(Minghui.org) Un residente de la ciudad de Changchun, provincia de Jilin, volvió a ser detenido seis meses después de haber sido puesto en libertad bajo fianza después de que el fiscal no encontrara pruebas suficientes para acusarlo. Ahora se enfrenta a juicio por practicar Falun Gong, una disciplina de cuerpo y mente que ha sido perseguida por el régimen comunista desde 1999.

Sr. Mu Junkui

El Sr. Mu Junkui, de 49 años, fue detenido por primera vez el 7 de septiembre de 2018, después de haber sido vigilado por la policía durante algún tiempo. La policía saqueó su casa y el almacén del negocio familiar. Muchas de sus propiedades personales y comerciales fueron confiscadas.

Los policías lo golpearon brutalmente, con golpes en la cabeza y el rostro, en la estación local y durante un examen físico en el hospital. Un agente lo esposó con tanta fuerza que se le hincharon las muñecas.

Fue puesto en libertad bajo fianza el 30 de septiembre debido a que el fiscal de la fiscalía de Kuancheng no tenía pruebas suficientes para acusarlo.

El Sr. Mu salió de la ciudad por negocios a finales de febrero de 2019 después de obtener la aprobación del fiscal. Tan pronto como regresó a Changchun el 20 de marzo, fue arrestado y puesto nuevamente bajo custodia en el centro de detención Nro. 1 de Changchun. El fiscal dijo que estaban tratando de concluir su caso y llevarlo a juicio.

No es la primera vez que es perseguido por su fe. Debido a que apeló por el derecho a practicar Falun Gong en Beijing el 21 de julio de 2001, fue arrestado y encarcelado en el campo de trabajo forzado de Tuanhe de 2001 a 2003.

En un intento por forzarlo a renunciar a su creencia en Falun Gong, los guardias lo encerraron en un confinamiento solitario y lo obligaron a sentarse en un pequeño taburete durante largas horas cada día. Sus nalgas pronto se infectaron. También le afeitaron la mitad del pelo para humillarlo.

Una vez los guardias electrocutaron al Sr. Mu con seis picanas y con una carga de 150.000 voltios por todo su cuerpo. Quedó severamente quemado. El dolor era tan insoportable que él sintió que le explotaba la cabeza. Estaba empapado de sudor. Al haber apretado sus dientes tan fuerte cuando estaba en estado de shock, provocó que todos sus dientes se aflojaran y no pudo comer alimentos sólidos durante más de dos semanas.