(Minghui.org) Mi segunda hermana mayor tiene 76 años y sigue muy sana y activa. Su marido y ella trabajan juntos 30 acres de tierra agrícola. Su vida es más cómoda y feliz que antes. Sin embargo, eso no era así cuando era joven. Hizo algunos cambios importantes y fue bendecida.

Ponerse a favor del PCCh es perjudicial para el alma

Mi hermana sacaba excelentes notas en la escuela y se suponía que iba a recibir una educación superior. Pero la Revolución Cultural del Partido Comunista Chino (PCCh) presionó a los estudiantes a que dejaran la escuela. Ella formó parte del primer grupo de jóvenes cuyas vidas se vieron afectadas negativamente por los movimiento comunistas. Adoraba a Mao, como decenas de miles de jóvenes de aquella época. Tuvo la oportunidad de verle cuando inspeccionó a los Guardias Rojos en la plaza de Tiananmen de Beijing. Se sintió muy orgullosa de esa experiencia durante años.

Más adelante en su vida se encontró con muchas tribulaciones. Su matrimonio fue bastante difícil y estuvo a punto de sufrir la separación. Para buscar consuelo y apoyo espiritual, se convirtió en una devota budista.

El entonces líder del PCCh, Jiang Zemin, lanzó la persecución a Falun Gong (también conocido como Falun Dafa) en 1999, guiado por celos. Mi tercera hermana y yo empezamos a cultivarnos en Dafa a finales de la década de los noventa, y ambas experimentamos la persecución del PCCh. Aún así, mi segunda hermana se puso del lado del PCCh y no estaba en contra de la persecución que sufríamos mi tercera hermana y yo. Siguió presionándonos para que dejáramos de practicar Falun Dafa y nos pasáramos al budismo, pero no caímos en sus chantajes.

Cuando mi segunda hermana enviudó, se mudó cerca de mi tercera hermana para trabajar en la ciudad. Comprendió más sobre Falun Dafa gradualmente al interactuar más con mi tercera hermana. Aceptó renunciar a la Guardia Roja, pero seguía creyendo en el PCCh. Pensaba que el PCCh apoyaba el budismo y que debería reprimir a Falun Gong.

Sin embargo, el sueño de una de sus amigas sirvió de llamada de atención para mi segunda hermana, por lo que dejó de creer en el PCCh y en el budismo.

Una budista trabajó con mi segunda hermana y se hicieron muy buenas amigas. La madre de la amiga budista, que había fallecido, apareció en el sueño de su hija y le pidió ropa de invierno. Tradicionalmente, la gente quema ropa de papel para sus familiares muertos. La amiga le preguntó a su madre: "Eras budista cuando estabas viva. ¿No puedes ir al cielo después de morir? El Cielo es tan bueno. ¿Por qué sigues teniendo frío?". La madre respondió: "Hasta que llegué aquí no supe que las personas que creen en cualquier religión del mundo no pueden ir al Cielo. Solo los que practican Falun Dafa pueden ir al Cielo".

Después de escuchar este sueño, mi segunda hermana ya no se opuso cuando mi tercera hermana le aclaró la verdad sobre Falun Dafa. No solo leyó los materiales de aclaración de la verdad de Falun Dafa, sino que también se los dio a otros trabajadores para que los leyeran y les dijo que Falun Dafa es bueno.

A menudo presentaba sus respetos ante el retrato del Maestro Li en la casa de mi tercera hermana. Un día, cuando buscaba trabajo, de repente oyó una voz que le decía: "Pronto encontrarás trabajo". Se alegró mucho y le dijo a mi tercera hermana inmediatamente: "El Maestro Li me iluminó a que pronto me ofrecerían un trabajo". Diez minutos después recibió una llamada de un funcionario que la ayudó a encontrar un trabajo.

Después de trabajar durante diez años, mi segunda hermana ahorró suficiente dinero para jubilarse. Decidió volver a nuestro pueblo natal. Se casó de nuevo, cuida de la granja con su marido y viven sin preocupaciones.

Un día visité a mi segunda hermana y me encontré con una de sus amigas budistas. Le aclaré la verdad sobre Falun Dafa y la animé a  renunciar al PCCh y a sus organizaciones juveniles. Su amiga respondió que varios practicantes de Falun Dafa se lo habían pedido, pero que temía que su renuncia al PCCh pudiera entrar en conflicto con el budismo.

El PCCh es una religión

"Los creyentes religiosos saben que deben creer de manera recta en la divinidad", dije. "Si crees en el budismo, solo puedes creer en esa religión en particular. El Partido Comunista también es una religión. Solo permite creer en el comunismo de Marx y no permite creer ni en Dios ni en Buda. Cuando te uniste al PCCh, levantaste el puño y juraste que lucharías por el comunismo de por vida. Tan pronto como prestaste el juramento, te ató firmemente y quiere que creas solo en él. ¿Cómo puede cuidar de ti el Buda, en el que dices creer? Si quieres creer de verdad en Buda, tienes que renunciar al PCCh y sus organizaciones".

Esta amiga pensó que mi explicación era razonable, pero temía que encontrara problemas más adelante. Le dije: "No te preocupes. Una vez que renuncies todo irá mejor". Tomé como ejemplo a mi segunda hermana: "¡Mi hermana renunció hace mucho tiempo y mira cómo se benefició!".

"Renunciar al PCCh no interferirá en absoluto con el budismo", dijo mi segunda hermana. "Cuando trabajé en Shenyang, aprendí algo de la historia del PCCh. No hace nada bueno ni práctico por la gente. Mucha gente tiene una vida difícil. Fui cuidadora en la Universidad Médica Provincial, así que conocí a muchos funcionarios de alto rango. Son muy ricos, y todos sus hijos tienen buenos trabajos con altos salarios y beneficios. En cambio, a la gente común como nosotros le cuesta mucho ganarse la vida". Su amiga estuvo de acuerdo y renunció al PCCh.

Mi segunda hermana me visitó durante la epidemia del virus del PCCh en 2020. Le dije que el virus había estallado y que era una acción del Cielo para eliminar a la gente, y ella me creyó. Le di un medallón con las frases: "Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno. Falun Dafa es bueno". Lo aceptó con una sonrisa y me pidió que le diera algunos más para todos sus hijos. Entregó los amuletos a cada uno de ellos en persona.

Mi hermana fue bendecida después de conocer la verdad sobre Falun Dafa y de contar a los demás los hechos sobre la práctica. Además, renunció al PCCh para liberarse del control de este sobre ella. Aunque todavía no es practicante, sus buenas acciones fueron recompensadas. Fue bendecida con una vida feliz en su vejez.

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