(Minghui.org) La película recientemente estrenada “Cincuenta minutos eternos (Eternal Fifty Minutes)” se basa en la verdadera historia de los practicantes de Falun Dafa en China que pusieron sus vidas en peligro al interceptar la señal de televisión por cable con el fin de transmitir programas que hablaban sobre Falun Dafa durante 50 minutos.

Soy el único sobreviviente de aquel evento. Todos los demás fueron arrestados y pagaron con sus vidas, ya que el partido comunista chino (PCCh) tomó represalias.

Lo hicimos en Changchun, donde se presentó por primera vez Falun Dafa, una antigua práctica budista para la mejora de mente y cuerpo. Cerca de un millón de personas en Changchun vieron la transmisión de Falun Dafa el 5 de marzo de 2002. Debido a que el PCCh controla todos los medios de comunicación, apropiarnos del sistema de transmisión por cable era una de las pocas opciones que facilitaría eficazmente que el pueblo chino conociera la verdad.

El año pasado tuve el honor de ayudar a filmar una película sobre estos valientes practicantes de Falun Dafa y sobre lo que lograron hacer.

Viajar a Canada

Cuando New Realm Studios me invitó a Canadá, me sorprendió gratamente, pero también me surgieron algunas dudas. Después de debatir conmigo mismo varias veces, decidí que debía ir.

Sin embargo, cuando solicité el visado por Internet para viajar a Canadá me lo denegaron. A pesar de que verifiqué todos los datos varias veces, descartaban mi solicitud una y otra vez. Empecé a mirar adentro: ¿Iba a Canadá con un corazón puro o solo quería presumir?

Cuando encontré mis apegos y me deshice de ellos, aprobaron mi solicitud de visado.

Reservé los vuelos de ida y vuelta para el 30 de septiembre y el 18 de octubre de 2019.

Rodaje

El equipo ya llevaba siete días filmando cuando me uní. Era un grupo maravilloso de cultivadores. Hicimos las tres cosas que el Maestro nos dijo que hiciéramos juntos: estudiamos el Fa e hicimos los ejercicios, enviamos pensamientos rectos y aclaramos la verdad (haciendo la película).

Me sentí como cuando empecé a practicar Falun Dafa: me sentí inspirado, repleto de energía y alentado, a medida que seguía aprendiendo.

Todos hicieron tanto como pudieron. Muchos días filmábamos hasta las 2:00 a.m. mientras el equipo de filmación se quedaba despierto toda la noche preparando el rodaje del día siguiente. Todos colaboraron bien. El director y el productor supervisaban la calidad y a menudo filmaban la misma escena una y otra vez para obtener un mejor efecto.

El practicante que interpretó a Liu Chenjun me dijo: "Por muy cansado que esté o por muy duras que parezcan las cosas, cuando pienso en esos practicantes que dieron sus vidas, deja de ser difícil".

Con el esfuerzo de todos, terminamos la grabación en 23 días.

Creando la utilería

Mi labor principal consistía en recordar y proporcionar los detalles técnicos del evento real, aunque el director también arregló que me interpretara a mí mismo en la película. Debido a que el equipo no tenía personal suficiente, también me asignaron que trabajara en la creación de la utilería.

Describí cómo capturar una señal de televisión por cable y cómo trepar a un poste de electricidad. El director ajustó la filmación basándose en mi información para hacerla más realista.

Crear los accesorios para la emisión de VCD fue un reto, pero gracias a muchas "casualidades", lo logramos.

Lo primero que tuvimos que construir fue el amplificador de la señal de TV por cable. El equipo de utilería lo creó basándose en mi descripción.

Luego necesitamos cables, un viejo reproductor de VCD y un transformador eléctrico, nada de lo cual teníamos. Me dije: "¿Cómo es que no disponemos de nada en absoluto?".

Comprendí que era una muestra de mi actitud de quejarme de las cosas. Después de deshacerme de ello, un practicante dijo que consultaría en una estación de reciclaje donde solía trabajar. Llamó pero le dijeron que no tenían un viejo reproductor de VCD. Decidimos ir allí a buscarlo de todos modos. El viaje fue fructífero. Encontramos un transformador, clips de cableado, cable VCD y cable que parecía similar al de una línea principal.

El experto en utilería fabricó rápidamente la línea principal a partir del que encontramos, después de que yo se lo describiera. También encontró cómo hacer el cable de extensión a la línea principal, basándose en la sugerencia de otro practicante.

Como no pudimos encontrar un reproductor de VCD grande y viejo, usamos uno más pequeño en su lugar. Un practicante armó un accesorio para que el transformador eléctrico resultara mucho más liviano de sostener, durante la filmación. Otro practicante creó los ganchos de la línea.

Mientras rodábamos una escena en el campo, vi dos aisladores en postes eléctricos abandonados. Le pedí al camarógrafo que los bajara usando su brazo elevador. Los necesitábamos en el poste eléctrico.

Crear el poste eléctrico requirió bastante esfuerzo. Nuestro carpintero construyó un pilar con clavos. Otros practicantes y yo lo lijamos para darle forma redondeada. Fue mucho trabajo. Cuando terminé, estaba completamente cubierto de aserrín. Luego el practicante encargado del tema artístico aplicó masilla y lo pintó, y el pilar quedó listo.

El siguiente reto era encontrar el cable de alta tensión del poste. En China, los cables quedan al descubierto. No pudimos encontrar aquel tipo de cable. Aprendí a tranquilizarme y decidí apartarlo a un lado.

Luego comencé la siguiente tarea: conectar el reproductor de VCD a los cables. Corté un trozo de los cables del VCD y, después, lo rompí por accidente. Sabía que sobraban algunos cables de VCD, pero no los encontré en las cajas de utilería. El jefe del equipo de utilería también me trajo un gran paquete de cables, pero ninguno servía. Cuando volví a buscar en las cajas de utilería lo encontré.

Así que me quedaba por resolver el problema de que el cable de alta tensión debía quedar al descubierto. De repente, miré aquel gran manojo de cables. Había un cable de metal dentro de un aislante de goma... ¡todo lo que teníamos que hacer era pelarlo! Más sorprendente aún, era lo suficientemente largo para que pudiéramos hacer una larga conexión entre los polos. ¿No era una "coincidencia"?

Un practicante dijo: "Una coincidencia es una coincidencia, dos coincidencias siguen siendo coincidencias, pero cuando tienes muchas coincidencias conectadas por casualidad, ya no se trata de una coincidencia, sino más bien de un arreglo".

Todas aquellas coincidencias en esos pocos días mientras hacíamos la utilería me hicieron entender que el Maestro lo había dejado arreglado todo para nosotros.