(Minghui.org) Soy una Dafa dizi que comenzó a practicar Falun Dafa en 2017. Me gustaría aprovechar esta oportunidad para explicar cómo me cultivé en el trabajo diario y cómo el Maestro Li (fundador de Falun Dafa) me ayudó a solucionar mis problemas después de que descubrí el enfoque correcto.

Mi entorno de trabajo cambia cuando considero primero a los demás

Los últimos dos años he trabajado como maestra. No utilizo WeChat, y algunos de los avisos de la escuela se publican mediante WeChat. Gracias al arreglo del Maestro, mis compañeros me informan de los avisos de la escuela de varias maneras, por lo que no me pierdo ninguna novedad del trabajo por el hecho de no tener WeChat. Pero después de que comenzó la pandemia, todos los maestros trabajan desde casa. Por lo que no había manera de recibir los avisos de la escuela por parte de mis compañeros.

La supervisora del curso sabía que no tenía WeChat, por lo que cada vez que había un nuevo aviso me lo notifica personalmente. Con el tiempo, se cansó y se quejó al subdirector de que yo no utilizaba Wechat. Decía que esto afectaba a mi trabajo en la escuela. El subdirector me llamó y expresó su preocupación y me pidió que me instalara WeChat en una par de días.

Debido a que la supervisora del curso se acostumbró a informar a la dirección sobre los profesores, otros profesores se quejaron. En mi corazón, yo también estaba descontenta con ella. Pero sabía que los practicantes no deben tener resentimiento hacia otros, por lo que traté de contener estos pensamientos negativos. Aunque no instalé WeChat como dijo el subdirector, tampoco me enfrenté con la dirección de la escuela.

El Maestro dijo:

“Pero generalmente cuando viene un conflicto, si a uno no lo irrita hasta lo profundo del corazón, no vale, no sirve para elevarse” (Cuarta Lección, Zhuan Falun).

Unos días más tarde fui probada otra vez. Era fin de semana y mi teléfono estaba silenciado. Cuando finalmente lo revisé por la tarde, vi que había siete u ocho llamadas perdidas, del subdirector, de la supervisora, de mis compañeros y varios mensajes no leídos. Rápidamente llamé a la supervisora y me dijo que había una reunión en línea de los maestros de toda la escuela.

Después de colgar la llamada, me conecté inmediatamente a la reunión. Tan pronto como me conecté, escuché al subdirector regañándome delante de todos mis compañeros. Le expliqué que tenía el teléfono en silencio y que no había escuchado las llamadas. Se enfureció aún más cuando dijo que el día antes envió el aviso por WeChat. He olvidado el resto de palabras que dijo después de eso, fue desagradable. Además, en la reunión había otros jefes y muchos profesores. Fue realmente vergonzoso que me regañara delante de tanta gente.

Mi resentimiento estaba a punto de aparecer: “Si la supervisora no se lo hubiera dicho a la dirección, el subdirector no me hubiera criticado en la reunión”.

Inmediatamente me di cuenta que mi pensamiento era erróneo, y comencé a esforzarme para no sentir resentimiento con nadie. Pero cuando traté de reprimirlo, el pensamiento volvió de nuevo y no lo eliminé completamente.

Más tarde, comencé a reflexionar sobre las palabras del Maestro: “…consideras a los demás al hacer cualquier cosa” (Cuarta Lección, Zhuan Falun). Me di cuenta que la supervisora no estaba obligada a informarme personalmente cada vez que salía un aviso, pero ella lo hizo de todos modos, y debería agradecérselo. Además, puede que ella no me delatara, solo explicó su situación al subdirector. No siempre debo pensar que la gente tiene malas intenciones.

Mientras pensaba en esto, de repente sentí que la supervisora lo estaba haciendo muy bien y que yo era la única que no lo estaba haciendo bien. Después de entender eso, no tuve ningún resentimiento hacia ella. Más tarde, cuando llamé al subdirector para disculparme, parecía haber olvidado lo que pasó. Incluso ni siquiera mencionó WeChat y no me dijo que lo instalara.

Más tarde, la supervisora no solo siguió enviándome los avisos de la escuela , sino que me cuidó especialmente y se preocupó por mí. Cuando tuve pensamientos rectos, la tribulación se resolvió. ¡Gracias Maestro!

Considerar a los demás primero para resolver diferencias entre compañeros

Cuando comencé la enseñanza, la escuela me puso un mentor, la Sra. Zhao. Teníamos la misma edad y ambas impartíamos clase en el mismo curso, pero ella tenía más experiencia.

Al principio, le pedía consejo respetuosamente ya que quería conocer la situación de los estudiantes y sus deberes. Para mi sorpresa, apareció con cara seria, puso los ojos en blanco y dijo en un tono extraño: “Puedes hacer lo que tu creas, no lo sé”. Luego cerró la puerta en mis narices. Me sentí un poco incómoda.

Otro día, entré en su oficina y estaba hablando sobre mí mientras todos se reían. Parecía avergonzada cuando entré, por lo que solo hice una pregunta y me fui. Aunque no me enfadé con ella, mi impresión sobre ella empeoró.

Eso solo fue el principio. Después de eso me creó problemas a menudo. Por ejemplo, antes de los exámenes, filtraba las preguntas de los exámenes a sus alumnos. Eso hacía que sus alumnos sacaran mejores notas que los míos. Por lo tanto, a menudo tenía que hablar con la dirección. Como nueva profesora que acababa de comenzar su carrera en la enseñanza, quería hacerlo bien, realmente me frustré. Afortunadamente, me consideraba una cultivadora y sabía que no debía ser como la gente común. Siempre que fui entrevistada por la dirección de la escuela, nunca dije nada malo de la Sra. Zhao, en cambio, miré hacia dentro para ver mis apegos.

Además de la enseñanza, me asignaron un puesto de investigador. Un investigador debe preparar los materiales para las clases de laboratorio. Era un trabajo duro y pagaban muy poco, así que nadie quería hacerlo. Cuando me asignaron a este puesto, pensé que, como era nueva debía trabajar más duro, así que acepté el trabajo.

No obstante, me quedé embarazada poco después de aceptar este trabajo. La dirección estaba preocupada de que no pudiera seguir con el trabajo y me preguntaron qué intención tenía. Con el objetivo de no causar un problemas adicionales, continué haciendo el trabajo.

Probando mi tolerancia

Al principio pensaba que la Sra. Zhao no organizaría muchos experimentos para mi ya que estaba embarazada. No obstante, añadió más experimentos de lo normal. Más aún, todos los experimentos fueron divididos en experimentos para grupos de alumnos y experimentos de demostración para los profesores, por lo que la carga de trabajo se multiplicó. En los momentos de más trabajo, trabajaba desde por la mañana hasta la noche. Solo podía descansar un rato mientras comía.

Esto era un trabajo muy duro para una persona normal, imagínense para un embarazada. A veces cuando salía del trabajo, estaba demasiado cansada para levantarme que mi esposo tenía que llevarme a casa. A menudo no tenía tiempo para preparar mis propias lecciones ya que dedicaba demasiado tiempo en preparar los experimentos. Por lo que las notas de mis alumnos eran bajas. Además, la Sr. Zhao era muy exigente en sus experimentos. Cuando no llegaba a sus exigencias, me gritaba sin importarle el momento. Poco a poco, mis quejas contra ella se fueron acumulando.

Mediante el estudio del Fa, supe que no debía tener resentimiento hacia ella, quizás le debía de una vida anterior. No obstante, a veces el mal humor todavía se apoderaba de mí. Debido a que me cultivaba sola y que no había otros practicantes a mi alrededor, no tenía nadie a quién pedir ayuda. Mis amigos me aconsejaban soluciones de gente común, pero yo no quería pelear con la Sra. Zhao. Fue difícil cultivarme durante esa época.

Más tarde, tomé la baja por maternidad y todas las disputas en la escuela parecían ya no tener nada que ver conmigo. Pero cuando acabó el periodo maternidad llegó el momento de volver a mis obligaciones.

La Sra. Zhao continuó pidiéndome que preparara los experimentos. Cuando recordé esos largos días de trabajo antes de la maternidad, me asusté. Mi hijo aún era pequeño y no tenía la energía para preparar los experimentos.

Durante esa época, no tenía la perspectiva de pensar “en los demás”. Solo pensaba en mí. Insistí no ceder y me negué a aceptar el trabajo de los experimentos. En el peor punto del conflicto, casi le grité a la Sra. Zhao, quién también tuvo unas palabras afiladas para mí. Nos fuimos con rabia y desacuerdo.

Cuando llegué a casa, pensé: Desde el punto de vista del Fa, luché cómo una persona común y no consideré a los demás. Definitivamente no hice las cosas bien. No obstante, tenía una excusa: Mi hijo era pequeño y no podía trabajar todo el tiempo, por lo que no podría acabar el trabajo a tiempo.

Mirando dentro

Ahora, mirando hacia atrás, no consideré el Fa como lo más importante y realmente no creí en el Fa. No creía que el Maestro lo arreglaría todo para mí.

Pronto, debido al coronavirus de Wuhan, se cerraron las escuelas y todas las clases se hacían en línea. No había la necesidad de preparar más experimentos de laboratorio. Solo entonces entendí que todo estaba bajo el control del Maestro. Todas estas tribulaciones eran solo para mejorar mi xinxing. Me arrepentí de todo lo que hice y de todo el daño que ocasioné a otras personas.

Esta vez, entendí realmente la perspectiva de la Sra. Zhao y reexaminé las desavenencias entre nosotras. Aunque ella planeó muchos experimentos para que los preparara, me explicó en detalle el proceso y las precauciones para cada uno de ellos. ¿No estaba ella enseñándome como hacer las cosas?

A veces perdía los nervios porque no estaba satisfecha con mi trabajo, pero esto era porque se tomaba en serio su trabajo y yo no lo estaba haciendo suficientemente bien. ¿Esto no era algo que debía aprender de ella?

Además, durante la baja por maternidad, ella se encargó de una de mis clases durante medio año, esto fue un trabajo extra para ella. No solo no se lo agradecí, sino que peleé con ella porqué me asignaron el rol de científica. ¡Probablemente ella estaba muy triste! Cuanto más pensaba en ello, más culpable me sentía. Mi resentimiento hacia ella se evaporó, como si todos los rencores anteriores que hubieron entre nosotras no tuvieron nada que ver conmigo.

Después de regresar a la escuela, le expresé sinceramente mi gratitud durante nuestra reunión de profesores de toda la escuela y le agradecí su contribución silenciosa durante mi baja por maternidad. La vi bajar la cabeza, pero percibí que escuchaba atentamente.

Cuando estuvimos asignando las tareas de este semestre, me pidió que preparara los experimentos del laboratorio y acepté de inmediato. Ella se sorprendió y dijo: “Tenía varios objetivos en mente, pero no esperaba que aceptaras el primero. Te agradezco tu colaboración”.

Solo entonces me di cuenta de lo mucho que afectaba a otros mi mentalidad de “ojo por ojo”. Cuando realmente dejé ir mi resentimiento, la Sra. Zhao parecía otra persona. Me explicó todo amablemente y tomó la iniciativa para ayudarme cuando las cosas se pusieron difíciles. Realmente puedo sentir lo que dice el Maestro:

“Cambiando las nociones,
eliminando la decadencia,
la luz brillante aparece”

(Nueva vida, Hong Yin)