(Minghui.org) Tengo 72 años y comencé a practicar Falun Dafa hace 24 años. Con la protección compasiva del Maestro Li Hongzhi (fundador de Falun Dafa), superé muchos desafíos.

A una gran cantidad de practicantes de nuestra zona no les fue muy bien y fueron perseguidos por el Partido Comunista Chino (PCCh). El practicante que era nuestra persona de referencia para la tecnología informática tuvo que mudarse para evitar ser arrestado. Saquearon los lugares donde realizábamos el estudio del Fa en grupo e imprimíamos folletos de Falun Dafa. Algunos practicantes incluso tenían miedo de salir de casa por temor a ser arrestados.

Pero no podíamos dejar de hablarle a la gente sobre la verdad detrás de la persecución. Dadas las circunstancias, di un paso adelante y empecé a ayudar a otros practicantes a crear sistemas informáticos, a hacer folletos de Falun Dafa y a llevar la cuenta de la cantidad de personas que se retiraban de las organizaciones del PCCh. Hice la mayoría de esos trabajos solo. Además, tuve que sacar tiempo para salir a aclararle la verdad a la gente y entregar folletos a cada uno de los practicantes de nuestra área.

Por consiguiente, el tiempo que dedicaba al estudio del Fa y a los ejercicios disminuyó. Como resultado, no sentí el poder de Dafa de "hacer más con menos tiempo". La cultivación se convirtió en una dificultad agridulce.

En enero de 2020, me caí en las escaleras y me lesioné la espalda. El dolor me mantenía despierto por la noche y se me hizo difícil salir de la cama. Hice todo lo posible para mantener el ritmo de estudio del Fa, haciendo los ejercicios, enviando pensamientos rectos y trabajando en proyectos. Me preguntaba: "¿Por qué no puedo ser como esos practicantes que hacen bien la cultivación?".

Con el corazón tranquilo, busqué en mi interior mis apegos. Y, efectivamente, había muchos: envidia, odio, competencia y fanatismo. El mayor error fue que no renuncié a las viejas fuerzas inmediatamente cuando me caí. En lugar de levantarme, me quedé tendido gritando: "Estoy bien, Falun Dafa es bueno, Verdad, Benevolencia y Tolerancia es bueno, ¡Maestro sálvame!". Sabía que estaba bien. Sin embargo, mi verdadera intención era que mi hijo y su esposa fueran testigos del poder de Dafa.

Encontrando mis apegos

No me di cuenta de que validar el Fa con la mentalidad de una persona común no está alineado con los principios del Fa. Dafa es serio. El Maestro Li dijo:

“Decimos que lo bueno o lo malo surgen de un pensamiento de la persona, y la diferencia de este pensamiento también trae distintas consecuencias” (Cuarta Lección, Zhuan Falun).

Sabía que debía pasar más tiempo estudiando el Fa. Debido al dolor, me era difícil leer sentado. Así que vi repetidamente el vídeo de la conferencia del Maestro a los practicantes australianos. Su enseñanza sobre la cooperación de los practicantes como un solo cuerpo me conmovió profundamente. Mi ego y el apego a mi opinión afectaban a la coordinación entre los practicantes. No trabajar bien con otros practicantes significa que no estaba en armonía con el Fa. Esto era una brecha.

La clave era cómo dejar de lado mi ego cuando interactuaba con otros practicantes. Me di cuenta que aferrarse a la opinión es lo mismo que ser egoísta. El Maestro nos enseñó a considerar primero a los demás y a ser desinteresados. Entonces me propuse mejorar mi xinxing basándome en la guía del Fa.

No hace mucho, una practicante me trajo muchos libros de aclaración. Los libros no tenían cubiertas, así que me pidió que hiciera cubiertas y dijo que volvería a recogerlos. Pero más tarde me pidió que los entregara directamente.

Para hacerlo, tenía que ir en motoneta. Pero yo seguía sufriendo y, además, mi identidad como practicante podía quedar al descubierto. Al principio pensé que no era seguro entregar los libros, que tenía que encontrar otra manera. Pero no había otras opciones.

Entonces pensé: ¿por qué no puedo tener en cuenta primero a los demás? La practicante debe tener su razón. Necesitaba trabajar con otros practicantes de forma incondicional. La razón por la que creía que esta tarea era difícil e insegura se debía al ego y al miedo. Estos son apegos humanos que necesitaba eliminar.

Debemos utilizar nuestra sabiduría y trabajar juntos como un solo cuerpo. Así es como los cultivadores validan Dafa y mejoran en la cultivación. Cuando me di cuenta de esto, fue como si hubiera roto una cáscara. Se entregaron los libros sin problemas. También experimenté la sensación mágica de soltar los apegos y elevar mi xinxing.

Otra tarea parecía imposible de realizar. Una practicante me pidió que le ayudara a instalar el sistema operativo de un computador con una memoria USB. Nunca había hecho nada parecido. Sorprendentemente, logré hacer el trabajo. De nuevo, una vez que abandoné mi ego, logré el efecto de "hacer más con menos".

Finalmente logré un gran avance

Durante cada tribulación, me mantuve estudiando el Fa, haciendo los ejercicios y enviando pensamientos rectos. El compasivo Maestro limpiaba mi cuerpo. Una vez, mientras meditaba, vi al Maestro arreglando los huesos de mi espalda. El trabajo fue impecable. En otra ocasión, vi al Maestro eliminar las sustancias negras de mi campo en otra dimensión.

El Maestro me indicó que tenía que aumentar el tiempo de los ejercicios. Además de mis ejercicios matutinos, hice una hora más de meditación sentada. Me dolían tanto las piernas cuando me sentaba con las piernas cruzadas que lloraba.

Como el dolor no disminuía, pensé: "¿Cómo puedo elevarme a un nivel superior del Fa? Aumentar el tiempo de los ejercicios no lleva a una mayor calidad de la cultivación. La clave es mejorar mi xinxing. Para elevar mi nivel, debo vivir con un estándar más alto.

Así que, después, cuando hacía la meditación sentada durante una hora, mis piernas se sentían ligeras. Mi cuerpo se inclinaba a veces hacia delante, a veces hacia atrás. Hacía tiempo que no tenía esa sensación. ¡Esta es la magia de armonizar con el Fa! Mi espalda se sentía mejor. Mi entendimiento es que el Fa tiene diferentes requerimientos en diferentes niveles; mientras me alinee al Fa, mi cuerpo experimentará un gran cambio.

El Maestro nos cuida en cada paso del camino. No podemos cultivarnos sin la protección y guía del Maestro. Atesoremos nuestras oportunidades, estudiemos el Fa diligentemente, hagamos las tres cosas que se piden a los practicantes y no decepcionemos al Maestro.

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