(Minghui.org) Mi hija, que tiene ocho años, practica Falun Dafa conmigo. Al principio, siempre sentí que estaba usando mi tiempo para ayudarla. Nunca pensé que su cultivación pudiera compararse con la mía. Sin embargo, después de algunos incidentes conmovedores, he cambiado de opinión por completo.

Un corazón compasivo

Una vez no pude controlar mi temperamento por un pequeño problema, y golpeé a mi hija. Lloró un rato, pero luego se acercó a mí y me dijo: "Mamá, eres una buena madre". Me di cuenta de que no estaba diciendo eso solo para complacerme,  estaba hablando con sinceridad. Me di cuenta  que el Maestro me estaba diciendo a través de su comportamiento lo que es ser puro. Aunque golpearla no era razonable, no se quejó. Si yo fuera ella, habría recordado el incidente y no lo habría dejado pasar si alguien me gritara.

Cuando ella se cayó accidentalmente, yo le decía: “Mira, te dije que tuvieras cuidado, pero nunca me escuchas, este es tu castigo. Sin embargo, cuando yo me caí, su primera reacción fue venir y ayudarme. Y preguntaba: "Mamá, ¿estás bien?".

Al observar la bondad que venía de su corazón, sentí que yo no era tan compasiva. Esto me recordó que cuando los compañeros practicantes eran perseguidos, pensaba para mis adentros: “Miren, no se cultivaron y no prestaron atención a nuestro intercambio. Ahora están siendo perseguidos por las viejas fuerzas”. Mi primera reacción en esa situación debería haber sido ofrecer ayuda de inmediato sin tener ningún pensamiento negativo.

Verdadera consideración

Cuando la maestra de mi hija se enfermó, su compañera de clase, Yaoyao, quiso visitar a la maestra con ella. Mi hija quería que comprara una buena manzana para dársela a su maestra. Más tarde, susurró que quería que comprara otra manzana para que Yaoyao se la diera a la maestra porque sus padres no querían comprar una. Estuve de acuerdo, sin embargo, encontré que las manzanas eran bastante caras cuando las compré. De camino a casa, me quejé a mi hija de que su maestra no sabría que fuimos nosotros quienes le compramos las manzanas.

Mi hija dijo: "¿Y qué? Lo importante es que mi maestra puede comer la manzana".

Sentí que me estaba quedando atrás en la cultivación. La intención de mi hija era ayudar a su maestra a mejorar, pero la mía era asegurarme de que la maestra apreciara mi regalo. También me di cuenta de que cuando aclaraba la verdad a la gente, mi propósito era obtener reconocimiento de ella en lugar de querer realmente ayudar a salvarlos.

Al final, Yaoyao no la visitó, así que mi hija se fue sola. No estaba familiarizada con el área de la ciudad en que vivía y no sabía el número de apartamento. Tomó el autobús, llegó a la comunidad de su maestra y la llamó para saber su dirección.

De hecho, mi hija era una niña tímida. Normalmente no se atrevía a comunicarse con los adultos. Pero actuó con valentía en este caso. Sé que fue porque a ella le importaba su maestra. Al ver su comportamiento, de repente entendí el poder de "preocuparse por otras personas". Si me preocupo por las personas cuando les hablo sobre Falun Dafa, el resultado será mejor.

En la víspera de Navidad, los compañeros de clase de mi hija querían darle a su maestra algunas manzanas envueltas en cajas de papel. Mi hija envolvió sus manzanas. Noté que había espacio en la caja para escribir un saludo. Así que le pedí a mi hija que escribiera su nombre para que su maestra supiera que era de ella. Entonces, de repente recordé las palabras del Maestro Li:

"Cuando se educa a un niño, para que en el futuro él pueda alcanzar cierta posición en la sociedad de la gente común, usualmente el adulto le enseña desde pequeño: «Debes aprender a ser astuto». La “astucia”, viéndola dentro de este universo nuestro, ya es incorrecta porque hablamos de seguir el curso natural y hay que tomar los beneficios personales con ligereza". (Segunda Lección - Zhuan Falun).

"Desde pequeño hasta grande, este niño va aceptando cada vez más cosas y lentamente en la sociedad humana común su mentalidad se va haciendo más y más egoísta, entonces toma ventajas y pierde así su de". (Segunda Lección - Zhuan Falun).

Me arrepentí de haberle dicho eso a mi hija. ¿No la estaba educando mal?

Actos de abnegación

Más tarde, cuando estuve enferma, mi hija me ayudó a hacer las compras, en  las tareas domésticas y en la cocina. Lo hizo con mucha naturalidad y hacía todo lo que podía. De repente pensé en mí, cuando los compañeros practicantes estaban enfermos, lo primero que pensaba era que, si fuera a ayudarlos, esperaba que eso no afectara mi cultivación, o que otros practicantes no me culparan si mi ayuda no era efectiva.

Mi hija, sin embargo, no tenía ningún pensamiento egoísta. Ella solo hizo lo que pudo. Si podemos eliminar nuestro egoísmo y ayudar a otros practicantes incondicionalmente, entonces no faltará ayuda.

Un practicante ejemplar

Cuando mi hija estudia el Fa, pregunta sobre cosas que no entiende. Por ejemplo, preguntaba dónde está el "punto de acupuntura de Tanzhong" y cómo funciona la "órbita cósmica" en nuestros cuerpos. Nunca he estudiado el Fa de esta manera. Estaba satisfecha con solo saber que tales cosas existían. Comencé a preguntarme si realmente había estudiado el Fa con cuidado, si realmente entendía el Fa y si realmente me había cultivado ...

Mi hija también insiste en explicar a la gente los hechos sobre Falun Dafa. Sale todos los fines de semana sin importar el clima. A veces estaba muy cansada de acompañarla.

Encontré que los practicantes más jóvenes eran de buen carácter. Son muy puros y compasivos, sin embargo, no suelo ver el lado bueno de mi hija. Todo lo que veo son cosas como que ella no termina rápidamente su tarea o que es desordenada. Siempre le grito y pienso que no ha mejorado nada. Es la misma actitud que tengo hacia otros practicantes. No vi sus lados buenos y solo miré sus defectos.

A veces siento que en la superficie estoy ayudando a mi hija a aprender a cultivarse, pero en realidad ella me está ayudando con mi cultivación. Vi mis apegos a través de sus comportamientos. También me di cuenta de que no debemos juzgar si un practicante es diligente o no desde la superficie. Las personas que son buenas para compartir no están necesariamente bien. ¡Algunos compañeros practicantes no destacables en realidad lo están haciendo muy bien!