(Minghui.org) Soy una sencilla mujer de pueblo. Cuando era una niña, mi madre enfermó y tuve que cuidar de mis hermanos pequeños. Nunca fui a la escuela. A lo largo de los años, el Maestro [el fundador de Falun Dafa] ha cuidado de mí. Al recordar siempre vivir según los principios de Falun Dafa sin importar las circunstancias, mi comportamiento recto sirve como testimonio de lo maravilloso que es Falun Dafa. A continuación, me gustaría contarles mi historia.

Comenzando mi viaje de cultivación

Cuando crecí, me casé y me mudé lejos de casa. Mi marido y yo no teníamos ni tierra ni casa e incluso acabamos con una deuda de 1.200 yuanes. Mi marido tiene cuatro hermanos. Como yo procedía de otra región, mis suegros y cuñadas me miraban con desprecio. Me criticaban por cosas sin importancia e incluso a veces me pegaban.

Las dificultades de la vida y el estrés financiero hicieron mella en mi cuerpo. Sufría de muchas dolencias, entre ellas una infección en la tráquea y asma. Casi todos mis órganos internos estaban fallando. Tenía una hernia de disco lumbar y un hombro congelado. Debido al dolor del nervio ciático, no podía caminar con normalidad. También tenía problemas ginecológicos. Busqué por todos lados médicos que curaran mis enfermedades.

Un joven que vendía material terapéutico me dijo: "Tía, ¿por qué no practicas Falun Dafa? Muchas personas han resuelto sus enfermedades después de practicar". Fui al lugar de práctica local y aprendí los movimientos de los ejercicios. Siete días después, mientras hacía la primera serie de ejercicios, sentí de repente que mi columna vertebral se ajustaba. Cuando hice el cuarto ejercicio, pude agacharme como se supone que se hace ese ejercicio. Pensé: "¡El Maestro está cuidando de mí y no tengo nada que temer!".

Falun Dafa me salvó

Después de practicar los ejercicios durante 20 días, el Maestro purificó mi cuerpo. Cuando hice la segunda serie de ejercicios, me quedé sin aliento. Persistí y logré volver a casa caminando. Cuando me desperté a la mañana siguiente, me sentí muy bien.

Solía tener anemia y me desmayaba a menudo. Después de practicar Falun Dafa, mis dolencias desaparecieron y tuve buena salud.

Un día que estaba tejiendo cestas en casa, de repente sentí frío. Empecé a defecar sangre y también vomité sangre. No pude comer ni beber durante 6 días. Al séptimo día, un amigo me dio una cesta de uvas. Me las comí todas. Después de eso, fui al campo a cosechar maíz. Mi marido estaba trabajando en otra ciudad y no estaba en casa. Coseché tres acres de maíz yo sola en tres días.

En otra ocasión, al bajar por la escalera del tejado. Pensé que ya había llegado al final, pero aún quedaban varios peldaños. Me caí de la escalera y me lastimé los brazos. Mi ayudante, que en ese momento hacía bollos al vapor, me dijo: "¡Me he asustado mucho cuando te he visto caer!". Al día siguiente, tenía los brazos y las manos hinchados. Pero alguien encargó 3.000 bollos para una boda y tenía que entregarlos en tres días. Como practicante, sabía que debía pensar siempre en los demás. No podía cancelar el pedido en el último momento.

El tercer día, mientras hacía bollos al vapor, apreté los dientes de dolor. Estaba tan agotada que cuando me acosté en la cama esa noche me quedé dormida inmediatamente. A la mañana siguiente, me desperté y la hinchazón había disminuido. Los moretones se hicieron más ligeros y los brazos no me dolían tanto.

Después de practicar Falun Dafa mi estado físico cambió mucho, ¡fue un milagro! Se corrió la voz en mi pueblo. Una persona comentó: "Antes estaba tan enferma que no podía hacer ninguna tarea. Ahora, después de practicar Falun Dafa lo hace todo. ¡Está muy saludable!".

Los aldeanos practican Falun Dafa

Una mujer que trabajaba para mí me dijo: "Falun Dafa es muy bueno. Por favor, enséñale a mi madre los ejercicios. Está postrada en la cama". Fui a su casa y le dije a su madre: "Si quieres aprender, no abandones a la mitad". Le hice ver el vídeo del Maestro enseñando los ejercicios y el vídeo de una conferencia. Volví por la noche y le enseñé los ejercicios.

Un mes después, la madre de la mujer dijo: "Hace más de 20 años que no tenía el periodo. ¡Ha vuelto!". Tres días después dijo: "¡Mira! ¡Puedo caminar! He caminado desde mi casa hasta la ladera norte y luego hasta tu casa". Estaba muy contenta.

Después de practicar durante un mes más, fue capaz de hacer todas las tareas domésticas. Su familia se alegró mucho. Fueron testigos de lo extraordinario que es Dafa.

La mujer que trabajaba para mí también comenzó a practicar después de ver la transformación de su madre. Las tres, más otra vecina, hicimos los ejercicios juntas.

Para entonces, el Partido Comunista Chino (PCCh) había comenzado a perseguir a Falun Dafa. Después de practicar durante varios días, el hijo y el nieto de la vecina se asustaron y le prohibieron practicar. Posteriormente, la mujer desarrolló una parálisis parcial y no se recuperó a pesar de haber gastado 1.200 yuanes en médicos. Le pedí que recitara: "Falun Dafa es bueno" y "Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno". Ella dijo: "Es inútil recitar esto". Me preocupaba dejarla sola en casa, así que la traje a mi casa.

Descubrí que tenía una botella de insecticida. Le pregunté: "¿Por qué has comprado esto?". Respondió: "No quiero vivir más". Cuando le pedí que hiciera los ejercicios conmigo me respondió: "No puedo ni ponerme de pie, ¿cómo voy a hacer los ejercicios?". Le pregunté: "¿Puedes sentarte?". Dijo que podía, así que hicimos la meditación sentada. Cuando terminamos, le pedí que durmiera en mi casa. Cuando se despertó, dijo: "No siento dolor cuando estoy en tu casa".

Al día siguiente, estudiamos el Fa e hicimos los ejercicios juntas. Le dije: "Hagamos hoy los ejercicios de pie". Ella dijo: "No puedo estar de pie". Le dije: "Está bien. Puedes apoyarte en la pared y hacer los ejercicios". Después de hacer la tercera serie de ejercicios tres veces, dijo: "Cada vez que hago esto, me siento mejor". Le dije: "Hagámoslo otra vez". Ella dijo: "Mírame, ¿todavía estoy apoyada en la pared?". Vi que era capaz de permanecer de pie sin ningún apoyo. Cuando vino por primera vez a mi casa, caminaba con la ayuda de un taburete, ahora ya no lo necesitaba. Tres días después, volvía a casa caminando sola.

Mi hijo vino a casa con mi nieta el día que ella volvió a su casa. La mujer se ofreció a preparar la comida para el bebé, y enseguida regresó con un cuenco de gachas (especie de papilla de arroz). Un vecino que vino a mi casa a comprar bollos dijo sorprendido: "¡Es increíble! ¡Puedes caminar!".

Todos en mi pueblo dicen "¡Falun Dafa es bueno!"

Desde entonces, todos en mi pueblo decían: "¡Falun Dafa es bueno!". Otros también dijeron: "Los practicantes son buenas personas. Mira a esta mujer, es diferente a los demás. Su marido la regaña, pero ella no responde. Es difícil que la mayoría de la gente haga eso". Al presenciar estos incidentes, el hijo y el nieto de mi vecina también comenzaron a decir que Falun Dafa es maravilloso. Su nieto dijo a otros: "Quien diga que Falun Dafa es malo, no lo creeré". La salud de mi abuela mejoró después de hacer los ejercicios durante tres días en casa de un practicante".

El secretario del Partido en mi pueblo tenía más de 70 años cuando desarrolló apendicitis y fue al hospital para una operación de urgencia. El médico descubrió que tenía un cáncer rectal. Lo enviaron a casa y le dijeron a su familia que se preparara para su muerte. Fui a verle tras conocer su estado. Su familia me dijo que no le habían dicho al anciano que tenía cáncer. Le dije: "¿Por qué no recitas 'Falun Dafa es bueno y Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno'?". Suspiró y dijo: "Nada puede ayudarme". Le dije: "Mira a mi suegro. Los médicos dijeron que no viviría mucho tiempo. Recitó las frases y ahora míralo". El anciano dijo: "Tienes razón, tu suegro se recuperó completamente".

Lloró y dijo: "¡No quiero morir!". Su hija señaló: "El dolor no es tan fuerte durante el día. Por la noche, llora mientras duerme". Le animé a recitar las frases. Su hija dijo: "Por favor, repítelo, yo lo escribiré".

Tres días después, el secretario del Partido se recuperó. Hubo incontables casos como este en mi pueblo.

Tratando bien a mis suegros, dejando atrás la pérdida y la ganancia

El Maestro nos enseñó:

“...siendo una persona que refina gong, hay que llegar a no devolver el golpe ni los insultos, hay que exigirse con un estándar alto” (Cuarta Lección, Zhuan Falun).

Después de que empecé a practicar Falun Dafa, dejé de tomarme a pecho las pérdidas y las ganancias al tratar los asuntos del hogar y la relación con mis suegros. Mi marido tiene cuatro hermanos, él es el segundo hijo. Cada año, sus hijos debían dar a sus padres 60 yuanes para mantenerlos, pero los otros hermanos no contribuían. Cuando comencé a practicar, dejé de enfadarme con mis suegros y tomé la iniciativa de darles dinero. Los vecinos dijeron a mi suegra: "Ustedes se han beneficiado desde que su nuera practica Falun Dafa. Nuestra nuera aprendió de tu nuera y ahora nos trata bien. Falun Dafa es realmente bueno".

Una vez, mi suegra enfermó. Mi cuñado le dijo a mi marido: "Segundo hermano, paga tú los gastos médicos de nuestra madre y nosotros te pagaremos nuestra parte más adelante". Pero cuando llegó el momento de pagar la factura final, los otros se negaron a pagar su parte. Cuando mi marido les llevó la factura, su hermano le dijo: "¡Te has gastado el dinero y tienes la desfachatez de pedirnos que te paguemos!". Maldijo y abofeteó a mi marido. Mi marido estaba tan enfadado que se puso enfermo. Cuando le pedí a mi marido que lo dejara pasar, me regañó: "¡Son 1.800 yuanes!". Le dije: "Podemos recuperar esta suma con medio mes de trabajo. Te golpearán si insistes en pedirles que paguen su parte". Rompí en secreto las facturas médicas de mi suegra. No habría podido hacerlo si no hubiera practicado Falun Dafa. Si no fuera una practicante, no lo habría dejado pasar.

Después de aquello, no se lo decía a mi marido ni a sus hermanos cada vez que llevaba a mi suegra a ver al médico o a comprar medicinas. Cuando mi vecina se enteró, me dijo: "Tiene cuatro hijos, pero tú te ocupas de los padres tú sola. Deberías ir a razonar con ellos". Le dije: "Yo practico Falun Dafa y no debo tratar los asuntos como ellos".

Varios meses después, mi cuñado se sintió mal y vino a preguntar por el estado de su madre. A partir de entonces, cada hermano se turnaba para cuidar de sus padres ancianos.

Mi suegra quedó postrada en la cama. Todos los hijos tenían que trabajar. Yo hacía y vendía bollos para ganarme la vida en casa. Vivía al lado de mi suegra. Cuando necesitaba ayuda, gritaba mi nombre. Mi vecina también me avisaba si la oía. Independientemente de a quién le tocara cuidar a los padres ancianos, siempre que había una incidencia, mis cuñados la comentaban conmigo. Al ver que nuestra familia se llevaba tan bien entre sí, los vecinos y parientes decían: "Los practicantes de Falun Dafa son diferentes".

Cuando falleció mi suegra, yo cuidaba de mi suegro durante el día y mi marido lo hacía por la noche. Le cocinaba una variedad de alimentos, le secaba la manta al sol y le calentaba la cama. Cuando les tocaba a los otros hijos cuidar del anciano, a menudo se le oía gritar: "¡Me voy a morir de hambre!". Al oírlo, le llevaba comida en secreto.

Mi cuñada solía decir delante de la mujer de mi hermano mayor: "Papá se alegra cuando ve a la segunda cuñada. Cuando nos ve a nosotros no sonríe".

Mi suegro tenía 1.500 yuanes en ahorros. Quería darme el dinero a mí. Rechacé su oferta. Los hermanos se pelearon por ese dinero. Saqué el dinero y se lo di para que lo repartieran entre ellos. Mi suegro repartió sus bienes familiares antes de fallecer. No me dejó nada, pero no me disgustó.

Tenemos una manguera que utilizamos para regar los campos. Mi cuñado venía a buscarla cuando necesitaba regar sus campos. Tenía miedo de que mi manguera se confundiera con la suya. Una vez, mi cuñado vino a mi casa enfadado y sacó todas las mangueras que tenía. Escogió la mejor y se la llevó a casa. Los vecinos pensaron que no era justo y me sugirieron que razonara con él. Le dije: "Déjalo. Puedo comprar una manguera nueva por 200 yuanes y no tengo que enfadarme por nada. ¡Qué buen negocio!".

Pensamientos y acciones rectas

Dos años después de que comencé a practicar Dafa, el PCCh lanzó su campaña de persecución. Me enteré de que otros practicantes fueron a apelar para pedir justicia. Tomé un autobús y planeé apelar también por Dafa. No llegué muy lejos antes de que me detuvieran.

Cuando mi familia se enteró de que me habían arrestado acudió al centro de detención. Mi suegra rogó a un funcionario que interviniera. El funcionario dijo: "Ella traerá problemas a los demás, no importa si vuelve a casa o no". Mi suegra dijo: "¡No lo hagas! Es una buena nuera". Lloró y dijo: "Solía decir cosas malas de ella, pero estaba equivocada". El funcionario se conmovió con sus palabras.

Le dije a mi suegra: "¿Recuerdas cómo tomaba cubos de medicamentos? No puedo decir una mentira. Si no practicara Dafa, hoy no tendría una vida tan bendecida ni estaría tan saludable". Al final, me liberaron cuando los represores vieron que no podían hacerme renunciar a mi creencia.

Más tarde, los funcionarios vinieron a mi casa sin otra razón que la de acosarme. En una ocasión, se colocaron carteles sobre Falun Dafa en el pueblo. Los funcionarios preguntaron a cada residente quién lo había hecho. Yo fui la última en ser llamada a la oficina. En cuanto entré por la puerta, el funcionario se levantó y me amenazó, golpeando la mesa: "¡Déjame decirte que no puedes hacer nada de lo que el Partido te diga que no hagas!". Golpeó la mesa tres veces después de decir eso. Me negué a aceptarlo y me señaló con el dedo, enfadado: "¡Tienes que escuchar al Partido!". Le dije: "¡No, no lo haré!".

Alguien provocó un incendio en el pueblo y me acusaron. El jefe del pueblo me convocó a la oficina. Cuando llegué, vi a dos decenas de personas en la sala, entre ellas funcionarios del pueblo y representantes del Departamento de Policía. No dijeron nada sobre el incendio provocado. Uno de ellos me dijo: "No pongas más carteles sobre Dafa en el pueblo. Puedes ir a otros pueblos a poner la información".

Cada vez que la gente utiliza dinero impreso con mensajes sobre Dafa para comprarme bollos, aprovecho la oportunidad para aclarar los hechos. Les pido que lean lo que está escrito en los billetes y les digo que serán bendecidos por saber que Dafa es bueno.

Estoy agradecida por los milagros que he experimentado a través de la práctica de Dafa. ¡Me siento verdaderamente afortunada! ¡Gracias, Maestro!

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