(Minghui.org) "Treinta años después del colapso del Muro de Berlín, los estadounidenses no entienden los peligros del comunismo", escribió Marion Smith, Directora Ejecutiva de la Fundación 'En Conmemoración de las Víctimas del Comunismo, en Today de EE. UU., el 8 de noviembre de 2019. "Hay una razón por la cual, después de una gran tragedia, somos llamados a no olvidar nunca: La humanidad tiende a cometer los mismos errores una y otra vez”.

No muchas personas prestaron especial atención a la advertencia de Smith cuando escribió esto. Semanas después, un feroz coronavirus germinó en Wuhan, ciudad de China central. Aunque el virus fue detectado y reportado por los médicos, el partido comunista chino (PCCh) inicialmente lo ocultó, un acto que eventualmente permitió que el virus se extendiera al resto del mundo.

Hasta el 6 de abril de 2020, Estados Unidos había reportado más de 360.000 casos de infección, más que cualquier otro país en el mundo (aunque se ha considerado que las cifras reportadas en China han sido ampliamente menores de las reales). La ciudad de Nueva York, un faro del mundo libre, tiene más casos confirmados que cualquier otra ciudad o estado en los EE. UU.

En este informe, nosotros reflexionamos sobre las relaciones entre EE. UU. Y China a lo largo de los años, lo que pudo haber permitido el ascenso de China y su infiltración en los EE. UU. La influencia cada vez mayor del PCCh en el mundo ha facilitado la exportación de su desprecio por la vida humana. Su encubrimiento del brote de coronavirus ha convertido una epidemia en una pandemia mundial.

No solo los chinos, sino muchos en el resto del mundo, incluido Estados Unidos, se han convertido en víctimas del encubrimiento del PCCh en esta crisis sin precedentes. Mientras lamentamos la pérdida de vidas dejada por la pandemia y rezamos por la seguridad y la salud de todas las personas, esperamos que este informe arroje luz sobre el daño hecho por el PCCh y aliente a las personas a romper lazos con él.

Este informe se divide en seis secciones:

Sección 1: El creciente poder del partido comunista chino a través del apoyo de EE. UU.
Sección 2: La influencia creciente del partido comunista chino en Manhattan
Sección 3: La propaganda del partido comunista chino permanente en Time Square
Sección 4: La fuerte influencia del partido comunista chino en la ONU y las organizaciones no gubernamentales
Sección 5: La campaña de adoctrinamiento del partido comunista chino en los campus de EE.UU.
Sección 6: La infiltración del partido comunista chino en las comunidades estadounidenses

Continúa de la Primera parte 

Sección 3: La propaganda permanente del partido comunista chino en Time Square

El 19 de mayo de 2011, el portavoz del PCCh, Xinhua, trasladó su sede norteamericana a Broadway 1540 con un contrato de alquiler de 20 años. Otro portavoz, People's Daily Online, se convirtió en inquilino del Empire State Building el 13 de julio de 2011.

Desde el 1 de agosto de 2011, Xinhua News ha mantenido una presencia constante en un cartel publicitario de 20 por 12 metros con vistas a Times Square. "El cartel se encuentra encima de los llamativos anuncios de Prudential, Coca-Cola y Samsung, lo que lo convierte en uno de los carteles más visibles del mundo", informó NPR.

Los intentos del PCCh de expandir su influencia fuera de China no pasaron desapercibidos. David Shambaugh, director del programa de políticas sobre China de la Universidad George Washington, estima que China gasta entre 10.000 y 12.000 millones de dólares al año en una amplia gama de esfuerzos de "poder blando", desde el lobby clásico y campañas de relaciones públicas hasta formas más clandestinas de formación de influencias. Así lo informó el Financial Times en un artículo de diciembre de 2017 titulado "Occidente se muestra cauteloso con el juego de influencias de China: Los gobiernos están preocupados por los esfuerzos de Beijing para moldear la opinión respecto a su sistema autoritario".

China Daily ha estado pagando a los principales periódicos de EE. UU. por suplementos o columnas, incluyendo The Wall Street Journal, The New York Times, The Washington Post y USA Today. Todos las columnas se llaman "China Watch", y todo el contenido es de China Daily.

Con esta estrategia, el PCCh ha apuntado a los lectores, especialmente a los líderes mundiales, los encargados de elaborar políticas, los responsables de tomar decisiones, las personas influyentes y los que tienen intereses comerciales en unos 30 medios de comunicación de todo el mundo. "Con la ayuda de los anuncios y de publicidad intencionada, Beijing está llevando a cabo una política de caballo de Troya para hacer llegar su propaganda a los medios de comunicación extranjeros", comentó Reporteros sin Fronteras (RSF).

En un informe del 22 de octubre de 2019 titulado "China persigue un nuevo orden mediático mundial", RSF investiga la estrategia de Beijing para controlar la información más allá de sus fronteras. "Menos conocido que la Iniciativa de la Franja y la Ruta, pero igual de ambicioso, este proyecto supone una amenaza para la libertad de prensa en todo el mundo", escribió.

El artículo de RSF señalaba que las estrategias de Beijing van desde la modernización de la radiodifusión televisiva internacional de China, la compra de grandes cantidades de publicidad en los medios de comunicación internacionales y la infiltración en los medios de comunicación extranjeros hasta el uso de chantaje, intimidación y acoso a escala masiva.

"Está en el espíritu del régimen de Beijing que los periodistas no pretendan ser un contrapoder, sino más bien servir a la propaganda del estado", dice Christophe Deloire, secretario general de RSF. "Si las democracias no se resisten, Beijing impondrá su punto de vista y su propaganda, lo que es una amenaza para el periodismo y la democracia".

En la última década, China ha invertido una enorme cantidad de dinero en el desarrollo de medios de comunicación capaces de llegar a un público internacional. Esto incluye a la empresa estatal CGTN, que emite programas de televisión en 140 países, y a la Radio Internacional de China, que emite en 65 idiomas.

El informe de RSF señaló: "El régimen ha logrado convencer a decenas de miles de periodistas de países emergentes para que hagan viajes a Beijing con todo pago para 'entrenar su mente crítica' a cambio de una cobertura de prensa favorable".

Mientras tanto, "Beijing también está exportando sus herramientas de censura y vigilancia, incluyendo el motor de búsqueda Baidu y la plataforma de mensajería instantánea WeChat", decía el artículo de RSF, que también señalaba que "Beijing apela a la intimidación y la violencia para silenciar a los disidentes, incluso en las naciones democráticas", para alinearse con su propia narrativa oficial.

El 18 de febrero de 2020, el Departamento de Estado de EE. UU. designó cinco medios de comunicación chinos como Misiones Extranjeras porque sirven como propaganda patrocinada por el Estado para la China comunista. Ellos son: Agencia de Noticias Xinhua, Red Global de Televisión de China (CGTN), Radio Internacional de China, Corporación de Distribución Diaria de China, y Hai Tian Development USA (distribuidor de People's Daily).

Sección 4: La gran influencia del partido comunista chino en las Naciones Unidas y en las organizaciones no gubernamentales

China ha ejercido una enorme influencia en la Organización Mundial de la Salud durante la pandemia de coronavirus.

"La OMS estaba repitiendo la información de las autoridades chinas sin crítica alguna, ignorando las advertencias de los médicos taiwaneses -no representados en la OMS, que es un organismo de las Naciones Unidas- y reticentes a declarar una 'emergencia de salud pública de interés internacional'. Negando que había necesidad de hacerlo después de una reunión el 22 de enero", informó Foreign Policy el 2 de abril de 2020 en un artículo titulado "Cómo la OMS se convirtió en cómplice del coronavirus de China".

Ya era de público conocimiento que el PCCh había estado mintiendo todo el tiempo desde que el brote se produjo en Wuhan a finales del año pasado. En lugar de actuar imparcial y objetivamente, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, siguió elogiando a Beijing por su "transparencia".

Un número creciente de voces en los Estados Unidos y otros países están pidiendo que Ghebreyesus renuncie a la OMS.

Al igual que la OMS, las Naciones Unidas también han torcido sus reglas debido a la presión del PCCh.

Un artículo de Fox News del 14 de diciembre de 2019 informó que Emma Reilly, una empleada de la ONU, envió una carta a los diplomáticos estadounidenses y a los miembros del Congreso el 21 de octubre de 2019, afirmando que "la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (OACDH) aparentemente continúa proporcionando a China información anticipada sobre si determinados defensores de los derechos humanos planean asistir a las reuniones" en Ginebra. Entre esos defensores figuran disidentes tibetanos y uigures que son ciudadanos o residentes permanentes de los Estados Unidos.

Según se informó, Reilly dijo que la práctica se remontaba a 2013 y se notificó por primera vez en 2017. "En lugar de tomar medidas para impedir que se entreguen los nombres, la ONU ha centrado su energía en tomar represalias en mi contra por atreverme a denunciarlo. He sido marginada, difamada públicamente, privada de funciones, y mi carrera ha quedado hecha trizas", dijo Reilly.

Ante la presión del PCCh, Naciones Unidas también denegó las solicitudes de Taiwán para participar en la OMS, la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) y la Interpol.

Sección 5: La campaña de adoctrinamiento del partido comunista chino en los campus de EE. UU.

En nombre del intercambio y la cooperación cultural, el PCCh ha puesto en marcha los Institutos Confucio, ha donado fondos y ha instruido a los estudiantes chinos para que roben información y supriman la libertad de expresión en los campus de los Estados Unidos.

Según el Departamento de Educación de los Estados Unidos, al menos nueve de las principales universidades de los Estados Unidos recibieron financiación del gigante tecnológico chino Huawei en los últimos seis años, entre ellas el Instituto de Tecnología de Massachusetts, la Universidad de Princeton, la Universidad de California en Berkeley y Cornell.

La financiación ascendió a un total de 10,5 millones de dólares, que no incluía donaciones inferiores a 250.000 dólares, informó VOA en octubre de 2019.

"Desde 2004, el Ministerio de Educación de China, a través de un organismo denominado el Hanban, ha financiado y dirigido en gran medida los Institutos Confucio, que enseñan la lengua, la historia y la cultura chinas en universidades de todo el mundo, incluidos los Estados Unidos. El Hanban suele suministrar a los profesores, libros de texto y -lo que es más importante- fondos de gestión, una propuesta tentadora para las administraciones universitarias con problemas de liquidez", informó el New York Daily News el 2 de febrero de 2020.

Escrito por Todd Pittinsky de la Universidad Estatal de Nueva York (SUNY) en Stony Brook, este artículo del New York Daily News decía: "Lo que realmente está mal aquí es que estamos tercerizando la educación americana a una operación de propaganda extranjera. Li Changchun, un exjefe de propaganda del partido comunista chino, llamó a los Institutos de Confucio "una pieza importante en la configuración de la propaganda china en el extranjero". Enseñan la historia china de la forma en que el gobierno chino quiere que la veas".

El artículo señalaba que las universidades con Institutos Confucio están obligadas a mostrar respeto por las leyes chinas. "Cuando los funcionarios de Hanban recorrieron UAlbany, se quitaron de las puertas de los profesores carteles que hacían referencia a Taiwán", escribió Pittinsky.

Pittinsky dijo que no hay nada malo en promover el intercambio cultural, pero la misión de los Institutos Confucio es exportar los puntos de vista políticos de Beijing. Preocupados por perder la libertad académica y enfrentarse a la censura de China, algunas universidades, entre ellas la Universidad de Chicago, la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, Penn State, la Universidad McMaster y el Miami-Dade College, han cerrado sus Institutos Confucio.

Sección 6: La infiltración del partido comunista chino en las comunidades estadounidenses

Yleisradio (Yle), la emisora de radio pública nacional de Finlandia, emitió un informe de investigación el 15 de marzo de 2020 sobre la infiltración de la China comunista. "Yle encontró organizaciones en Finlandia cuyos orígenes pueden ser rastreados hasta la maquinaria de control del partido comunista chino. Sus actividades tienen una conexión con la política partidaria finlandesa", describió el informe. "Eso significa que la influencia de China se repite de la misma manera de un país a otro".

Una de esas organizaciones es la asociación finlandesa para la promoción de la reunificación pacífica de China (FAPPRC), que tiene unas 200 sucursales en todo el mundo. Todas ellas son fuertes defensoras del régimen chino. El reporte informaba que "según los expertos, el objetivo de la organización es promover los intereses de China y silenciar las críticas a la superpotencia emergente. De hecho, estas asociaciones afiliadas al partido comunista chino a menudo se disfrazan como ONG ordinarias".

A miles de kilómetros de distancia, el PCCh también se está infiltrando en los EE. UU. Por ejemplo, las comunidades del Barrio Chino en Manhattan y Flushing, Nueva York, han sido controladas por el PCCh durante décadas.

Por ejemplo, la federación de la comunidad china del noreste (traducción no oficial de su nombre en chino) es una de las tres organizaciones del CPPRC (consejo para la promoción de la reunificación pacífica de China) establecidas en Nueva York. El 11 de febrero de 2001, su organización predecesora mantuvo una reunión en la que se difamaba a Falun Gong, una práctica de meditación espiritual perseguida por el régimen chino desde 1999.

Liang Guanjun, que en ese momento presidía el comité general de la federación de la comunidad china del noreste, junto con exembajadores chinos en los Estados Unidos, asistieron a la reunión y pronunciaron discursos. En junio de ese año, Liang informó a las autoridades de Beijing en una reunión de jefes de asociaciones de China en el extranjero celebrada en Beijing: "Somos la primera asociación extranjera en salir en contra de Falun Gong. Esto demuestra plenamente el patriotismo de los chinos en el exterior".

El 7 de agosto de 2008 se presentó una denuncia contra el cónsul general chino de Nueva York, Peng Keyu, ante el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, en la que se alegaba que había conspirado en violentos ataques que habían tenido lugar en Flushing. Durante una investigación de la Organización Mundial para la Investigación de la Persecución de Falun Gong (WOIPFG) el 23 de mayo de 2008, Peng fue registrado admitiendo que había "alentado en secreto" a aquellos que estaban involucrados en un grupo que atacaba a los practicantes de Falun Gong.

Tales actividades anti-Falun Gong también tuvieron lugar este año. Durante un desfile de celebración del Año Nuevo chino en Flushing el 25 de enero de 2020, docenas de personas pro Beijing sostuvieron grandes banderas chinas a lo largo de la ruta del desfile, entre las filas de espectadores. El grupo estaba dirigido por Li Huahong, líder de un grupo local de frente comunista en Flushing llamado la alianza mundial antisectas china.

El año pasado, los reporteros de The Epoch Times y NTD Television fueron informados por varios portadores de banderas que Li les pagaba de 30 a 200 dólares por sostener las banderas. En marzo de 2019, un informante le dijo a The Epoch Times de China que Li fue pagado por el comité de asuntos políticos y legales de la ciudad de Tianjin, una agencia del gobierno chino. Otras fuentes también han sugerido que Li recibió fondos de las autoridades chinas.

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Carlos Marx, fundador del comunismo, escribió "Un espectro acecha a Europa -el espectro del comunismo" en el Manifiesto Comunista. Han pasado más de 100 años, y el espectro del comunismo está ahora acechando a China y al resto del mundo.

"Si añadimos a esta lista las muertes causadas por los regímenes comunistas que la Unión Soviética creó y apoyó, incluyendo los de Europa del Este, China, Cuba, Corea del Norte, Vietnam y Camboya, el número total de víctimas se acerca más a los 100 millones. Eso hace que el comunismo sea la mayor catástrofe de la historia de la humanidad", escribió David Satter, periodista y autor estadounidense, en un artículo del Wall Street Journal de 2017.

La pandemia de coronavirus se ha convertido en la última catástrofe causada por el comunismo. En los últimos meses, el mundo ha sido testigo de cómo el PCCh censura la información, encubre los casos de infección y las muertes, redirige la culpa a otros países y difunde propaganda que se presenta como un salvador dentro y fuera de China.

El secretario de estado de los Estados Unidos Mike Pompeo dijo una vez: "Las personas más perjudicadas por la desinformación china, por el hecho de que encubrieron esto desde el principio, fueron los habitantes de Wuhan y Hubei, China".

A medida que la epidemia se extendió por China y se convirtió en una pandemia mundial, alrededor de 75.000 personas han perdido la vida, alrededor de una de cada cinco personas en todo el mundo está bajo cuarentena y numerosos negocios están cerrados. El mundo entero ha sido víctima del encubrimiento y la mala gestión del brote de coronavirus por parte del PCCh.

Esperamos que los Estados Unidos y el resto del mundo se liberen de las garras del PCCh para asegurar un futuro mejor y más brillante.

(Fin)