(Minghui.org) Antes de que el Sr. Li Guioliang, residente de la provincia de Henan, aprendiera Falun Dafa, una práctica antigua china espiritual y de meditación, sufrió de una enfermedad rara llamada espondilitis anquilosante [los síntomas descritos son los más parecidos a espondilitis anquilosante -una forma crónica de artritis].

Su columna estaba completamente rígida desde el cuello hasta la cadera. Su movilidad estaba afectada severamente, solo se podía mover lentamente debido a la inflexibilidad de sus rodillas. Los huesos de sus dedos y mandíbula estaban inmovilizados al punto que no podía usar su mano y apenas podía abrir la boca. Estuvo en esa condición por más de 20 años y en una ocasión sufrió un colapso nervioso por el sufrimiento intenso.

Después de que comenzara a practicar Falun Dafa, el poder curativo de Dafa lo ayudó mucho aunque no podía hacer los cinco ejercicios. Puede usar su mano y abrir la boca para comer. Su estado mental también mejoró mucho.

El Sr. Li quiso ser independiente, de manera que le pidió a su familia que le comprara un triciclo. Lo utilizó como un puesto en la calle para vender pequeña mercancía y con eso pudo ganarse el sustento.

Su historia ha inspirado a muchos.

El Sr. Li a menudo le decía a la gente cuán maravillo es Falun Dafa y que es incorrecto que el régimen comunista persiga una práctica tan buena. También les hablaba acerca de los tres principios de Falun Dafa -Verdad, Benevolencia, Tolerancia- e inspiró a la gente a ser mejor.

Una vez, un ladrón sostuvo una conversación con él y estuvo tan inspirado que dejó su mala conducta y empezó un negocio legítimo.

Su historia fue publicada en los medios locales. Un instituto de investigación médica también consideró un milagro ver mejoras en su condición física. Un doctor que lo había tratado anteriormente estaba maravillado al saber que estaba vivo y que su salud había mejorado notablemente.

Sin embargo, el Sr. Li fue arrestado en diciembre del 2015 por su creencia. Debido a que se rehusó a renunciar a Falun Dafa, fue sentenciado a la prisión de Zhengzhou. Aunque estaba severamente discapacitado, fue perseguido brutalmente. Lo maltrataron durante su arresto, y también fue abusado físicamente por los prisioneros al punto que estuvo en cama durante 6 meses.

Sin importar cuán brutal es la persecución, el Sr. Li persevera en su fe y habla acerca de las maravillas de Falun Dafa a quien se cruce en su camino. Su experiencia es un testimonio de la grandeza y magnificencia de Falun Dafa.