(Minghui.org) En 2011 retomé la práctica de Falun Dafa, gracias a la gran compasión del Maestro. Desde entonces he estado haciendo las 3 cosas, sin problemas.

Afronté una gran interferencia cuando decidí volver a practicar Dafa: El miedo. Intenté con todas mis fuerzas negarlo. Por un tiempo, sentí incomodidad en mi corazón, porque había tenido problemas cardíacos cuando era más joven. Cuando practiqué Dafa con mi madre, que también es practicante, volví a gozar de buena salud. Ahora estaba sola, en la escuela y a más de 1.610 km (1.000 millas) de casa. A veces, cuando me encontraba con síntomas graves de aquella enfermedad, incluso perdía la confianza en que pudiera superar la creencia de que estaba enferma.

Aunque no tenía miedo, mi mente no permanecía estable. Estuve en este estado durante bastante tiempo. Cuanto más aparecían los síntomas, más los consideraba como una enfermedad real. Sin embargo, decidí estudiar y practicar diariamente los ejercicios de Dafa.

Cuando mi entorno no me permitía practicar, me volvía creativa. Hacía los ejercicios en el ático del edificio donde no había nadie que me molestara y practicaba la meditación sentada a la hora de la siesta, después del almuerzo.

El Maestro nos enseñó:

"Suelta los apegos. Todavía estás vivo, y todavía tienes pensamientos rectos, ¿correcto? Entonces sólo cultívate en Dafa" (Exponiendo el Fa en el Fahui de Nueva Zelanda).

De repente me di cuenta de que no debía tener miedo. Mientras me quedara un respiro, practicaría Dafa. Desde ese momento, el apego al miedo desapareció. Los pensamientos rectos vienen del Fa. A través de la cultivación del Fa, el miedo desapareció naturalmente.

Estuve practicando los ejercicios, solo de vez en cuando, durante los 2 últimos años. Sentía que mi condición física no era tan buena como antes. Me picaban los muslos cuando caminaba. Intenté probar varios tratamientos de gente común, pero los resultados no fueron buenos y los síntomas empeoraron. Aunque sabía que la causa era mi falta de compromiso con la cultivación,  no podía eliminar  esta interferencia y desarrollé el apego a la comodidad.

Además surgieron otros síntomas. Me salieron protuberancias en el cuerpo y las piernas, que crecían y picaban como picaduras de mosquito. Mi familia me pidió que fuera a visitar a un médico, pero mi decisión era firme: "No iré al hospital aunque muera".

Más tarde me di cuenta de que no podía morir porque era discípula de Dafa durante el período de la rectificación del Fa. Así que esto no representaba un problema. Los cultivadores necesitan soportar dificultades, incluyendo los "síntomas de enfermedad". Solo tenía un recurso: cultivarme, mirar hacia adentro y mejorarme.

Comencé a estudiar diligentemente el Fa. Memoricé y recité el Fa, y miré adentro. Cuando encontraba un apego, lo abandonaba y trataba de comportarme como una verdadera cultivadora. Mamá me recordó que pasara menos tiempo con el móvil. Al principio no la escuché, pero me di cuenta de que era un apego que el Maestro me estaba señalando a través de mi madre. Mi estado de salud mejoró después de deshacerme de este apego.

Ahora me doy cuenta de que un verdadero cultivador debe enfocarse en la cultivación, mirar adentro y mejorar el xinxing, en lugar de enfocarse en los cambios de su condición física. Después de que mi xinxing mejoró, los síntomas de la enfermedad se volvieron muy pequeños. Al mismo tiempo sentí que me había hecho más fuerte y que podía superarlo.

Traté de dejar de lado los conceptos de la gente común. Es la gran compasión y protección del Maestro la que nos ayuda a superar esas dificultades si mantenemos el pensamiento recto. Agradezco la protección del Maestro.