(Minghui.org) Frente a la creciente presión de la comunidad internacional para responsabilizar al partido comunista chino (PCCh) de la pandemia y de otras tragedias, el régimen chino ha intensificado su desinformación interna.

Zhao Lijan, portavoz del ministerio de relaciones exteriores de China, afirmó que la relación entre el PCCh y el pueblo chino es como el pescado y el agua y que el pueblo chino es el más firme defensor del PCCh y cualquier intento por dividir y apartar al PCCh del pueblo sería en vano.

Muchos usuarios de Internet rechazaron sus comentarios. “Cuando los funcionarios disfrutaban de privilegios, nosotros no éramos más que basura”, una persona escribió: “Cuando nos usaban como carne de cañón, nos llamaban los defensores más fuertes… ¡Todo son tonterías!”.

“Cuando hay un incendio, los funcionarios son los primeros en abandonar el lugar; cuando hay balas, los ciudadanos comunes son la primera línea de defensa en morir”, otro escribió: “¿Es esto lo que se llama una relación estrecha del tipo ‘pez y agua’?”.

El segundo comentario se refería a un incendio ocurrido en 1944 en Karamay, provincia de Xinjiang, en el que se ordenó a los estudiantes que permanecieran sentados para que los funcionarios fuesen evacuados primero. Cerca de 300 estudiantes fallecieron mientras que los más de 20 funcionarios de Karamay sobrevivieron.

Desafortunadamente, tales tragedias siguen ocurriendo todo el tiempo con el régimen totalitario del PCCh. En los últimos meses, por ejemplo, Wuhan pasó de ser el epicentro del coronavirus a ser un instrumento de autoglorificación, se intensificó el control en Xinjiang en nombre de la lucha contra el coronavirus sin reportar los casos reales y la provincia de Anhui fue inundada para proteger otras regiones, lo que fue anunciado como otro “éxito” del gobierno del PCCh.

Wuhan: la catástrofe presentada como un triunfo

Según Radio Free Internationale, miles de residentes de Wuhan se reunieron para un concierto el 15 de agosto sin ninguna medida de protección. Este fue un cambio drástico con respecto a meses atrás, cuando esta ciudad fue cerrada como epicentro de la pandemia. No solo eso, Wuhan es ahora presentada como la pieza central para la derrota del coronavirus en China.

Pero el PCCh no se detuvo ahí. Durante la visita a Noruega el 27 de agosto, el ministro de relaciones exteriores chino Wang Yi dijo que no hay infecciones en China hoy en día y que los comentarios de que el virus se originó en China eran todo mentiras. Lo que Wang no mencionó, según el experto chino Hu Ping, es que el principal epidemiólogo de China, Zhong Nanshan, reconoció en febrero que el coronavirus comenzó en China y que fue confirmado por médicos expertos como Zhang Wenhong de la Universidad de Fudan.

Li-Meng Yan de la Universidad Pública de la Salud de Hong Kong, dijo lo mismo después de escapar a los Estados Unidos, describiendo cómo se distorsionó la información durante el brote inicial de coronavirus. Dijo que el PCCh sabía de la enfermedad mucho antes de que se confirmara que la tenía.

Después de escuchar sobre la transmisión de humano a humano de una amiga y de informar a su jefe sobre ello el 31 de diciembre de 2019, se le dijo que guardara silencio. Además, sus contactos en la China continental dejaron de hablar de ello. “Los de la ciudad de Wuhan -que más tarde se convertiría en el epicentro del brote- guardaron silencio y se advirtió a los demás que no les preguntaran sobre los detalles”, manifestó.

Esta presión también se extendió a Hong Kong, donde el supervisor de Yan le advirtió que no tocara la “línea roja”. “Nos meteremos en problemas y nos harán desaparecer”, añadió.

Tales advertencias estaban justificadas, ya que los que se atrevían a hablar de la enfermedad eran castigados uno por uno. Ai Fen, un médico del Hospital Central de Wuhan, fue sancionado varias veces por compartir información en las redes sociales. Liang Wenliang, otro médico del mismo hospital, recibió un castigo similar y más tarde falleció de esta enfermedad

Xinjiang: puedes morir por cualquier razón, pero no por coronavirus

Si el incendio de Karamy en 1944 mencionado anteriormente mostró a los funcionarios del PCCh intimidando a los ciudadanos comunes, la situación de pandemia lo hace aún peor.

Después de que se identificara un caso confirmado en Urumqi el 15 de julio, las autoridades cerraron la ciudad dos días más tarde, que se amplió a toda la provincia de Xinjiang, según informó la Voz de América (edición en chino) del 27 de agosto. “Aquí puedes morir de hambre, distocia, depresión o incluso por tragarte una bola de cristal. Pero no puedes morir de coronavirus”, escribió un artículo de WeChat el 24 de agosto. La VOA informó que el artículo fue rápidamente eliminado de WeChat.

Esta campaña violó en gran medida los derechos humanos de los residentes de Xinjiang. El informe de VOA también citó varias publicaciones de las redes sociales que hablaban de las penurias de la gente durante el encierro. Muchos enfermos en la comunidad no recibieron tratamiento debido al bloqueo, y algunas personas fueron esposadas por violar las reglas del encierro y salir. También hubo personas que fueron obligadas a tomar pastillas y a dormir a horas fijas todos los días. Todas estas publicaciones fueron eliminadas rápidamente.

Cai Xia, un disidente chino y profesor jubilado de la escuela central del partido del PCCh, dijo que el sistema de vigilancia a gran escala durante las 24 horas del día ni siquiera existe en Corea del Norte. Y, sin embargo, fue implementado por el régimen totalitario chino en nombre de la lucha contra el coronavirus.

Residentes de Anhui: ¿víctimas o héroes?

Desde este verano, ha habido muchas inundaciones en China, algunas ocurrieron por causas naturales y otras provocadas por el hombre.

El 20 de julio, la presa de Wangjiaba, en la provincia de Anhui, abrió sus 13 compuertas para descargar agua y proteger el río aguas abajo. Esta es la decimosexta vez que se abren las compuertas desde que la presa fue construida en 1953, siendo la última vez en 2007. Una vez más, esto fue presentado por los medios de comunicación del PCCh como un ejemplo de las ventajas de la sociedad comunista -los residentes de Anhui sacrificaron voluntariamente su propio interés para el beneficio de otros lugares.

Sin embargo, los hechos son prácticamente lo contrario. A pesar de que la tierra de casi 200.000 personas fue destruida, el traslado de las personas no comenzó hasta 12 horas antes y se proporcionó una compensación mínima por su migración. Cuando esto sucedió en 2007, la pérdida económica directa se estimó en 600 millones de yuanes (o 90 millones de dólares) mientras que el gobierno solo proporcionó unos 88 millones de yuanes (o 13 millones de dólares).

Aunque estas víctimas fueron presentadas como héroes para ensalzar al PCCh, los residentes locales casi no tienen lugar para lamentarse.

Chen Guangcheng, abogado chino y disidente en Estados Unidos, dijo en un evento a finales de agosto que no es fácil enfrentarse a la tiranía. Sin embargo: “Los Estados Unidos deben utilizar sus valores de libertad, democracia y estado de derecho para reunir una coalición de democracias para detener las agresiones del PCCh”, añadió.