(Minghui.org) Mi madre empezó a practicar Falun Dafa en 1997, cuando yo tenía cinco años, lo que sin duda fue una gran bendición para mí.

Ella iba a la casa de otra practicante todos los días para estudiar el Fa, y yo la seguía a todas partes. Me sentaba y escuchaba mientras mi madre y mis compañeros practicantes leían el Fa en voz alta.

También me dieron un libro Zhuan Falun. Aunque no podía leerlo, me aferraba a él y lo observaba; cuando ellos pasaban una página, yo también lo hacía. Cuando le enseñaron a mi madre los cinco ejercicios de Dafa, yo también los aprendí. Recordaba claramente los movimientos. También podía recitar algunos poemas de Hong Yin después de escuchar a mi madre recitarlos varias veces.

Un día, mi mamá planeó ir al municipio para practicar en grupo y quería dejarme en casa. Por supuesto, yo quería ir con ella, así que lloré y grité. No tuvo más remedio que llevarme. Recuerdo muy bien que me colocaron en la primera fila. Fue la primera vez que pude hacer el segundo ejercicio (Estaca parada Falun) sin bajar los brazos a mitad.

De niña, participé mucho en la práctica. Aunque no entendía todos los principios, siempre recordaba los valores fundamentales a los que nos aferramos en la vida diaria: Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Cuando algunos niños me intimidaban en el preescolar, recordaba las tres preciosas palabras. Debía soportar las cosas que me encontraba, para no iniciar un conflicto con ellos. En ese momento, les dije a todos en la escuela que mi madre practicaba Falun Dafa, y que Dafa era maravilloso. Incluso los profesores sabían que yo era practicante.

Sufriendo después de abandonar Dafa

Pero el tiempo de paz no duró mucho. La persecución hacia Falun Dafa comenzó el 20 de julio de 1999. Siempre supe de la bondad de Dafa. Cuando mi madre se enteró de que la autoinmolación en la plaza de Tiananmen había sido un montaje, me lo contó enseguida.

Pero no entendía por qué la gente calumniaba al fundador, el maestro Li, y a Dafa como lo hacían. Mis profesores y el director de la escuela me amenazaron diciendo: "Deja de practicar o te expulsarán". En ese momento, no sabía cómo actuar, así que asentí con la cabeza. Ahora me arrepiento de lo que hice. A partir de entonces, me intimidaron a menudo en la escuela, pero nunca olvidé que era una practicante de la Dafa. Tenía que seguir los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia.

Mi madre fue tres veces a la plaza de Tiananmen para apelar por Falun Dafa. Fue detenida ilegalmente cinco veces, enviada a centros de lavado de cerebro tres veces, colocada en campos de trabajo forzado dos veces, y fue perseguida casi hasta la muerte.

La persecución de mi madre también le hizo mucho daño a mi familia y a mí. En ese momento yo estaba en quinto grado. Las mentiras promulgadas por el partido comunista chino (PCCh) envenenaron a mis profesores y compañeros de clase. Pensaban que los practicantes eran malas personas como lo veía en la propaganda emitida en la televisión. Mis profesores a menudo me maldecían y castigaban sin motivo. Aunque tenía excelentes notas, me castigaban y me obligaban a ponerme de pie en el lugar más visto del salón todos los días.

Cuando detuvieron a mi madre y saquearon nuestra casa, nadie me animó a estudiar el Fa ni a hacer los ejercicios. Mi padre tenía mal humor, y la policía venía a menudo a nuestra casa para amenazarnos, lo que le hacía estar aún más irritable. En ese ambiente, dejé de hacer la práctica.

Me convertí en una persona común y hasta me olvidé de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Crecí peleando a diario con mi padre. Estaba resentida porque mi padre no sacó a mi madre de los campos de trabajo y me molestaba que se desquitara conmigo cuando estaba enojado. Me convertí en la adolescente más problemática y rebelde de la secundaria, del instituto e incluso de la universidad. Este periodo de rebeldía duró mucho más que el de mis compañeros.

De hecho, en mi primer año de secundaria, a mi madre le concedieron la libertad condicional por motivos médicos y volvió a casa. Cuando mi padre llevó a mi madre a la casa, hablé fuerte con ella. Pero sabía muy bien en mi corazón que Dafa era bueno, y fui testigo de cómo el Maestro Li rescató a mi madre de la muerte una y otra vez.

Sabía que era muy duro para mi padre. Temía cada día que se llevaran a mi madre. Cuando la arrestó la policía, le preocupaba que la torturaran y la trataran mal. Al mismo tiempo, tenía que ganar dinero para mantener a la familia. Se preocupaba por la familia y por el mundo exterior, por lo que estaba realmente bajo mucha presión.

Pero no podía controlarme. Estaba tranquila cuando estaba fuera de casa; pero después de entrar, perdía inexplicablemente los estribos la mayor parte del tiempo sin razón alguna. Más tarde supe que esto era una interferencia causada por los demonios. El mal comportamiento causado por mi naturaleza demoníaca no era mi verdadero yo.

Cuando conseguí un trabajo, mi madre me animaba a menudo a estudiar el Fa. Ella trató de todas las maneras posibles para que yo estudiara el Fa. Yo sabía que Dafa era bueno y quería seguir practicando, pero mi naturaleza demoníaca se apoderaba de mí y me hacía enfadarme con mi madre. De hecho, quería estudiar el Fa. A veces, leía Zhuan Falun durante unos días, me daba pereza y luego dejaba de hacerlo. Estas acciones fueron causadas por los demonios. Debí haber enviado pensamientos rectos para eliminarlos; pero en aquel momento, no sabía cómo hacerlo.

Era estudiante de medicina y trabajaba en la UCI. Veía morir a gente todos los días. A veces, el cuerpo de los pacientes se descomponía antes de que la familia suspendiera el tratamiento. A menudo tenía que ocuparme de los cadáveres, a veces a altas horas de la noche, sola; pero nunca tuve miedo.

Sin embargo, cada vez que volvía a casa del trabajo, tenía pesadillas. Entonces empecé a tener pesadillas casi todos los días, tanto si dormía de día como de noche. Me encontraba con todo tipo de fantasmas que me perseguían en mis sueños. Veía todo tipo de cosas terroríficas que a veces me despertaban. Después de estar despierta un rato, volvía a dormir, y los sueños aterradores continuaban.

A veces, soñaba que las muñecas de la familia, los botes para guardar el dinero y varios animales me perseguían. Incluso le pedí a mi madre que tirara todos los muñecos de la casa. Pero las pesadillas seguían persiguiéndome. Me aterrorizaba cuando miraba la cama pero, no obstante, tenía que dormir.

Regresando a Dafa

Por fin me acordé de Dafa y comencé a cultivarme el día de Navidad de 2017. Me sentí muy feliz ese día; no me había sentido tan alegre desde que era una adolescente. Al mismo tiempo, el remordimiento pronto se hizo presente. ¡Había desperdiciado 15 preciosos años! Tenía miedo de no ser digna de ser una discípula de Dafa durante el período de la rectificación del Fa. Me disculpé con el Maestro por mi comportamiento una y otra vez.

Pero como una discípula de Dafa, tengo que ser firme en mi cultivación. Dejé de sentir resentimiento hacia mi padre. En la cultivación, sé que es mi culpa cuando estoy en cualquier tipo de conflicto.

Tengo que trabajar en mi pereza, ya que a menudo no quiero hacer los ejercicios. También necesito deshacerme de la mentalidad competitiva y del sentimentalismo humano. Miraré hacia adentro durante cualquier conflicto, haré bien las tres cosas, me esforzaré por ser una discípula calificada de Dafa y me pondré al día con el progreso de la rectificación del Fa.

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