(Minghui.org) En la primavera de 1996, fui a visitar a mi hermana mayor en la ciudad de Jinan. Encontré el libro Zhuan Falun en su escritorio y lo revisé. Cuando vi la foto del autor, sentí que lo conocía, así que le dije: "¡Lo conozco!". Mi hermana dijo: "Este es un libro extraordinario, te lo regalo. Tómate tu tiempo para leerlo!".

Leí Zhuan Falun en mi cuarto. El Fa expuesto en el libro era profundo. Algunas cosas las entendí literalmente, mientras que otras estaban más allá de mi conocimiento. A través de la lectura, comprendí que necesitaba actuar de acuerdo con Verdad-Benevolencia-Tolerancia para ser una buena persona, por qué el bien es recompensado y el mal es castigado, y la relación entre la pérdida y la ganancia.

Transformando mi ambiente de trabajo

Trabajé para una compañía taiwanesa de alimentos con sede en Jinan que tiene sucursales en varias ciudades. Yo era el gerente. Había casi 100 empleados, la mayoría jóvenes. No tenían estudios y estaban lejos de sus ciudades natales. Hice todo lo posible por atender sus necesidades básicas y les preparaba comida.

Los veranos eran muy calurosos, así que usaba el dinero que obtenía de la venta de desechos para comprarles playeras e incluso bordaba las playeras de las chicas. A menudo hablaba con los empleados sobre la importancia de ser una buena persona de acuerdo con Verdad-Benevolencia-Tolerancia, de hacer bien el trabajo, de ayudarse y tolerarse mutuamente.

Cuando el dueño vino a supervisar nuestra sucursal, vio que todos los empleados estaban uniformados con playeras blancas. Le preguntó al gerente de la fábrica ¿por qué? El gerente le dijo que les compré las camisetas con el dinero que ganaba fuera del trabajo y que cada mes les daba una toalla nueva.

El dueño vio que nos preocupábamos por nuestros empleados y dijo que nadie en las otras sucursales hacía cosas como estas. Algunas sucursales incluso les descontaban los gastos de manutención a los empleados y les daban comida de mala calidad. El dueño dijo que estaba muy contento con nuestra sucursal.

En ese momento, usé los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia para guiar mi trabajo. Era estricto conmigo y no me trataba como si fuera especial. Finalmente me gané la confianza del propietario y los elogios de los empleados.

Tomando un nuevo reto

En septiembre de 1997, la compañía me transfirió a una sucursal ubicada en mi ciudad natal que había estado en operación durante casi un año. La sucursal estaba en mal estado; las cuentas no iban bien, la gestión era caótica y las ventas eran escasas. Casi 20 empleados no tenían nada que hacer excepto jugar al póquer y al ajedrez todo el día.

El dueño me dijo: "Hay mucho problemas en esta sucursal, pero pienso que puedes hacer un buen trabajo. Haz lo que puedas, no te presiones, y si las cosas no salen bien, cerraremos esta sucursal y podrás ir a la sede central".

La sucursal estaba situada en una zona económicamente importante, y la renta mensual era de 10.000 yuanes (aproximadamente 1.500 dólares estadounidenses). La parte delantera del primer piso era la tienda, la parte trasera era el área de fabricación, el segundo piso se alquilaba a otros clientes, y el tercer piso tenía el almacén, el dormitorio, la cantina y el baño.

Le pregunté a los empleados: "¿Qué hacen todos los días?". Me dijeron: "Jugar al póquer y ajedrez. Nos preocupa que si aumentamos la cantidad de producción no podamos vender los productos".

Les dije: "Esta noche, terminen lo que se supone que deben hacer y luego limpien el taller a profundidad. Mañana después del almuerzo, limpien el dormitorio y los alrededores. Inspeccionaré todo mañana por la noche".

Al día siguiente, invité a los gerentes de los vendedores de comida de los principales centros comerciales a visitar nuestra sucursal, con la esperanza de construir una relación de negocios con ellos. Después al regresar, revisé el baño y vi que el piso estaba sucio, y había papel higiénico usado por todas partes. Encontré algunas bolsas de plástico y recogí el papel higiénico. Preparé una cubeta de agua caliente y detergente, lo vertí en el suelo y comencé a limpiarlo con un cepillo.

El baño era usado por hombres y mujeres. Cuando un empleado me vio limpiando, se avergonzó y dijo: "Déjame hacerlo". Me sacó y llamó a algunas personas para que limpiaran las paredes dentro y fuera del baño. Utilicé la amabilidad para iluminarlos: "El entorno de vida debe ser mantenido por todos, y un entorno limpio hará a todos felices y saludables".

Le pedí al director de la fábrica que preparara un programa de limpieza diaria y que me incluyera en la lista. Desde entonces, los empleados han mantenido el lugar limpio, y ya no tengo que preocuparme por ello.

Asumí mi nuevo puesto con varias responsabilidades, como la higiene, la prevención de epidemias, la administración de empresas y la gestión de marketing. Seguí los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, y poco a poco, la sucursal mejoró.

Al principio el corporativo nos proporcionaba la materia prima, pagaba nuestros salarios y la renta. Llegamos a ser capaces de pagar nuestros propios salarios, comprar la materia prima, pagar la renta, e incluso entregar una utilidad.

Ampliamos nuestra capacidad de producción y alquilamos una lugar más grande. Siempre seguí los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia en mi vida diaria.

Estudiar en grupo mejora mi cultivación

Después del Festival de Medio Otoño de 1998, nuestra sucursal se trasladó a unas nuevas instalaciones. Descubrí que la nueva chef, llamada Mia, también era practicante de Falun Dafa. Todos los días después de la cena, los dos estudiábamos Zhuan Falun y cada uno leía un párrafo por turno.

En la primavera de 1999, Mia me dijo con entusiasmo que había un sitio de estudio del Fa cerca de nuestro lugar de trabajo. Cuando fuimos allí, vimos una enorme habitación que limpiaron los practicantes que llegaron primero. Todos estaban muy contentos de vernos. Eran casi las ocho en punto. Nos sentamos con las piernas cruzadas en cojines y comenzamos a recitar el Fa. Setenta u ochenta personas recitamos "Lunyu" y otras escrituras.

Primero me cultivaba solo, luego leía libros de Dafa con Mia por la noche. Era la primera vez que me unía a un grupo de estudio del Fa y me quedé algo sorprendido por la escena. Las voces armoniosas de hombres, mujeres y niños recitando el Fa me hacían sentir avergonzado. ¿Lo que había estado haciendo se consideraba cultivación?

Encontré mis brechas, quise mejorar y cultivarme diligentemente. Estudiamos juntos la Primera Lección de Zhuan Falun. Cada uno leyó un párrafo. Debido a los diferentes niveles de educación, algunas personas leen con fluidez, otras leen despacio y con tropiezos, pero todos escucharon con paciencia.

Después, el coordinador nos pidió que estudiáramos más el Fa en casa cuando tuviéramos tiempo. A partir de las 5:00 de la mañana, había un grupo practicando los primeros cuatro juegos de ejercicios en un pequeño parque cercano. Setenta u ochenta personas fueron divididas en dos grupos. Hicimos los ejercicios de acuerdo a los requerimientos del Maestro. De vez en cuando los discípulos veteranos corregían los movimientos de los nuevos practicantes. Fueron atentos y responsables al ayudarnos a establecer una buena base para nuestra futura cultivación.

Desde que me uní al grupo de estudio y ejercicios matinales, desarrollé un entendimiento más claro de lo que es la cultivación y cómo progresar. Necesitaba estudiar y memorizar más el Fa. Una vez que el Fa esté en mi mente, puedo medir lo que hago en la vida de acuerdo con el Fa. Durante ese período, estudié Escrituras esenciales para mayor avance y otros libros de Dafa. Me sentí sumergido en la gracia ilimitada del Fa.

Cuando practicaba los ejercicios, la honestidad, la sencillez, la consideración y la ayuda de los practicantes eran visibles en todas partes. Por la mañana, cuando los practicantes iban al parque para hacer los ejercicios, llevaban bolsas de plástico para recoger los papeles de los helados, las botellas de refrescos y los objetos que la gente había desechado. Después de los ejercicios, llevaron la basura en un gran contenedor.

Una mañana, me levanté un poco tarde y quise saltar una valla del pequeño parque para tomar un atajo. Justo cuando levanté la pierna, una anciana me detuvo: "Practicamos Falun Dafa, debes ser consciente de ser una buena persona y mantener el orden". Me sentí avergonzado al escucharla.

A través del estudio de Fa, adquirí un nuevo entendimiento, que es que, no se trata solo de ser una buena persona, sino de ser mejor que una buena persona, siempre considerando a los demás primero, y siendo desinteresado.

De todas las sucursales de la compañía, nuestro servicio de comidas es calificado como el mejor. Cuando el propietario nos supervisó, me preguntó cómo lo había logrado. Le dije que practico Falun Dafa. Me comporto de acuerdo a Verdad-Benevolencia-Tolerancia, y considero a mis empleados primero. Los trabajadores migrantes viven lejos de sus ciudades de origen. Mejorar su calidad de vida les da paz mental; a cambio, trabajan muy duro.

Platiqué con algunos empleados y dijeron que nadie se ocupaba de sus alimentos en las otras sucursales, las comidas no estaban bien preparadas, a los empleados no les gustaba la comida y la tiraban en un gran tanque fuera de la cafetería. Preferían comer fideos instantáneos que la bazofia servida en la cafetería.

En contraste, en nuestra cafetería no se desperdicia nada, y nuestros empleados disfrutan de sus comidas.

El sobrino del dueño es el gerente de una sucursal a cargo de la producción. Cuando tomó un turno para trabajar en mi sucursal, dijo: "Tenía ganas de venir. Tratas muy bien a los empleados. He trabajado en las cinco sucursales de nuestro corporativo. La empresa nombrará a un líder sobresaliente, y todos votaremos por ti".

Dafa me transformó para ser mejor. Estoy agradecido con el Maestro por haber difundido el Fa en el mundo y estoy muy contento de ver los cambios positivos en la gente una vez que lo aprenden.