(Minghui.org) El 12 de octubre de 2014, alrededor de las once de la noche, me despertó repentinamente de un profundo sueño un fuerte dolor abdominal. Lo recuerdo bien.

Sentí un dolor insoportable en ambos lados del estómago. El dolor apareció con fiereza, como si algo me atacara. Incluso tumbada sobre la espalda me dolía, me dolía tanto que no me atrevía a moverme ni a respirar. Con mucha dificultad me obligué a sentarme y a apoyarme en el cabecero de mi cama.

Me preguntaba: "¿Qué está pasando aquí? ¿Dónde no hice bien mi práctica de cultivación de Falun Dafa que ha permitido que el mal tenga una excusa para perseguirme así, forzándome hacia la muerte?". El dolor me impidió seguir pensando. Sentía mis órganos internos como si estuvieran siendo violentamente retorcidos y estirados. No hay palabras para describir el dolor y el malestar que sentía.

Me tranquilicé y decidí no seguir buscando en mi interior. Solo mantuve un pensamiento: "Soy discípula del Maestro Li Hongzhi, así que continuaré en mi camino de cultivación de manera firme. No importa las deficiencias que pueda tener, las corregiré basándome en Dafa. Todo será decidido por mi Maestro y solo seguiré las disposiciones de Shifu".

Me comuniqué con los seres de mi cuerpo en otros reinos. Dirigí un pensamiento hacia ellos de que, independientemente de los rencores que pudiera tener con ellos en el pasado, ahora era una cultivadora de Falun Dafa y quería "resolver benévolamente las cosas" con ellos. «Si les hice algo malo en el pasado, me disculpo sinceramente. Lo siento. Si eligen “resolver las cosas benévolamente”, por favor, déjenme inmediatamente». Después de eso, recité de memoria la escritura del Maestro sobre la resolución benévola de las cosas. Luego envié pensamientos rectos para limpiar mi propio campo dimensional.

Segundo a segundo, el tiempo pasó y el dolor se alivió gradualmente. Cuando terminé de enviar pensamientos rectos a medianoche, me acosté en la cama. Alrededor de las 2 de la mañana, me despertó el dolor de nuevo. Me senté inmediatamente para enviar pensamientos rectos hasta que sonó la alarma. Me levanté de la cama y practiqué los ejercicios de Falun Dafa. Después de eso, el dolor agudo desapareció, dejando solo una ligera sensación de incomodidad al respirar. Luego me fui a trabajar como de costumbre.

Sin embargo, a última hora de la noche me despertó en dos ocasiones un dolor agudo.

El dolor me atormentó mucho, pero se calmó después de que enviara pensamientos rectos. Cuando el dolor se repitió por tercera vez, terminé de enviar pensamientos rectos y me levanté de la cama.

Pensé: "Ya que no me dejas moverme, haciendo que me duela hasta respirar, practicaré los ejercicios. Practicaré "Fo mostrando mil manos" (Capítulo Segundo, Vía de la Gran Perfección) y cuando me estire, no tendrás lugar para esconderte; los estiraré (a los elementos malignos) hasta la muerte". Terminé de hacer el primer ejercicio y volví a la cama. Recostada en la cabecera de la cama, me quedé dormida sin darme cuenta.

Cuando me desperté, ya eran más de las 5 de la mañana y el dolor había desaparecido. Me lavé inmediatamente y me fui a trabajar. Todo volvió a la normalidad. Una vez que el pensamiento es recto, la tribulación desaparece. Ahora entendí realmente lo que dijo el Maestro:

"Al rectificar los pensamientos, los perversos se derrumban"
(Por qué temer, Hong Yin (II)).

En el trabajo, me sentía aletargada y somnolienta, pero después de dormir una siesta de 50 minutos, me desperté llena de energía.

Por supuesto, después de que esta tribulación pasó, me calmé, miré dentro de mí y me corregí basándome en el Fa. Descubrí que tenía muchos apegos. Ahora, cuando envío pensamientos rectos, los desintegro y me deshago de ellos. Descubrí una falta de diligencia en hacer las tres cosas que el Maestro nos ha pedido que hagamos. Especialmente en lo que respecta a la aclaración de la verdad para salvar a la gente, no había sido consistentemente diligente en hacerlo.

Mientras continúo cultivándome y corrigiéndome, basándome en el Fa, mi estado de cultivación ha cambiado mucho. ¡Gracias, gran Maestro benevolente!

Estas son algunas de mis experiencias verdaderas. Por favor, señálenme dónde se puede mejorar.

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