(Minghui.org) Comencé a practicar Falun Dafa en el invierno de 1998. Aunque no sé escribir bien pues solo asistí a las clases de educación primaria, me gustaría compartir mis increíbles experiencias. Deseo dar las gracias al Maestro Li y expresarle mi aprecio.

En noviembre de 2009 mi cuñada me pidió ayuda en la cosecha de maíz. Nuestros esposos estaban trabajando fuera del pueblo, así que dependía de mis dos hermanas y de mí, para cuidar de nuestras familias y de la granja.

Yo no contaba con la herramienta adecuada así que cosechaba el maíz con mis manos. Al estarlos echando dentro de la máquina de repente tropecé. Me levanté y seguí trabajando, pero tenía dificultad en cosechar el maíz. Miré mi mano y grité: “¡Perdí mi pulgar izquierdo!”. Al caerme mi mano izquierda tocó la banda, y mi pulgar y fragmentos de mis dedos medio e índice fueron cercenados.

Al escuchas mi grito ellas detuvieron la máquina y corrieron a auxiliarme. Sintieron miedo cuando vieron que mi pulgar se había perdido. Yo no tenía miedo ni sentía ningún dolor. Mi única preocupación era que sin mi pulgar no podría unir mis manos cuando hiciera los ejercicios o enviara pensamientos rectos.

Me sentí ansiosa. Sangraba muchísimo y me dolía el pecho. Sudaba tan profusamente que mi abrigo estaba empapado. Sentí que había alcanzado el límite de mi capacidad de tolerar. Grité: “¡Maestro, ayúdame!”. Después de un rato dejé de sudar y mi pecho dejo de dolerme. Lágrimas de aprecio y reconocimiento brotaron de mis ojos. “¡Gracias Maestro! Por favor dame fortaleza”.

Mis hermanas me llevaron al hospital. Mi cuñada le preguntó al médico: “¿Es posible volver a unirle su pulgar?”.

“Sí, pero en general una de 10,000 de estas cirugías es exitosa. Con ansiedad le dije al médico: “Por favor, intente unir de nuevo mi pulgar, es importante”. En mi corazón imploré al Maestro que me diera fuerza. Sabía que tenía que atravesar esta tribulación.

El médico me preguntó qué edad tenía. Dije que tenía 47. Dijo que no lo haría si tuviera más de 50 años. Cuando pidió el pulgar, exclamé: “¡Está en casa aún!”. De inmediato llamé a mi familia para que buscaran mi pulgar. Lo encontraron debajo de la banda. Cuando lo llevaron al hospital habían pasado más de 4 horas desde que mi pulgar fue amputado.

El doctor me operó y volvió a colocar mi pulgar. Ya eran más de las 11 de la noche Mi cuñada pasó la noche en el hospital conmigo. El médico le dijo que pusiera mucha atención a mi pulgar: "si se pone negro avísanos. Si se pone negro, significa que está muerto y tenemos que quitarlo”. A la mañana siguiente, el médico le preguntó a mi cuñada cómo se veía mi pulgar. Dijo que durante la noche se movió cuatro veces solo. El doctor estaba sorprendido. Lo examinó pero no dijo una palabra. Mi esposo regresó a la ciudad y vino a verme.

La mañana del cuarto día, cuando la enfermera jefa me tocó el pulgar, lo sentí e inmediatamente volví la cabeza. Ella dijo: “Me asustaste. Pensé que estabas dormida”. Dos días después, la jefa de enfermeras me tocó el pulgar de nuevo cuando estaba medio dormida. Lo sentí, así que abrí los ojos. Ella dijo: “Me asustaste de nuevo. ¿Puedes sentir tu pulgar?”. “Sí”, contesté. La escuché decir mientras salía de la habitación: "¡Imposible! ¡Imposible!”.

Justo cuando ella salía, mi esposo llegaba. Él le preguntó qué era imposible. Ella le respondió: “El pulgar ya puede sentir en tan poco tiempo. Yo no esperaba que la cirugía tuviera éxito. ¡Esto es realmente increíble!”. Mi esposo dijo: “Para nuestra familia esto no es tan insólito”. Ella dijo: “He sido la jefa de enfermeras durante diez años y nunca había visto algo como esto. Su esposa no es joven y su pulgar no tuvo suministro de sangre durante horas. Sin embargo, el pulgar ha recuperado su sensibilidad tan rápidamente después de la operación. ¡Esto es realmente un milagro!".

Continuó diciendo: “Hace varios años, un joven de unos 30 años accidentalmente se amputó el dedo. Usó una cuerda para frenar su carreta, y la cuerda le cortó el dedo. Inmediatamente vino al hospital. El médico le hizo un pequeño corte en la barriga y metió el dedo para que se conservara. Tras la cirugía, su dedo recuperó la sensibilidad dos meses después. ¡El dedo de su esposa recuperó la sensación unos días después de unirlo nuevamente! Esto es realmente asombroso”.

Permanecí en el hospital por más de dos semanas. Antes de irme, el médico me dijo que aunque podía sentir mi pulgar, tomaría por lo menos otros dieciocho meses antes de llegar a estar completamente funcional. Me pidió que regresara en 3 meses para obtener un certificado de discapacidad, lo que me daría derecho a una pequeña pensión.

Pasaron tres meses. Pensé que ya que mi pulgar se había recuperado, ¿para qué obtener un certificado de discapacidad? Si lo hiciera, significaría que reconocía mi discapacidad. No debía obtener ese certificado sin importar cuánto dinero recibiera.

Esa noche tuve un sueño. Shifu me dio un dedo que brillaba como el oro. Era muy hermoso. Le dije a Shifu: "Maestro, este dedo es maravilloso, ¡me encanta!". Al día siguiente, cuando toqué un vaso de agua caliente, mi pulgar sintió el calor. Sabía que la sensibilidad y la movilidad de mi pulgar habían sido restauradas. Shifu me salvó el pulgar. Es realmente como el Maestro dijo:

“Con los dizi repletos de pensamientos rectos, el Shifu posee el poder de llevarlos al Cielo” (Bondades entre el Shifu y los dizi, Hong Yin II).

Fui al hospital y llevé información sobre Falun Dafa. Le dije al doctor: “Examine mi pulgar. Está recuperado y puede sentir. No quiero el certificado de discapacidad”. El médico me preguntó cómo me recuperé tan rápido. Le dije que era porque practico Falun Dafa. Le di los volantes y le dije: “Para agradecerle por realizar la cirugía, me gustaría brindarle información sobre lo que es más valioso en mi vida: Falun Dafa. Espero que lea esto y lo comparta con otras personas”. Él dijo:" Sí, lo haré”.

Mis "tumores"

Cuando tenía poco más de 50 años, comencé a tener un sangrado menstrual especialmente abundante. Me dolía mucho el abdomen y no podía comer ni trabajar. Soy practicante y sé que Shifu me está cuidando. No pasaba nada malo y esos síntomas de enfermedad no eran reales: yo estaba bien. Mi familia estaba preocupada. Mi nuera insistió en que fuera al hospital para ser examinada. Sentí que no importaba si me examinaban o no, ya que no tenía problemas de salud. Entonces, acepté ir.

El resultado del examen mostró que tenía dos tumores uterinos. Uno medía 6,2 centímetros y el otro medía 2,7 centímetros. Mi familia insistió en que me operara. Me negué. Les dije que estaba bien. No me creyeron y movilizaron a los otros familiares para convencerme de que me operara. Al final, mi hijo dijo: “Nos dices que puedes recuperarte solo practicando Falun Dafa. Dinos cuándo te recuperarás para que podamos sentirnos seguros”. Dije que en un mes los tumores desaparecerían.

Sabía que la falsa apariencia de los tumores estaba probando mi fe en Shifu. Creía firmemente en Shifu y en Dafa y no reconocí el arreglo de estas viejas fuerzas. Me recordé que los practicantes no están enfermos. Pero aún debo tener yeli. Debo pasar bien esta prueba. Estudié fervientemente el Fa, hice los ejercicios y me cultivé. Con la ayuda compasiva de Shifu, identifiqué mis apegos y avancé. Finalmente pasé esta prueba. Un mes después, mi sangrado menstrual se redujo y mi abdomen ya no me dolía. Podía comer y trabajar. Al ver mis cambios, mi familia dejó de hablar de cirugía. Sabía que el Maestro vio que mi xinxing había mejorado, así que eliminó la manifestación de la "enfermedad".

He experimentado muchas, muchas cosas increíbles. Después de comenzar a practicar Falun Dafa, el Maestro nos ha protegido a mi familia y a mí. No hay palabras que puedan describir mi agradecimiento. La única forma en que puedo pagar la benevolencia de Shifu es cultivándome diligentemente.