(Minghui.org) Mi hija me preguntó si realmente era yo, me miró fijamente como si fuera una extraña. No pude evitar reírme cuando le dije: “sí soy yo”. De hecho, nadie creería que solo un par de días antes estaba al borde de la muerte, incapaz de moverme y apenas podía respirar.

Al borde de la muerte

Tengo 71 años. A principios de marzo, me sentí hinchada, ya que no había evacuado durante muchos días. No podía respirar, y sentía como si algo me presionara los pulmones.

Mi familia me llevó al médico. Después de algunas pruebas iniciales, mi hija insistió en que me llevaría al hospital más famoso para un chequeo completo. Aunque no quería hacerlo, mis familiares me llevaron.

Al llegar, vi a casi todos mis familiares, que decían estar allí por casualidad. Pero, lo dudé mucho.

Tuve que beber muchos líquidos antes del chequeo, lo que me hizo sentir mal. Luego, me chequearon con diferentes máquinas, lo que me hizo sentir muy incómoda.

Después de completar todas las pruebas, fui admitida en la sala del hospital donde todos eran pacientes de cáncer. Sentí que algo andaba mal. Le pedí al doctor los diagnósticos, pero no me los quisieron dar.

Me dieron quimioterapia seis días. Mi hija pagó más de 100.000 yuanes y pidió al hospital que me diera la mejor medicina. Una inyección costó más de 10.000 yuanes.

Seis días después, me dieron de alta. En casa, experimenté los efectos secundarios de la quimioterapia. Seguí perdiendo mi cabello, no podía comer y me sentía mal sin importar lo que comiera. Tenía problemas para respirar y sufrí estreñimiento. Entonces, todo mi cuerpo se hinchó. Tenía dolor, sin importar si estaba sentada o acostada. Le grité a mi hija: "¡Mira lo que me has hecho! ¡Mi situación es peor que antes del tratamiento!".

Mi familia me llevó de vuelta al hospital. Me inyectaron nutrientes. Mi cuerpo ya no estaba hinchado. Me miré en el espejo y me di cuenta de que me veía miserable. Estaba escuálida, y mi piel estaba ceniza. En solo unos días, mi peso bajó de 121 libras a 88 libras (de 46 kg a 39 kg). Apenas podía reconocerme.

Sentí claramente que la muerte nunca había estado tan cerca de mí, a pesar de haber pasado por un tratamiento médico tan intensivo.

Decidiendo practicar Falun Dafa

De repente, los practicantes de "Falun Dafa" aparecieron en mi mente. Sabía que mi única esperanza era practicar Falun Dafa. No podía quedarme en el hospital y esperar la muerte. Grité con todas mis fuerzas que quería volver a casa.

Mi familia corrió a mi cama. Les dije firmemente: "Si me quedo aquí, moriré. No quiero más tratamiento, quiero volver a casa. No culparé a nadie si pasa algo después de que regrese. ¡Vámonos ahora!".

Mi hija quería llevarse los medicamentos, pero yo le dije: "No quiero el medicamento. He decidido que quiero practicar Falun Dafa. Sé que Falun Dafa puede ayudar a la gente a recuperarse de las enfermedades. Me estoy muriendo de todos modos, déjame intentar ver cuán poderoso es Falun Dafa".

Después de regresar a casa, estaba postrada en la cama. Mi excolega Sun vino a verme. Ella ha estado practicando Falun Dafa desde 1995, y me ha contado muchas historias milagrosas al respecto.

Experimentando el poder de Dafa

Varios practicantes vinieron con Sun. Me animaron y me contaron historias increíbles vividas por los practicantes. Extrañamente, mientras hablaban, pude sentir que mi cuerpo se estaba recuperando.

Me enseñaron las cinco series de ejercicios. Al principio, no podía aguantar mucho tiempo. Tuve que descansar después de terminar una serie de ejercicios. Pero, pensé que no era bueno separar los ejercicios, así que traté de terminar todos los ejercicios de una sola vez. Con ese pensamiento, hice los ejercicios durante 30 minutos. Me sentí mucho mejor después.

Luego, se publicó el nuevo conjunto de música de ejercicios, donde el segundo ejercicio dura una hora. Pensé que estaba bien, que intentaría hacerlo, y de hecho lo hice.

Cuando oí hablar que harían los ejercicios en grupo a las 3:50 a. m. decidí unirme. Además de hacer los ejercicios, también leí dos capítulos de Zhuan Falun, el libro principal de la práctica, todos los días, y vi con mi esposo los videos del Maestro Li Honghzi, el fundador de Falun Dafa, dando conferencias.

En pocos días, mi apariencia cambió. Mi piel era de un color rosado, mis piernas eran fuertes y podía mantenerme firme. Mis ojos apagados se volvieron más vívidos.

Fue entonces cuando mi hija me vio. Estaba asombrada de cómo había cambiado mi apariencia. No me había visto en varios días, y no podía creer lo que veían sus ojos. No pudo evitar decir: "¡Falun Dafa es genial! "¡Qué increíble!".

Cuando mis vecinos me vieron, se sorprendieron. No pudieron evitar acercarse para revisar. Yo les dije: "Soy yo. Todavía estoy viva. Me he recuperado".

Mi hija me dijo que me diagnosticaron cáncer en etapa terminal y el médico no creyó que me recuperaría. Ahora, mi hija dice a todo el mundo: "¡Mi madre se recuperó del cáncer practicando Falun Dafa!". Tanto mi hija como su cuñada han comenzado a practicar Falun Dafa.

Sobreviviendo a un accidente automovilístico

Casi muero a mediados de mayo. Ese día había ido a dar un paseo con mi marido cuando un coche se dirigía hacia nosotros. Un cable de acero salió volando del coche y se enrolló alrededor de mi pierna. Me arrastró el coche. No sentí nada, pero me preguntaba por qué me caí al suelo.

Mi esposo inmediatamente le gritó al conductor que detuviera el auto. Estaba muy enfadado, "¡Estás matando a mi mujer!". Mientras discutía con el conductor, le dije: "Deprisa, ayúdame a levantarme".

Unos transeúntes me ayudaron a aflojar el alambre alrededor de la pierna. A pesar de que mi cabeza golpeó el suelo, no me lesioné, ni sentí ningún dolor.

Si les contara que una señora de 70 años fue arrastrada por un coche, y que no tuvo heridas, ¿quién me creería? Sin embargo, me pasó a mí. Sabía que fue el Maestro quien me salvó la vida de nuevo.

No hay palabras para expresar lo agradecida que estoy con el Maestro. Apreciaré la oportunidad de practicar Falun Dafa, y dejaré que más gente conozca lo precioso de esta práctica de cultivación compartiendo mi historia.