente

Tuve yeli de enfermedad hace mucho tiempo. Era una practicante nueva en Falun Dafa. Una noche llegué a casa después de asistir al grupo de estudio del Fa, eran sobre las 9 de la noche. Mientras estaba tumbada en la cama y a punto de dormirme, comencé a sentir dolor en todo el cuerpo. Sentí dolor en un órgano tras otro, incluyendo las tiroides, el corazón, en la vesícula biliar, en la zona donde trataron el tumor del páncreas y el apéndice. Entonces me empezaron a doler todos los músculos. El intenso dolor me hizo gritar con fuerza. Mi esposo, que no practicaba Falun Dafa, estaba muy preocupado. Insistió en llevarme al hospital y le dije que estaba bien y que no necesitaba que me viera un médico. Me dije que por mucho dolor que sintiera no iría al hospital.

Anteriormente sufrí de tumores malignos en el páncreas que desaparecieron después de comenzar a practicar Falun Dafa. Otro practicante de mi ciudad se curó de un cáncer en el recto. Se habló mucho de nuestras dos recuperaciones milagrosas, mucha gente de la ciudad nos conocía. Compartí mis experiencias con una audiencia de más de 800 personas. Así que, me preocupaba que pudiera dañar la reputación de Dafa si iba al hospital. Además, sabía que los dolores no eran causados por las enfermedades, sino que estaba pasando un proceso de eliminación de yeli. Aunque el dolor era difícil de soportar apreté los dientes y lo soporté.

Mientras combatía el intenso dolor, traté de recitar de forma sincera Falun Dafa es bueno y Verdad, Benevolencia y Tolerancia es bueno. Recordé algo que dijo el Maestro:

“Durante el xiulian, el ye tiene que ser eliminado, y eliminar ye es doloroso, ¡pues dónde existe que el gong crezca cómodamente!” (Sexta Lección, Zhuan Falun)

La intensidad del dolor disminuyó durante un rato, luego se incrementó de nuevo y este ciclo duró toda la noche. Sabía que el dolor se producía porque el Maestro Li estaba ayudándome a eliminar el yeli.

El dolor duró toda la noche. Mi esposo vino y me dijo que casi estaba amaneciendo y quiso llevarme al hospital. Le respondí: “Todo está bien, el Maestro me está ayudando a eliminar yeli”. Tan pronto como dije esto, sentí algo que salía de mi cuerpo. De repente el dolor remitió y me sentí muy relajada y confortable. Caminé hacia el retrato del Maestro sin esfuerzo me arrodillé mostrando mi más sincero agradecimiento: “Maestro, muchas gracias por esos problemas que me ayudan”.

Después de reconocer el problema, me encontré bien de inmediato

Antes y después de que mi esposo falleciera, pasé una época difícil. Estudiaba poco el Fa y cuando lo hacía no estudiaba bien y no podía calmarme cuando hacía los ejercicios. Me dejé llevar por mis sentimientos y lloraba cuando veía las fotografías de mi esposo o sus pertenencias. Mi hija me llevó a vivir con ella para que cambiara de aires, cuando estuve con mi hija y su esposo, perdí mi entorno habitual de estudio del Fa. No hacía las tres cosas que un practicante de Dafa debe hacer: estudiar el Fa, enviar pensamientos rectos y esclarecer la verdad sobre Falun Dafa a la gente común.

Una noche, cuando fui al baño, me costó ponerme en pie. Mi hija se dio cuenta de que algo iba mal y rápidamente me tomó la tensión sanguínea. Estaba a 248mm Hg (lo normal sería 120). Llamó a su esposo y le dijo que me llevara al hospital. Sabía que mi estado no se debía a una enfermedad, sino a mi podre estado de cultivación, por lo que no quise ir. Mi yerno intentó convencerme diciéndome que mi presión sanguínea era muy alta y que era mejor que me trataran en un hospital grande que había cerca de su casa. Creía que en el pequeño hospital de mi pueblo al noroeste de China no me trataron adecuadamente.

Le dije: “Es mi error, debo ir a mi casa estudiar el Fa y salvar gente”. Tan pronto como dije eso, me sentí bien de nuevo. Me di cuenta de que mi pensamiento era correcto y sabía lo que debía hacer.

Al día siguiente tomé un vuelo para casa. Cuando llegué a casa, varios practicantes locales me saludaron y me abrazaron como si hubiera renacido. Uno bromeó diciendo que mi presión arterial hubiera subido a 250 sino hubiera vuelto y todos se rieron.

Agradezco sinceramente al Maestro Li por salvar mi vida una vez más. Con las bendiciones del Maestro y la ayuda de otros practicantes, me empeñé en estudiar cada día el Fa. Después de entender los principios del Fa, volví a participar inmediatamente en las actividades de rectificación del Fa.

Agradezco sinceramente al Maestro Li su compasión. No hay palabras para describir mi gratitud. Solo puedo cultivarme sólidamente para devolverle todo lo que ha hecho por mí. No hubiera podido continuar con mi cultivación durante los últimos 20 años sin la protección del Maestro. Gracias Maestro Li.

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