(Minghui.org) Una mujer de la ciudad de Shaoxing, de la provincia de Zhejiang, que es madre de un residente en el Reino Unido, fue condenada a prisión el 28 de enero de 2021 por su fe en Falun Dafa, una disciplina espiritual y de meditación perseguida por el régimen comunista chino desde 1999.

La hija de la Sra. Wang Wenjun le presentó un relato del calvario de su madre a sus representantes en el Reino Unido y está buscando su ayuda para rescatar a su madre.

La policía acosó a la Sra. Wang en febrero de 2020, cuando la pandemia de coronavirus estaba en su punto álgido. Cuando la Sra. Wang se negó a abrir la puerta, forzaron su doble puerta de seguridad y la arrestaron.

Aunque al poco tiempo la policía la dejó en libertad bajo fianza, seguían regresando para acosarla e intimidarla. La policía irrumpió en su casa el 4 de agosto de 2020 y la volvió a detener. Al día siguiente le notificaron a su familia que la habían puesto en prisión preventiva. La liberaron el 1 de septiembre de 2020.

A finales de noviembre, miembros del comité residencial local la acosaron y le dijeron que debía comparecer ante el tribunal. También le dijeron que el juez le había designado un abogado y que podría obtener una sentencia leve si la declaraban culpable en el tribunal. La Sra. Wang se negó a hacerlo.

El 29 de diciembre fue juzgada en el tribunal de la ciudad de Shengzhou. Diez agentes armados se apostaron en la entrada del tribunal e impidieron que su familia entrara. A sus familiares solo les permitieron visitarla por televisión en una sala separada, donde eran vigilados por una docena de funcionarios del gobierno durante el proceso.

El abogado de la Sra. Wang se declaró inocente en su nombre. El procurador y el juez interrumpían constantemente a la Sra. Wang y a la defensa de su abogado.

Un funcionario de la comisión de asuntos políticos y jurídicos, un organismo extrajudicial encargado de supervisar la persecución, se reunió con la Sra. Wang el 5 de enero de 2021 y la regañó por su "mala actuación" durante la vista.

La Sra. Wang dijo que no había violado ninguna ley, puesto que defender sus creencias espirituales es un derecho protegido por la constitución. El funcionario respondió: "No importa si tenemos pruebas [del delito] o no, usted será condenada".

El 28 de enero de 2021, el tribunal de la ciudad de Shengzhou anunció una sentencia de un año y diez meses contra la señora Wang. También le impusieron una multa de 4.000 yuanes. Actualmente está recluida en el centro de detención del distrito de Shangyu.

Políticos del Reino Unido rechazan la persecución

Para buscar justicia para la señora Wang, su hija denunció su caso a sus representantes en el gobierno del Reino Unido. El caso también se presentó a la Oficina de Asuntos Exteriores, de la Commonwealth & Development. Sus representantes están prestando mucha atención al caso de la Sra. Wang.

Nicola Sturgeon, primera ministra de Escocia, envió una carta de apoyo a la Sra. Wang. Dijo que la libertad religiosa y espiritual son valores universales y que el partido comunista chino debe ser condenado por su persecución a los creyentes religiosos.

Persecución previa

La Sra. Wang comenzó a practicar Falun Dafa en 1995. Desde que comenzó la persecución, a menudo era objeto de ataques y acoso por su fe. Anularon los más de diez años de servicio que había prestado en su trabajo, lo que hizo que no le pagaran la pensión.

En octubre de 2000 fue arrestada y condenada a cuatro años en la prisión de mujeres de la ciudad de Hangzhou.

Después de ser liberada en octubre de 2004, las autoridades continuaron acosándola, a ella y a sus familiares con regularidad.

A principios de 2016, las autoridades instalaron dos postes con cámaras de vigilancia en frente de su apartamento. La policía seguía apareciendo de vez en cuando y golpeando su puerta. En una ocasión, le cortaron el agua y no le permitieron salir de casa durante cinco días.

En julio de 2016 acompañó a su marido a la provincia de Guizhou para un trabajo prolongado. Su hija y su yerno regresaron del Reino Unido con su hijo de un año para visitar a la pareja ese mismo año.

Un día, cuando la señora Wang bajó con su nieto a recoger un paquete de entrega, varios policías que habían viajado 1.610 km (1.000 millas) desde la ciudad de Shaogxing la rodearon y la siguieron escaleras arriba. El pequeño se asustó y empezó a llorar. Su padre, un inglés, también estaba aterrorizado. Llevaron a la Sra. Wang de vuelta a Shaoxing y la trasladaron a un centro de lavado de cerebro.

Las autoridades nunca dejaron de vigilar su vida diaria y de acosar a la Sra. Wang después de liberarla.