(Minghui.org) Tuve dolor de espalda en diciembre de 2020, pero no fue demasiado grave. Pensé que debía estar disolviendo yeli o que debía haber hecho algo mal. El dolor empeoraba cada día, pero no enviaba pensamientos rectos y rara vez hacía alguno de los ejercicios. Así fue, hasta que un día el dolor me hizo perder el sueño y revolcarme en la cama. No podía hacer ningún trabajo.

Mi esposa y mi hija me llevaron a ver a un médico el 19 de mayo de 2021. Él dijo que yo tenía los síntomas típicos de una hernia de disco lumbar. Le dio instrucciones a mi hija de atarme a la cama al volver a casa y que estaría bien si no me movía durante siete o quince días.

Cuando llegué a casa, empecé a buscar en mi interior en vano. Pedí ayuda a un compañero practicante. Discutimos las cosas y pensamos que podría ser causado por un ser de otra dimensión.

El Maestro nos ha dicho:

“Para la medicina occidental, ese lugar presenta úlcera, tumor, protuberancia en los huesos, inflamación u otras manifestaciones; cuando se refleja en este espacio presenta justamente estas formas. Después de quitar esa cosa, descubrirás que en el cuerpo de este lado no hay nada. Sea una protuberancia del disco vertebral lumbar o una proliferación en los huesos, después de quitar esa cosa y expulsar el campo, descubres que el enfermo inmediatamente se pone bien. Al tomar otra radiografía, tal protuberancia del hueso no está más, pues la causa fundamental era precisamente que esa cosa estaba generando un efecto” (Séptima LecciónZhuan Falun).

Empecé a enviar pensamientos rectos y a hacer los ejercicios. Me di cuenta de que las viejas fuerzas se estaban aprovechando de esta brecha. Sin embargo, soy un cultivador y el Maestro se ocupa de mí. Las viejas fuerzas no tienen nada que decir. Le dije al ser en mi mente: "Puedes asimilarte a Falun Dafa o dejarme. Si sigues interfiriendo conmigo, te eliminaré con pensamientos rectos".

Hice la meditación dos veces y envié pensamientos rectos. Mi dolor desapareció por completo. La llamada "hernia de disco lumbar", que me había torturado durante cinco meses, desapareció después de esas dos noches de meditación y envío de pensamientos rectos. Desde entonces he podido trabajar como de costumbre.

Durante casi dos semanas, mi mujer no dejó de preguntarme: "¿Estás bien? ¿Te sigue doliendo?". Le dije que estaba completamente bien y que no era ninguna enfermedad. Mi mujer solía amenazarme cuando me sentía mal y me decía: "Si no crees en la ciencia y no vas al médico, no cuentes conmigo para atenderte cuando no puedas levantarte de la cama". Esta vez, mi esposa y mi hija, ellas mismas, fueron testigos del poder de Falun Dafa.

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