(Minghui.org) La ciudad en la que vivo es la segunda área más severamente infectada por el virus del PCCh (partido comunista chino), también conocido como coronavirus. Hay un practicante anciano que vive en un área residencial donde muchas personas se contagiaron. En su vecindario el practicante persuadió a muchas de las personas contagiadas para que renunciaran al PCCh y a sus organizaciones, y les enseñó a recitar las poderosas frases: "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno". Un buen número se recuperó.

Una pareja vivía en el piso de encima del practicante anciano. Este les aclaró la verdad y el marido lo aceptó. Más tarde, leyó Zhuan Falun, el libro principal de Falun Dafa, los Nueve comentarios sobre el Partido Comunista y algunos folletos. La pareja también vio videos de aclaración de la verdad. No obstante, la esposa rechazaba la verdad y seguía dando gracias al PCCh.

A principios de este año, la esposa tuvo síntomas de resfriado. Fue puesta en cuarentena, pero no recibió tratamiento ni medicamentos. Su esposo exigió que el personal médico le diera medicamentos. Le dieron algunos, pero la pareja se dio cuenta que, si no insistían, no obtendrían nada. Más tarde, todos los que estaban en cuarentena se infectaron con el virus del PCCh. Los pulmones de su esposa también se infectaron, se sentía con dificultad para respirar y muy débil. Aun así, los médicos se negaron a examinarla y a que fuera hospitalizada.

No tenía más remedio que hacer cola todos los días para recibir tratamiento ambulatorio. Llegaba a la fila a las 8 de la mañana, pero ya había muchas personas esperando. Había de 1.000 a 2.000 pacientes delante de ellos. Regresaban a casa en torno a las 8 de la noche. Tan solo le daban la dosis para un día, por lo que cada mañana tenían que hacer fila nuevamente.

Al verla al borde de la muerte, su esposo fue a hablar con los médicos para exigir que le hicieran la prueba de ácido nucleico. También se la negaron.

Les dijo a los médicos que no estaban tratando de salvar a los pacientes, que eso era lo opuesto a la ética médica. Sin embargo, los médicos le contestaban: "Esta es una orden de nuestros superiores, no podemos dejar de seguirla". El esposo se inclinó sobre la computadora de los médicos y dijo: “Si ahora no dejas de seguirla, ¡no te dejaré trabajar! ¿Las vidas de la gente corriente no valen nada? ¿Controlan que no suba el número de casos confirmados dejando morir a la gente?”.

Aunque los médicos sabían por otro test que su esposa tenía el virus del PCCh y que tenía ambos pulmones infectados, solo repetían: "No se permiten realizar tests, esta orden proviene de los niveles superiores".

El esposo exigió desesperadamente que le hicieran la prueba y que la hospitalizaran, hasta que los médicos acabaron accediendo. El resultado fue positivo y, solo entonces, la hospitalizaron. Como el practicante anciano les había recomendado, la pareja no dejaba de recitar en el hospital: "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno".

Creo que, debido a que el esposo no cooperó con el PCCh y expuso valientemente sus despiadados actos y, lo que es más importante, él y su esposa recitaron repetidamente las frases de Dafa, los dioses los protegieron. La esposa se recuperó al día siguiente y dejaron el hospital.