(Minghui.org) Cuando Hong se enteró de que estaba embarazada de mellizos, se sintió muy feliz y emocionada. Sin embargo, después de un chequeo de seguimiento, no pudo evitar llorar todo el tiempo.

El médico les dijo a Hong y a su esposo que en las imágenes de la ecografía podían ver que uno de los fetos tenía las extremidades poco desarrolladas y que se trataba de una discapacidad congénita. El médico sugirió un aborto.

Hong estaba desolada y no podía creerlo. Así que la pareja acudió a casi todos los hospitales de mujeres y niños de la ciudad, pero todos los médicos dijeron lo mismo.

Para descartar un diagnóstico erróneo, decidieron ir a un hospital provincial para consultar con un especialista. Tras ver a Hong en el hospital durante dos semanas, y tres consultas, el especialista llegó a la misma conclusión: aunque el médico no podía ver el cuerpo completo del feto, podía decir que las extremidades estaban poco desarrolladas, y el aborto podría ser mejor opción que dar a luz a un niño con discapacidad congénita.

El sueño de la abuela

El marido llamó a su madre, Jia, para decirle que habían decidido abortar y que necesitaba su ayuda para cuidar de Hong.

Jia es practicante de Falun Dafa, una antigua disciplina espiritual centrada en los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia. Le dijo a su hijo: "Ven a casa ahora. Los mellizos están sanos: uno es un niño y el otro una niña". Su hijo le preguntó: "¿Cómo lo sabes?". Jia le contó entonces el sueño que había tenido la noche anterior.

En el sueño, Jia estaba en el arcén de una carretera. Veía a tres niños pequeños trepando por la valla hasta el centro de la carretera justo cuando un autobús se acercaba a ellos a toda velocidad. ¡Tres vidas estaban en peligro! Jia hizo un gesto desesperado al autobús para indicarle que se detuviera. Estaba tan asustada que se despertó sudando.

Jia no podía dejar de pensar en su sueño. Sentía que no era un sueño normal. El niño y las dos niñas de su sueño estaban sanos, lo que quizás implicaba que los mellizos que llevaba Hong eran un niño y una niña. Y las tres vidas en peligro probablemente significaban que el procedimiento pondría en peligro las vidas de los mellizos y de la madre.

La joven pareja prefirió creerle y volvió a casa. Pero Hong tuvo un embarazo difícil, con la tensión alta, las piernas hinchadas, mareos y aturdimiento.

Jia le dijo que podría mejorar si recitaba las frases "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno", pero Hong no le creyó.

Jia dijo: "Está bien, las recitaré por ti". A veces Jia hablaba con los mellizos, diciendo: «Bienvenidos al mundo. Recuerden: 'Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno'». Hong siempre escuchaba en silencio.

No había ningún cambio cuando Hong iba a sus revisiones mensuales: el médico solo podía ver el cuerpo de un feto y las extremidades del otro. Dos meses antes de la fecha prevista para el parto, Hong fue hospitalizada y Jia la acompañó.

Una noche, Jia oyó en su sueño: "¡Ve a casa y toma las mantas de los bebés!". Cuando volvió al hospital con las mantas al día siguiente, Hong había dado a luz a un par de mellizos sanos. Toda la familia no podía estar más contenta.

Creciendo a la luz de Dafa

Jia, de 74 años, solía tener muchas dolencias, pero recuperó su salud después de empezar a practicar Falun Dafa en 1998. Siguiendo "Verdad-Benevolencia-Tolerancia", sigue mejorando su carácter. Cree que ella y toda su familia se benefician de Falun Dafa.

Los mellizos se quedaron con ella desde que tenían siete meses. Todos los días veían a la abuela hacer los ejercicios de Falun Dafa y la escuchaban leer los libros de Falun Dafa. Siempre están contentos y casi nunca lloran. Lo único que preocupaba a los padres era el ombligo de la niña, que sobresalía. El médico dijo que podría arreglarse quirúrgicamente cuando la niña tuviera al menos siete años.

Pero la abuela nunca lo vio como un problema. Cuando aprendieron a hablar, les enseñó a decir "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno". Cuando la niña tenía dos años, su ombligo se resolvió solo. A medida que los mellizos crecieron, aprendieron más sobre Falun Dafa y memorizaron muchos poemas de Hong Yin.

Ahora están en la escuela primaria y les va muy bien.

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