(Minghui.org) Cuatro residentes de la ciudad de Kunming, en la provincia de Yunnan, fueron condenados a penas de entre siete años y medio y diez años en 2013 por distribuir DVD que contenían información sobre la cultura tradicional china y la persecución a Falun Gong por parte del Partido Comunista Chino. Una de ellas, la señora Peng Xueping, después de haber sido liberada en agosto de 2019, relató la persecución que sufrió en la Prisión de Mujeres Nro. 2 de la provincia de Yunnan.

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Me llamo Peng Xueping y tengo cuarenta y cuatro años. Empecé a practicar Falun Gong en 2003. Habiendo sido infértil después de años de matrimonio me embaracé poco después de empezar a practicar Falun Gong. Me beneficié tanto física como mentalmente de Falun Gong, que enseña a las personas a ser buenas siguiendo los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Estoy muy contenta de haber aprendido Falun Gong, ya que la moralidad humana decae día a día.

Sin embargo, mucha gente en China ha sido engañada por la propaganda después de que el Partido Comunista Chino lanzara la persecución a Falun Gong en 1999. Para ayudar a que más personas conozcan los hechos, comencé a distribuir material informativo sobre Falun Gong para denunciar la persecución.

Detenidas e interrogadas

Tres compañeros practicantes y yo fuimos a distribuir materiales informativos de Falun Gong en los pueblos del condado de Lufeng, en la Prefectura Autónoma de Chuxiong Yi, en la provincia de Yunnan, el 20 de diciembre de 2012. El material principal era un DVD de la Gala Global del Año Nuevo Chino con espectáculos de danza y música basados en la cultura tradicional china. También destacaba cómo el régimen comunista persigue a Falun Gong y cómo los practicantes se oponen a la tiranía con una fuerte convicción. Desafortunadamente, fuimos denunciados a la policía y detenidos por oficialesde la Comisaría de Tuo'anxiang.

Los policías nos agarraron del cabello a la compañera practicante Ran Xiaoman y a mí, nos pusieron las manos detrás de la espalda a la fuerza, nos metieron en mi coche y nos llevaron a la comisaría. Siguieron tirándonos del pelo después de salir del coche.

Me sorprendió ver allí a mi suegra Liu Cuixian, que también fue detenida por distribuir DVDs. Intentó impedir que la policía me golpeara, pero ella misma recibió una bofetada y la patearon en el suelo. La policía nos obligó a ponernos de cuclillas en el suelo.

Más tarde, la policía nos llevó a cada una a habitaciones separadas para interrogarnos. Estaba tan asustada que les mentí diciéndoles que me habían pagado para llevar a mis compañeros practicantes. Pronto vinieron varios agentes de la Oficina de Seguridad Interior del condado de Lufeng y nos registraron. Confiscaron el resto de los DVDs encontrados en mi coche y nos obligaron a poner nuestra huella digital en la lista de confiscación. No se nos permitió comer ni usar el baño hasta la medianoche.

Allanamiento de morada y detención

Al día siguiente, el interrogatorio se reanudó hacia las seis de la mañana. Nos negamos a decirles nuestros nombres y direcciones. La policía tomó nuestras fotos y las entregó a los funcionarios de los pueblos cercanos, que luego fueron de puerta en puerta para preguntar si los aldeanos habían recibido algún material informativo y para identificar quién se lo había dado.

El interrogatorio terminó a las siete de la tarde y nos llevaron al hospital del condado para un chequeo médico. Hacia las once de la noche, nos llevaron al Centro de Detención del Condado de Lufeng. Durante nuestra detención, la policía saqueó mi casa y la de mi suegra.

Se le prohíbe reunirse con su abogado y se le condena injustamente

Mi familia contrató a un abogado de derechos humanos de Beijing para que me defendiera, pero las autoridades le impidieron visitarme en los más de diez viajes que hizo al centro de detención. Al abogado tampoco se le permitió revisar los documentos de mi caso.

Cuando el tribunal del condado de Lufeng celebró la primera audiencia de nuestro caso a finales de abril de 2013, vimos a policías armados parados a ambos lados de la estrecha carretera cuando nos llevaron allí. Cuando llegué a la sala del Tribunal, vi cómo los agentes judiciales empujaban a mi abogado fuera de la sala, alegando que él había violado el procedimiento legal.

Solicitamos al juez que aplazara la audiencia, pero fue en vano. Sin representación legal, no tuvimos más remedio que declararnos inocentes.

Unos días antes de la segunda audiencia, el 31 de mayo de 2013, el presidente del Tribunal, Liangsheng, y los jueces Yang Yueming y Zhu Yan, vinieron al centro de detención y nos dijeron que los abogados que habíamos contratado ya no podían defendernos, pero que los jueces podían nombrar abogados que nos representaran gratuitamente. Les pregunté: "¿El abogado que han nombrado declarará mi inocencia?". Me dijeron que no. Así que me negué a aceptarlo.

Durante la segunda audiencia, exigí que los testigos comparecieran ante el Tribunal para aceptar el interrogatorio, pero nadie se presentó. También solicité al Tribunal que reprodujera el DVD que habíamos distribuido, pero mi petición también fue denegada.

El juez que presidía el Tribunal me condenó a ocho años al final de la audiencia, acusada de "organizar y utilizar una secta para socavar la aplicación de la ley", el pretexto habitual utilizado para criminalizar a los practicantes de Falun Gong. Me confiscaron el coche.

Apelé ante el Tribunal Intermedio de la Prefectura Autónoma de Chuxiong Yi en junio de 2013, pero este decidió mantener mi sentencia original el 10 de octubre. El 1 de noviembre de 2013 me llevaron a la Prisión de Mujeres Nro. 2 de la provincia de Yunnan.

Torturada en la prisión de mujeres

Esta prisión es la única de Yunnan en la que se encarcela a mujeres practicantes de Falun Gong. A lo largo de los años, ha establecido un sistema de tortura para obligar a las practicantes a renunciar a su fe. A mí me pusieron en la novena división, que está especialmente preparada para los practicantes de Falun Gong.

Recreación de la tortura: sentarse en un pequeño taburete durante un largo periodo de tiempo.

Al principio, todas las practicantes asignadas a la novena división eran obligadas a sentarse en un pequeño taburete durante más de 10 horas seguidas. La superficie del taburete era irregular y estaba picada. Debíamos sentarnos en él con la espalda recta, sin poder apoyarnos en nada ni bajar la cabeza o cerrar los ojos. Solo se nos permitía beber un vaso de agua al día y bañarnos una vez a la semana con una palangana de agua. Teníamos que escribir una solicitud a los guardias de la prisión indicando el delito que habíamos cometido si queríamos comprar artículos de primera necesidad. Incluso si la solicitud era aprobada, solo podíamos comprar unos pocos artículos, por un valor no superior a cincuenta yuanes en total. También se nos privaba del derecho a ver, llamar o escribir a nuestras familias.

Pasé unos cuatro meses en la novena división y sentí que cada día era como un año. Preocupada por mi hijo e incapaz de soportar más la persecución, escribí una declaración para renunciar a Falun Gong contra mi voluntad. Estoy muy arrepentida y declaro que todas las palabras y acciones que he hecho bajo la persecución en la prisión son nulas y sin valor.

Me trasladaron a la quinta división y me asignaron a la confección de ropa. Las reclusas me vigilaban las veinticuatro horas del día. Anotaban todo lo que hacía e informaban a los guardias de la prisión a diario. Cada vez que hablaba con alguna compañera, se lo comunicaban a los guardias. Una vez el guardia Zhang Yingxin me ordenó que escribiera un informe de mis pensamientos, pero me negué. Entonces Zhang ordenó a la reclusa Baowang que lo escribiera en mi nombre y no supe en absoluto lo que se escribió.

Mientras hacíamos la ropa, teníamos que estar muy concentrados, ya que la más mínima distracción hacía que la aguja se clavara en las uñas. A veces teníamos que trabajar más de 10 horas al día. Algunas reclusas se ponían la cáscara de una semilla de girasol entre los párpados para no quedarse dormidas. Casi todos los del grupo se pinchaban los dedos con las agujas. Pero la mayoría escondía la herida, para evitar que los guardias las maltrataran verbalmente o que perdieran sus puntos para reducción de condena. El taller estaba tan polvoriento que también desarrollé una severa rinitis.

Aunque se me permitió ver a mi familia en la quinta división, nuestras reuniones fueron monitoreadas y grabadas en vídeo todo el tiempo. Para protestar por la persecución, me negué a asistir a la reunión varias veces, antes de que los guardias finalmente dejaran de grabarnos.

Acoso después de la liberación

Fui liberada en agosto de 2019. Un guardia me tomó unas fotos en la puerta de la prisión. Los oficiales de la Comisaría de Zongshuying de la ciudad de Kunming me llevaron a la Estación de Policía. Me tomaron las huellas digitales y muestra de sangre. También me siguieron hasta la peluquería y tomaron un mechón de mi cabello. Entraron en mi casa antes que yo y sacaron fotos por todas partes. Mi hermana estaba en mi casa y fue testigo de lo que hicieron.

Al día siguiente, los policías de la Estación de Policía de Hongshan (a cargo de mi residencia) vinieron a verme. Un oficial dijo que podría venir a buscarme en cualquier momento. Unos días más tarde, llamaron a mi marido y me pidieron que fuera a la comisaría. Yo no había hecho nada malo, así que decidí enfrentarlos abiertamente y sin rodeos. Cuando me pidieron que me tomara una foto y firmara una declaración, me negué.

A principios de 2020, fui con mi suegra, mi marido y mi hijo a visitar a mi madre al condado de Lufeng. No la había visto después de ser detenida. Sin embargo, de regreso a la estación de tren, nos rodeó un grupo de policías que afirmaron que habían recibido instrucciones de arriba y que tenían que registrarnos. No encontraron nada y nos dejaron marchar.

Al segundo día de haber regresado a casa, volvieron a venir dos oficiales de la Comisaría de Hongshan. Protesté por el acoso y les dije que lo que estaban haciendo era ilegal.

Espero que todos los que participaron en la persecución piensen en lo que hicieron y examinen su conciencia. Espero que puedan aprender más sobre Falun Gong, y que sean responsables con la sociedad y con ellos mismos.

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