(Minghui.org) Recientemente he escrito una serie de artículos titulados "Diálogos con las deidades de las montañas". Aquí me gustaría compartir mis encuentros con los guardianes del Fa.

Guardianes del Fa

Esta vez vi dos deidades, y una de ellas era un hada vestida de blanco. Fue cordial conmigo y sentí que habíamos tenido una relación predestinada en el pasado.

Sonrió y su pensamiento me llegó: "Tú y yo una vez buscamos juntos un maestro taoísta. Encontramos uno y me retuvo a mí, pero te dejó ir a ti. Dijo que tenías otro maestro y que no podía aceptarte como su discípulo.

"Presté atención a tus reencarnaciones en el mundo y descubrí que has tomado un camino muy arduo. Al principio pensé que no valía la pena, pero luego cambié de opinión. Por eso, cuando más tarde tuviste problemas, incluso te ayudé. Mi camino de cultivación cambió más tarde, y me estoy asimilando a las características del universo: Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Así que no tienes que preocuparte por mí".

Luego hablamos de los guardianes del Fa de los discípulos de Dafa.

"Los guardianes del Fa de los discípulos de Dafa son realmente responsables en el cumplimiento de sus deberes", dijo una de las dos deidades.

"Sí, tienes razón. Después de todo, algunos de ellos son designados por el Maestro de Dafa personalmente", respondí.

Nuestro Maestro nos dijo:

“Por eso es que una vez que trasciendes a la gente común y llevas en tu cuerpo cosas que trascienden a la gente común –especialmente cuando estás practicando la cultivación durante la rectificación del Fa– no sólo te estoy cuidando, sino que también hay los Ocho Tipos de Guardianes del Fa Celestial de Fo, custodiando al Fa alrededor de tu cuerpo, sólo que tú mismo no lo sabes” (Exponiendo el Fa en el Fahui del Oeste de los Estados Unidos).

Como cultivadores, todos sabemos que los guardianes del Fa alrededor de los discípulos de Dafa deben cuidar y proteger a los cultivadores.

Una vez vi una escena en el vasto universo. En un majestuoso palacio celestial, había innumerables seres de alto nivel reunidos en torno al gran Maestro. Bajo la disposición del Maestro, siguieron a los seres celestiales para bajar a este mundo humano y protegerlos. El Maestro asignó a diferentes seres, uno por uno, para proteger a los diferentes seres celestiales. Estos seres se convirtieron así en los guardianes del Fa de los discípulos de Dafa en la actualidad.

De hecho, no solamente los discípulos de Dafa tienen guardianes del Fa, sino también algunas personas comunes. Muchas personas en este mundo humano de hoy en día provienen de entornos especiales.

Los guardianes del Fa desempeñan un gran papel de protección durante el período de la rectificación del Fa. Pero a veces están restringidos por las nociones humanas de los discípulos de Dafa.

El Maestro nos dijo:

“¿No les he dicho antes que cada uno de ustedes, los discípulos de Dafa, tiene ocho tipos de guardianes del Fa celestial protegiéndolos? Es debido a que ustedes no lo han hecho lo suficientemente bien que todos los dioses están siendo refrenados por los principios del viejo Fa del cosmos y no pueden hacer nada, a pesar que en verdad quieren ayudar” (Viaje por Norteamérica para exponer el Fa).

Avisos de los Guardianes del Fa

Los guardianes del Fa a veces veían que los discípulos de Dafa se habían perdido en la ilusión del reino humano después de experimentar innumerables reencarnaciones. Con muchos apegos y malos hábitos, estos practicantes a menudo no cumplían con las expectativas de los discípulos de Dafa, y descuidaban su cultivación, así como el respeto hacia el Maestro y el Fa. Estas brechas fueron observadas por las viejas fuerzas y el peligro podía llegar en cualquier momento. Los guardianes del Fa estaban realmente preocupados porque su misión era proteger a los discípulos de Dafa.

Una deidad dijo: "Hace varios años, un guardián del Fa te recordó que ayudaras a una discípula de Dafa. De hecho, la ayudaste a evitar una calamidad".

"Sí, fue hace seis años", respondí.

Petición de un guardián del Fa

Hace seis años fui a visitar a Guan una practicante. Durante la conversación, vi que un guardián del Fa nos estaba mirando. Indicó que era hora de limpiar la Sala de Buda en el piso de arriba. Le comuniqué la información a Guan y le pregunté qué había arriba.

"Hay una foto del Maestro y algunas otras cosas diversas", dijo.

"Tienes que limpiar las cosas. ¿Puedo ayudarte a limpiar la habitación?" Pregunté. "No, lo haré yo misma", dijo.

Varios días después, fui a su casa de nuevo.

"¿Limpiaste la Sala de Buda?", Le pregunté. "Todavía no", me respondió. "¿Por qué no?, Le dije. "No he tenido tiempo", respondió. “Mañana tendré algo de tiempo, vendré con la practicante Jin y te ayudaremos". Sabía que debía ser un asunto urgente, ya que el guardián del Fa me lo había revelado.

Limpieza

Al día siguiente, Jin y yo fuimos a casa de Guan y vimos que dos tercios de la sala de Buda estaban llenos de bolsas de plástico. Una bolsa se abrió y cayeron un montón de zapatos. Jin y yo trabajamos medio día y solo pudimos limpiar la mitad de las cosas. Cuando fui por segunda vez, sacaron de debajo de la cama una bolsa con libros nuevos de Dafa. Era muy inapropiado poner allí los libros de Dafa. Vi que había una gran hacha junto al altar budista. De nuevo, muy inapropiado. Mientras limpiaba la habitación, Guan estaba abajo escuchando la conferencia del Maestro.

Al salir, le dije a Guan: "No pongas objetos diversos en la Sala de Buda. Te sugiero que leas mejor los libros de Dafa, ya que tu mente estaba en todas partes cuando escuchabas las enseñanzas del Fa. Estoy impresionada de que tu espíritu asistente estuviera arrodillado allí escuchando las enseñanzas del Fa, mucho más atento y piadoso que tú."

Otros aspectos problemáticos

Había una habitación en el lado opuesto de la Sala de Buda. En cuanto abrí la puerta, salió un olor a humedad. Me apresuré a cerrar la puerta y pensé: Es otra habitación llena de basura.

La practicante Jin me dijo en voz baja: "¿Debemos limpiar esta habitación? Guan ya está descontenta de que hayamos limpiado su Sala de Buda".

"Limpiemos la habitación cuando Guan no esté en casa. Esta habitación está llena de cosas sucias y mugrientas, y es una falta de respeto al Maestro ya que está justo al lado de la Sala de Buda".

Fuimos allí de nuevo cuando Guan no estaba en casa. Limpiamos muchas cosas mohosas, endurecidas y podridas, junto con muchos bichos desagradables.

Cuando terminamos la habitación, el guardián del Fa apareció de nuevo. "¡Cocina! ¡Cocina!". Dijo.

Ayudamos a Guan a limpiar la cocina. Cuando saqué las páginas anegadas y deterioradas de las escrituras de Dafa de la superficie de ladrillo bajo el armario, me sentí muy mal. Esas eran las escrituras que el Maestro escribió en 2003. Guan las escondió allí durante más de diez años.

"Olvidé por completo que había escondido las escrituras allí", dijo Guan. "Será mejor que admitas tus errores ante el Maestro", le sugerí.

Cuando me levanté una mañana, volví a ver al guardián del Fa de Guan, y me dijo: "El cobertizo, todavía hay un problema en el cobertizo". Me quedé pensativa -esto era difícil porque la llave del cobertizo estaba colgando del cuello de Guan. El guardián del Fa me saludó, y detrás de él, había muchos más guardianes, saludándome juntos. Dije: "De acuerdo, lo intentaré".

Conseguí que Guan me diera la llave y finalmente abrí el cobertizo. Allí había todo tipo de cosas, incluidos los libros de Dafa. El techo del cobertizo tenía goteras y la mayoría de los libros estaban mojados. Sacamos los libros del cobertizo. También encontramos tarjetas telefónicas caducadas, dinero en efectivo impreso con palabras relacionadas con Falun Dafa, y también materiales para hacer amuletos. Suspiré: "¡Guan es tan olvidadiza! Está desperdiciando los recursos de Dafa". También encontramos muchos libros antiguos de adivinación y de qigong, los sacamos y los destruimos.

Jin y yo pasamos mucho tiempo limpiando la casa de Guan, por no hablar del dolor y el agotamiento, tenía magulladuras en los brazos y las piernas y ni siquiera sabía cómo me los había hecho. Cuando volví a casa y me lavé las manos vigorosamente, todavía olía el hedor de mis manos: el hedor insoportable del frasco de pepinillos y de la cacerola persistía. Cuando estaba haciendo los ejercicios de Falun Dafa, vi que mi cuerpo barría hacia fuera ese polvo sucio y microscópico.

Pensé que la tierra es el vertedero del cosmos, y la casa de Guan es el centro del vertedero, con tantos residuos.

Jin estaba perpleja: "¿Por qué es eso?".

"La practicante Guan solía ser la funcionaria celestial para la recogida de residuos en el universo, y una vez fue recolectora de basura en la tierra durante una de sus vidas anteriores. Nada puede ser desechado a sus ojos. Ella guardaba las cosas que otros no querían. Los compañeros de práctica le daban sus viejos libros de Dafa ya que tenían otros nuevos. Pero si uno no guarda bien el libro de Dafa, generará yeli (karma)".

Sufrimiento y mejora

Este fue para mí un proceso de mirar hacia adentro y mejorarme. Poco después, una practicante anciana llamada Hua me reprochó lo que había hecho: "¿Por qué has ido a limpiar la casa de Guan? Ella no está contenta porque ahora le falta algo suyo".

Me enfadé de inmediato y le dije: "¿Crees que no tenía nada que hacer sino remover las cosas para Guan? ¿Te das cuenta de lo peligroso que era para ella si no intervenía? Cuando Guan tuvo un accidente de tráfico y se lesionó la mano y los pies, lo que vi fue que la espada de su guardián del Fa se rompió en dos pedazos al intentar protegerla. Para protegerla, el Maestro también sufrió una profunda herida en la espalda. Tiramos muchas cosas sucias, y los libros de Dafa que sacamos estaban todos estropeados. ¿No es eso cometer pecados contra Dafa?".

Hua expresó su preocupación y no dijo nada más.

Cuando Hua me vio de nuevo, volvió a plantear la misma cuestión: "Me pregunto por qué has tenido que limpiar la casa de Guan. Está molesta porque algunas de sus cosas se han perdido".

Me enfadé de nuevo: "¿Crees que fui allí a limpiar toda la basura para divertirme? ¿Te ha dicho que los preciosos libros de Dafa quedaron todos arruinados? ¿Lo hizo?".

Hua sacudió la cabeza: "Mira tú temperamento. Una sola pregunta te hizo estallar; eso no está bien".

"¿Qué perdió Guan? ¿Te lo ha contado?".

"Ella dijo que era un regalo de bodas, una alfombra. La guardó y nunca la usó, pero ahora ya no está".

"¿Le compro una?".

"Oh, no, porque ella sabría que fui yo quien te lo dijo".

Cuando Hua planteó la misma queja la tercera vez, seguí sin manejarla bien.

"Verás, una alfombra es un regalo precioso de aquella época, y Guan la apreciaba tanto que nunca la usó. Puedo entender cómo se siente", dijo Hua.

"Deberías decirle a Guan que abandone su apego. En lugar de eso, simpatizas y te compadeces de ella. ¿Puede ella llevar la alfombra al cielo?". Le pregunté.

"Mírate. ¿Por qué no puedes hablar racionalmente? ¿Quién te crees que eres? Estás demasiado apegada a ti". contestó Hua.

Después de cada conversación con Hua, sabía que no lo había hecho bien. Estaba demasiado ocupada contando los problemas de los demás y resentida con ellos porque no han buscado en su interior.

Más tarde, me di cuenta de que era una forma de envidia. Estaba demasiado apegada a los errores de los demás. Como seguía mirando hacia afuera, me volvía más irritada, no perdonaba, mi temperamento se acentuaba y mi naturaleza demoníaca se intensificaba. Cuando seguía enfocándome en los defectos de los demás, ¿no eran esas las características del viejo cosmos? Como practicante, ¿cómo puedo mejorar y elevarme si solo me fijo en los errores de los demás? Si no logro cambiar, ¿cómo puedo ser responsable de mi propia cultivación?

Cuando tenía conflictos con Hua, no era humilde, amable o educada. Por el contrario, fui grosera y arrogante. En ese momento no me di cuenta de que podía ser el Maestro quien me insinuaba que debía mejorar, ser considerada con los demás y ser tolerante. Me recordé que debía mirar hacia adentro sin importar lo que pasara.

Así que cuando Hua mencionó la alfombra de Guan por última vez. Respondí con calma: "En verdad no nos dimos cuenta de ninguna alfombra. Si realmente no puede dejarlo ir, voy a ir a buscar una buena pieza de la alfombra para ella. También puedes decirle que aprenda a dejarlo ir". Sakya Muni dijo a sus discípulos que no estuvieran apegados a sus tazones de mendigar, y que no podrían ir al cielo con ningún apego". Hua estaba realmente satisfecha con mi respuesta.

Le agradecí al Maestro que me enseñara a cultivarme. Gracias, Maestro, por cuidar de mí. Al recordar el proceso, sentí lo responsables que eran esos guardianes del Fa. Me recordaron que debía ayudar a Guan, se alinearon dándome la bienvenida y despidiéndome, y mostraron su respeto por un trabajo bien hecho.

Es muy afortunado ser un discípulo de Dafa, ya que el Maestro vela por nosotros, los guardianes del Fa nos protegen y los compañeros practicantes nos apoyan y ayudan. Si todavía no somos capaces de hacerlo bien, defraudaremos al Maestro, a los guardianes del Fa, así como a los seres conscientes que dependen de nosotros.

Aunque he escrito una serie de artículos sobre las conversaciones con las deidades, espero que los lectores no se apeguen, ni sientan curiosidad, ni hablen de ellas con deleite. La cultivación depende de dónde esté la mente. Lo mejor es que los artículos sean provechosos para la cultivación de los demás practicantes, y esa es la razón por la que los escribí desde un principio.

En todo momento, debemos apreciar a Dafa y respetar al Maestro. El origen de nuestra vida comienza con el Fa. El destino final de nuestra vida no puede separarse de la guía de Dafa y la protección del Maestro.

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