(Minghui.org) Ninguno de mis compañeros de trabajo practica Falun Dafa. Por una parte tengo que adecuarme a las normas sociales e incluso hacer ciertas cosas para mantenerme en armonía con la gente común. Pero por otra, como practicante siento que debería tener más certeza sobre lo que está bien y lo que está mal. Así que, pasé mucho tiempo sin tener claro cómo manejar algunas cosas.

Recientemente, el Maestro utilizó varias situaciones que llegué a detectar como pistas. Me di cuenta que un cultivador no puede dejarse arrastrar por la marea y oscilar entre lo que está bien y lo que está mal. No debo ser ambiguo cuando se trata de los principios de ser Verdadera, Benevolente y Tolerante.

Ser coherente en nuestras palabras y hechos significa también ser “Verdadera”. Por ejemplo, para evitar los conflictos fingía ser una persona gentil y amable pero me quejaba en silencio interamente. Cuando trabajo en equipo, trabajo duro y me tomo la tarea en serio. Pero cuando trabajo individualmente suelo bajar el ritmo. En casa soy amable con mi hija y mi hijo, pero solo lo soy superficialmente con mi yerno y con mi nuera.

Me percaté que muchos practicantes tienen el mismo problema. Se ven afectados por estos principios distorsionados de la sociedad cotidiana. Algunos practicantes no pueden calmarse cuando se encuentran con conflictos. Pero, debido a que están intentando mostrarse considerados con los demás, no dejan que su infelicidad se manifieste. Este tipo de tolerancia por el bien de los demás es loable, pero no es de lo que estoy hablando. Me refiero a cómo algunos encubren sus verdaderas intenciones para proteger sus intereses personales.

Me gustaría compartir una experiencia reciente.

Los conflictos en el trabajo exponen mi apego

Dos jefas en mi trabajo tenían bastantes conflictos. Una siempre criticaba a la otra en las reuniones. Esta responsable nos reunía a menudo en su oficina a puerta cerrada y nos decía que nos pusiéramos de su lado, y que presionáramos a la otra superior.

Al principio, sentía que los conflictos de la gente común no tenían nada que ver conmigo, así que simplemente los evitaba. Cuando esta responsable se dirigió a mi, no le hice ningún comentario. Mis compañeras actuaron de diferentes formas: Algunas mostraban una “doble cara” y criticaban a la jefa que no estaba, y otras sencillamente elegían uno de los bandos.

Sentía que estaba haciendo lo correcto. Al no participar en los conflictos de la gente común, no hacía nada que perjudicara a nadie. Sin embargo, la responsable de mi unidad no tardó mucho en expresar su descontento conmigo. Dijo que me respetaba y apoyaba mi trabajo, pero que yo no estaba de su lado como el resto de compañeras.

Esto me confundió mucho. Sentí que no era fácil ser una buena persona. Incluso sin involucrarme en sus conflictos, ofendía a la gente.

Luego leí lo que el Maestro dijo en Zhuan Falun:

“Cuando abrimos nuestras bocas para hablar, siempre hablamos de acuerdo con el xinxing de una persona que refina gong, no decimos palabras que siembran discordia ni cosas que no son buenas. Siendo personas que practican el xiulian, deben evaluarse y evaluar si deben decir esas palabras o no, de acuerdo con el estándar del Fa. Lo que se debe decir, hay que evaluarlo con el Fa de acuerdo con el estándar de xinxing de una persona que refina gong, y entonces no hay problema; además tenemos que hablar del Fa y difundirlo, por eso no va si no hablamos”.

Me di cuenta que intentar evitar los conflictos no era una actitud necesariamente correcta e incluso podía causar malentendidos. Mi silencio era algún tipo de auto protección. Traté de convertirme en una más entre mis compañeras, pero descubrí que en realidad trataba de minimizar los daños que me había ocasionado mi anterior comportamiento. No estaba siendo genuina, ni verdadera.

El Maestro también dijo:

“Y cuando otros están enredados en un conflicto y tú sólo eres un observador, debes pensar sobre ello: “¿Cómo puedo hacerlo mejor? Si yo estuviera en esa posición, ¿sería capaz de controlar mi xinxing y enfrentar la crítica y la desaprobación como un cultivador?” (Exponiendo el Fa en la ciudad de Los Ángeles).

Me di cuenta que siempre trataba de escapar para no verme envuelta en los conflictos cotidianos de la gente. En la superficie no quería involucrarme, pero en el fondo resultó que mi corazón se conmovía con todas aquellas cosas. Descubrí que hacía tiempo que había decidido que la mejor manera de manejar los conflictos era protegiéndome y no implicándome. Cuando miré en mi interior, encontré egoísmo, solo quería protegerme.

El Maestro explicó:

“Frecuentemente digo que cuando tú realmente deseas lo mejor a otros, sin ni siquiera un poco de corazón egoísta, lo que dices hace que otros derramen lágrimas” (Enseñando el Fa en el Día Mundial de Falun Dafa).

Como practicante, ¿de qué tenía miedo? ¿De las emociones?

Mi jefa habló nuevamente conmigo. Dejé de lado todas mis preocupaciones y honestamente le dije: “La forma en la que está manejando este conflicto es difícil para todos. Si su objetivo es hacer bien el trabajo, entonces deberíamos discutir cada caso concreto. Si está en lo cierto la apoyaré, pero si ella [la otra jefa] está en lo cierto la apoyaré a ella. Si nos pide que la apoyemos aunque esté equivocada, entonces aunque la apoyemos en la superficie estaremos resentidas con usted y hablaremos en su contra a sus espaldas”.

La responsable no se quedó tranquila. Le sorprendió que hablara tan directamente. No me arrepentí de haberle dicho la verdad, aunque eso la hubiera hecho infeliz. Solo tuve en cuenta qué era lo mejor para ella. Pasado un tiempo me agradeció mucho que le hubiera dicho la verdad. Todavía me respeta y a menudo me pide mi opinión cuando toma decisiones.

Debido a este incidente me di cuenta de que es necesario tratar a los demás con sinceridad y honestidad. Aunque estamos rodeados por gente común, no debemos mentir para procurar “una atmósfera armoniosa” y la llamada amistad. A largo plazo, esto no solo puede causarnos malentendidos, sino que también estamos mintiendo. De este modo no estaremos cumpliendo con los estándares de un practicante de Falun Dafa.