(Minghui.org) He estado practicando Falun Dafa desde 2004. Me gustaría compartir algunas de mis experiencias de cultivación durante la actual pandemia.

Regresando a casa a tiempo

En enero, mi hija me invitó a visitarla en Beijing para el Año Nuevo Chino. El día anterior a mi regreso, nos enteramos de que el brote del coronavirus de Wuhan se había vuelto grave. Mi hija me sugirió que dejara Beijing lo antes posible antes de un posible cierre.

"Claro, consigamos un billete para mañana", le dije. "No puedo hacer nada aquí de todas formas". Mi hija comprendió que yo quería volver a mi ciudad natal para aclarar la verdad sobre Dafa y despertar las conciencias de más gente.

No fue fácil conseguir un billete de avión a mi ciudad natal. Mientras mi hija estaba ocupada haciendo llamadas telefónicas, le pedí ayuda al Maestro Li Hongzhi para poder regresar. Conseguí un billete para el día después de Año Nuevo.

El día después de llegar a casa, mi ciudad fue cerrada, y todos los que entraron en ella tuvieron que estar en cuarentena en casa durante 14 días. Esto significaba que no necesitaba estar en cuarentena. ¡Gracias, Maestro! Pude salir y aclarar la verdad de inmediato.

Nada puede detenernos de despertar a la gente

Todas las noches salía a distribuir folletos y a contarle a la gente sobre Dafa y la persecución. Pero solo unos días después, mi comunidad fue cerrada. Un agente estaba apostado en la puerta las 24 horas del día.

Estaba tan preocupado que no podía comer ni dormir. ¿Cómo podía salir a distribuir materiales si un agente estaba siempre en la puerta?

Le pedí ayuda al Maestro y, milagrosamente, encontré un pequeño hueco en la valla por el que una persona podía pasar. A las 10 p. m., salí y distribuí los materiales de Dafa.

La siguiente noche todavía podía pasar, pero para la 4.ª noche, se había instalado un alambre para cerrar el hueco. Ya no podía salir.

Miré con calma hacia adentro. Soy un cultivador, y mis pensamientos deben ser rectos. Las viejas fuerzas no pueden impedirme salir a despertar las conciencias de las personas, ni tampoco ningún apego humano, como el miedo. Decidí salir por la puerta principal e ir a salvar las personas con dignidad.

A la mañana siguiente, estudié las enseñanzas del Fa. Por la tarde, después de enviar pensamientos rectos, fui a la pequeña tienda de abajo. Mientras charlábamos sobre el aislamiento, el dueño de la tienda me dijo que las reglas habían cambiado y que ya no habría un agente de servicio después de las 8 p. m. Me sentí muy aliviado. Después de las 8 p. m., tomé más de 200 copias de los materiales de Dafa y salí por la puerta principal.

Durante el día, el área local ordenó que solo se permitiera salir a una persona por familia cada 2 días. El agente de seguridad controlaba a cada persona que salía y registraba su identificación y números de certificado de salud. Después de eso, un compañero y yo obedecimos y salimos cada 2 días.

Anoté una lista de seudónimos que suenan bien en un papel de antemano. Cada vez que una persona aceptaba renunciar del partido comunista chino (PCCh), elegía un nombre de la lista.

Después pensé, como practicante de Dafa, debería salir a salvar a la gente todos los días, no solo cada 2 días.

El Maestro dijo:

"Las viejas fuerzas no se atreven a oponerse a nuestro esclarecimiento de la verdad o a que salvemos a seres conscientes. La clave es no dejarles que se aprovechen de las lagunas en su estado mental cuando hacen cosas" (Exponiendo el Fa en el Fahui de Boston, 2002).

Envié más pensamientos rectos para eliminar las sustancias malignas detrás del agente. Salí tranquilamente por la puerta principal. El agente me miró, pero no me pidió que mostrara mi identificación o que registrara mi nombre. Ayudé a 6 personas a renunciar al PCCh en solo 1 hora.

Desde entonces, salí todos los días. El agente nunca me pidió que me registrara. De hecho, noté que, cerca de mi localidad, los agentes eran muy estrictos cuando no había ningún practicante de Dafa viviendo allí, pero eran relativamente indulgentes con los practicantes que salían a aclarar la verdad.

Mirando hacia adentro, las cosas cambiarán

Pasé por otra prueba recientemente. Mi hija me llamó y me dijo que uno de sus colegas cercanos tenía fiebre alta. Mi hija pensó que podría tener el coronavirus y le ordenaron que se aislara. Inmediatamente le dije que no tuviera miedo. La recordé que recitara: "¡Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno!". Le dije que estaría bien si recitaba las frases todos los días. Ella estuvo de acuerdo.

Después de colgar el teléfono, miré hacia adentro. ¿Por qué sucedió esto? Comprendí que era hora de deshacerme de mi sentimentalismo. No debería preocuparme ni estar alterado.

El Maestro dijo:

"No importa qué cosas importantes estén sucediendo, haz como si nada estuviera pasando y simplemente continúa, como de costumbre, haciendo lo que un Dafa dizi debe hacer. Este es el camino que ustedes están tomando hoy en día y este es el [legado de] poderosa virtud que están dejando" (Exponiendo el Fa en el Fahui de Washington D.C., 2004).

Varios días después, mi hija me dijo que su colega solo tenía la gripe, no el coronavirus. ¡Me sorprendió la maravilla de mirar hacia adentro!

Nuestro tiempo para salvar a la gente es limitado. Me cultivaré bien, salvaré a más personas y cumpliré nuestra misión histórica.