(Minghui.org) Durante los 21 años de persecución a Falun Dafa, me he cruzado con gente de todas las clases sociales. Algunos de ellos fueron adoctrinados por el partido comunista chino (PCCh). Sus corazones estaban llenos de miedo y odio hacia Falun Dafa. Pero incluso así, ellos pudieron cambiar sus actitudes después de entender lo que es Falun Dafa de los propios practicantes. Entonces, comenzaron a respetar a Falun Dafa y empezaron a tratar bien a los practicantes.

Un oficial de policía coopera con un practicante

Después de ser arrestado por la policía local, el oficial T me hizo pasar un mal rato. Se veía tan odioso. Encontró una copia de Zhuan Falun, el libro principal de Falun Dafa (también llamado Falun Gong), en mi bolso. El libro estaba cuidadosamente envuelto. Lo hojeó y lo puso de nuevo en la bolsa. Cuando le pedí que lo envolviera de nuevo, me echó una botella de agua en la cara.

El oficial T fue el que me llevó a la sala del tribunal y al hospital. En el camino, le hablé de Falun Dafa y le pedí que no se involucrara en la persecución. También le canté canciones compuestas por practicantes. Gradualmente, su actitud cambió. Una vez le dije: "Si alguien reporta a practicantes de Falun Dafa que reparten nuestros materiales o hablan de la práctica en público, debería decirle a la persona: 'Si no quieres leer sus cosas o hablar con ellos, entonces no lo hagas. No hay necesidad de reportarlos’". “Y no deberías responder a su denuncia". El oficial T se rió y dijo: "Eso es lo que hemos estado haciendo".

De camino a la corte o al hospital, a menudo gritaba: "¡La persecución a Falun Gong quebranta las leyes del Cielo!". El Oficial T estaba avergonzado. Una vez, después de que grité en el hospital, se enojó conmigo y dijo: "No soy yo quien te arrestó". “¿Por qué haces que la gente piense que soy el que te persigue?". Sonreí y le dije: "Bien, seré más específico". Entonces grité: "La persecución a Falun Gong por parte del PCCh rompe las leyes del Cielo". Fingió no escucharme.

En otra ocasión me preguntó: "¿No puedes gritar esta vez? Siento que me estás haciendo quedar mal". Le dije: "Tengo que decirle a la gente la verdad. Pero si sientes que te hago quedar mal, puedes fingir que estás enfadado y gritarme. No te responderé. ¿No salvaría eso las apariencias?".

En el hospital, cuando había mucha gente alrededor, fingió estar enojado y me gritó. En el camino de vuelta, me compró (4 libras) de albóndigas 1,800 kg, pero usó mi dinero. Le dije: "Hoy te he hecho quedar bien en público”. “Tú también deberías ayudarme”. “Cuando pasemos por delante de una multitud, ¿puedes ir más despacio y dejarme gritar por la ventana?". Él estuvo de acuerdo. Así que, cada vez que veía una multitud de gente, le pedía que detuviera el coche. Entonces gritaba: "¡Falun Dafa es bueno!".

Xiao Li: los practicantes son modelos a seguir

Xiao Li fue uno de los cinco o seis policías que me vigilaban cuando estaba hospitalizado. Xiao Li era amistoso. Tenía gran simpatía y respeto por los practicantes de Falun Dafa. A menudo me recordaba que prestara atención a mi seguridad. Un día me dijo: "Ayer le conté a mi hijo sobre sus experiencias. Le dije que la gente como usted es un modelo a seguir.

Da Li: rechaza torturar a un practicante

Da Li era el jefe de los guardias en la prisión. Otros practicantes me dijeron que era muy activo en la persecución a los practicantes de Falun Dafa. No hablaba con él a menudo. Tal vez se conmovió. Había escuchado que yo había sido torturado y trató de evitar un conflicto.

A cada recluso les dieron un nuevo juego de ropa de cama para mostrársela a los visitantes y a los inspectores. Se supone que los reclusos deben mantener la ropa de cama ordenada y doblar la manta en un cuadrado. No me importaban los requisitos y nunca me molesté en doblar la manta de esa manera. Da Li nunca me hizo pasar un mal momento.

Las radios están prohibidas en la prisión. Los guardias frecuentemente revisaban nuestras pertenencias en busca de radios. Pero yo quería una para escuchar: "Sonido de la Esperanza", una estación de radio dirigida por practicantes, porque la información sobre Falun Dafa es muy importante para mí. Un día le dije a Da Li: "No me gusta ver la televisión. ¿Puedes darme una radio?". Él se rió y dijo: "¿Quieres escuchar la Voz de América? Está bien. Solo ocúltala de los demás y no dejes que nadie sepa que fui yo quien te la dio".

Poder escuchar "Sonido de la Esperanza" me ayudó a aliviar mi estrés mental, y obtuve muchos recursos que me ayudaron a aclarar la verdad sobre Falun Dafa en la prisión.

Un recluso llora por un practicante

Un recluso criminal en el centro de detención había sido llevado a campos de trabajos forzados varias veces cuando era joven. Cuando lo llevaron a un campo de trabajo en una camioneta policial, su madre corrió detrás de la camioneta llorando. Al mirar por la ventana trasera mientras la camioneta se alejaba, la vio caer en la nieve. Me dijo: "Ni siquiera eso me hizo llorar. Mi corazón es frío y duro".

Este recluso charlaba a menudo conmigo. Le aconsejé pacientemente que no se involucrara en cosas malas, como actividades de gángsters y robos después de su liberación, porque uno debe pagar por todo el yeli (karma) que acumula. Confió en mí, y nos hicimos amigos.

Una vez hice una huelga de hambre para protestar por un veredicto injusto y fui alimentado a la fuerza. Los guardias ordenaron a este recluso que me mantuviera quieto. El médico me introdujo un tubo especialmente ancho en mi fosa nasal y lo giró para torturarme. Empecé a sangrar y casi me asfixio. El dolor era casi insoportable. El recluso me tomó una mano y siguió secándose las lágrimas con la otra. Gritó: "Come algo". No tienes que sufrir tanto". Esta era una persona que había dicho que se consideraba de corazón frío y que nunca lloraba, pero tenía lágrimas por un practicante. Me conmovió.

Jefe de una pandilla local fue asignado para monitorear las tareas

Otro recluso era el jefe de una pandilla local. Sacudía a la gente por dinero antes de ser detenido. Fue asignado para monitorear nuestra celda en el centro de detención.

Quería que los tazones estuvieran absolutamente limpios. Después de salir del hospital, pedí ser el encargado de conseguir nuestra comida y lavar los platos de todos en la celda. Se sorprendió, porque me negaba a usar el uniforme del centro de detención, me negaba a hacer trabajos forzados y me negaba a seguir las órdenes de los guardias. No esperaba que lavara los platos de todos. No discriminé ni intimidé a nadie cuando les daba de comer. Las condiciones en toda la celda mejoraron mucho. Antes, los internos siempre torturaban e intimidaban a los recién llegados. Después, dejaron de hacerlo.

Nuestra celda era una "estación de transición". Los recién llegados eran normalmente asignados a esta celda por una noche y luego transferidos a diferentes celdas. Teníamos recién llegados casi todos los días. Antes de ser transferidos a esta prisión, la mayoría de ellos habían sido retenidos en una comisaría de policía durante un día o dos y nunca se les había dado de comer, así que pedí a los internos que guardaran algunas de sus sobras del almuerzo y la cena para los recién llegados. Todos me respetaban, así que todos estuvieron de acuerdo. Cuando los nuevos llegaban, ya no eran intimidados y también eran alimentados. Estaban muy agradecidos.

Todos los días después de la cena, el monitor ordenó a todos que escucharan recitar las reglas del centro de detención. A medida que conocía mejor a los practicantes, siempre añadía una frase al final de su discurso: "Es muy importante que recuerden que Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno". Cuando lo olvidaba, le hacía una señal, y luego, él añadía la frase.

Antes de que me transfirieran a la prisión, me hizo una manta de doble capa como regalo. La he usado durante muchos años.

Este recluso fue bendecido. Más tarde supe que le dieron una sentencia leve.

Recibiendo un precioso libro electrónico con información sobre Falun Dafa

Conocí a otro recluso que no me respondió cuando traté de aclararle la verdad sobre Falun Dafa la primera vez. Más tarde me dijeron que, antes de que llegara, los guardias habían ordenado a todos los reclusos que no me hablaran.

Tres meses después, me dijo que sería liberado en seis meses y que me daría algo importante antes de irse. Me sorprendió... ¿De qué estaba hablando? Dijo en voz baja: "Tengo un lector de libros electrónicos con copias de los libros de Falun Gong".

Estaba tan emocionado. No se me permitía tener bolígrafo o papel. Era extremadamente importante y precioso poder leer las enseñanzas del Maestro. Un mes después dijo: "Te daré lo que mencioné esta noche".

Esa noche, dijo: "Lo que prometí darte está en el casillero del cuarto XX, que no está cerrado con llave. Encontré el libro electrónico en una imaginativa biblioteca".

Había escondido el libro bajo una tabla de cortar en un almacén. Un día después de que lo escondió en el casillero, muchas cosas se movieron en el almacén.

"Fue una suerte que lo sacara el día anterior", dijo. Sabía que estaba arreglado por el Maestro. El último artículo del libro electrónico fue la conferencia de Maestro dada en 2006. También tenía los Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista Chino, Las Historias de la experiencia de cultivación de Milarepa, y así sucesivamente. Era realmente invaluable. Antes de ser liberado, se lo di a otro practicante.

Hacerse amigo de un recluso

Un recluso de 50 años había practicado artes marciales desde joven y era muy fuerte. Lo vi sostener a un joven recluso, que era un soldado, como un león sosteniendo un conejo. El joven gritó de dolor. Después el joven dijo que las manos del recluso eran tan fuertes como el acero.

Este recluso conocía a muchos practicantes y dijo que los respetaba de verdad. Nos hicimos buenos amigos. Fui hospitalizado después de ser torturado, y los guardias a menudo buscaban en nuestros casilleros cosas prohibidas. Estaba preocupado por el libro electrónico, así que le pedí a este recluso que me lo guardara temporalmente. Era arriesgado para él, pero no dudó. Cuando me dieron el alta, vino al hospital para decirme dónde estaba el libro. Me dijo que lo había escondido en un rincón de la oficina de los guardias donde nadie lo registraría.

Negarse a volver a la vida de un delincuente

Leí una historia en Internet hace mucho tiempo sobre un tipo que era leal a sus amigos. Era impresionante, pero no había ningún nombre, ni siquiera un marco de tiempo indicado en la historia. Cuando me transfirieron a una nueva división en la prisión, cuatro internos fueron asignados a vigilarme por turnos.

A uno de ellos le gustaba hablar conmigo. Un día me contó su historia, que era casi igual a la que había leído en Internet, pero más detallada. Le pregunté si la había publicado en Internet. Dijo que su novia lo había hecho. La historia mostraba que tenía un buen corazón.

Este hombre era joven. Fue sentenciado después de que él y sus amigos gángsteres robaron un casino clandestino. Usaron el dinero para dirigir su propio casino. También vendía drogas. Creía en los Budas y en los dioses, lo que parecía contradictorio con sus pecados.

Este recluso quería saber más sobre Falun Dafa. Le presté el libro electrónico. Más tarde transcribí los poemas en Hong Yin y Hong Yin (II) y le di las transcripciones. Después de que fue liberado, no se fue a casa de inmediato. En cambio, vino a visitarme y me dijo que había memorizado todos los poemas. Le dio las transcripciones a otro recluso antes de salir de la prisión.

Después de ser liberado, llevó una vida difícil haciendo trabajos forzados para ganarse la vida. Sus amigos gángsteres le pidieron que se uniera a ellos de nuevo, pero él se negó.

Recluso cambia por Falun Dafa

Un recluso era un ladrón conocido en su ciudad natal. Empezó a robar cuando era muy pequeño. Estuvo en un tiroteo con la policía y huyó cuando le dispararon. Quería convertirse en un ladrón educado, así que empezó a leer libros sobre el confucionismo en la cárcel.

Después de que llegué a la prisión, aprovechó cada oportunidad que tuvo para hablar conmigo. Fue amenazado por la policía muchas veces por esto. Cuando me torturaron, hizo todo lo posible para protegerme. Cuando estuve cerca de la muerte por la tortura, trató de conseguirme buena comida. Me dijo que fueron las enseñanzas de Falun Dafa las que lo cambiaron.

Después de que ambos fuimos liberados, me dijo que había sido puesto en una celda solitaria. Cuando no pudo soportar el sufrimiento, recitó: "Falun Dafa es bueno". Entonces ya no tenía más dolor. Fue bendecido por tratar bien a los practicantes, su sentencia fue reducida.

Pensaba en vengarse de la gente que lo había lastimado a él y a su familia. Traté de convencerlo de que no lo hiciera. A veces hablaba con él por teléfono durante más de una hora y finalmente lo convencí de que no lo hiciera.

Conclusión

Si el PCCh y su exjefe Jiang Zemin no hubieran iniciado la persecución a Falun Dafa, ¿cuántas personas en China lo estarían practicando actualmente? ¿Cuántos criminales se habrían convertido en buenas personas? ¿Cuántas personas habrían evitado ser encarceladas? ¿Cuánto dinero se habría ahorrado el gobierno chino en la represión?

El PCCh solía gastar un cuarto del PBI del país en perseguir a Falun Dafa, que podría haberse gastado en mejorar la vida de la gente. ¿Cuántas personas comunes se habrían beneficiado de eso? Imagina una sociedad en la que todos intentan ser buenos, ¡cuán pacífico y maravilloso sería eso!

¿No mejoraría esto la reputación de China en el mundo? Con la propagación de Falun Dafa, China se convertiría en una nación verdaderamente rica y fuerte, y el pueblo chino y sus líderes se ganarían el respeto de los gobiernos y de la gente del mundo.