(Minghui.org) Soy una mujer jubilada de 64 años que practica Falun Dafa. Empecé a cultivarme en 1996, a la mañana siguiente, vi una flor de loto. Cuando fui a trabajar, vi la palabra "Felicidad" grande, ondeando en el cielo como una banderola. Entendí que el Maestro de Falun Dafa me estaba animando.

El año pasado, ocurrió un incidente que me ayudó a entender que, cuando realmente creemos en Shifu y en Dafa, no hay tribulaciones que no podamos superar.

Manteniendo pensamientos rectos

Recordando mi viaje de cultivación, creo que he recorrido mi sendero constantemente todos estos años, con la ayuda y la protección de Shifu. Hice las tres cosas que se supone que los practicantes deben hacer, ayudé a muchos practicantes a superar las tribulaciones y cooperé con otros para rescatar a los practicantes que estaban siendo perseguidos.

Muchos practicantes pensaban que tenía fuertes pensamientos rectos y un buen entendimiento del Fa. Yo también pensaba que iba bien por mi camino de cultivación, lo que me hizo complaciente, y no hice ningún esfuerzo para deshacerme de este pensamiento.

Durante el Año Nuevo Chino 2018, estaba muy apegada al sentimentalismo e incluso llevé a la generación más joven de nuestra familia a visitar las tumbas de parientes fallecidos. Mi comportamiento de una persona común contribuyó a mis tribulaciones, y las viejas fuerzas quisieron perseguirme severamente.

Shifu dijo:

“El qing es algo entre la gente común; la gente común vive simplemente por el qing”.

“Muchos, al no poder contenerse, se causan dificultades en su xiulian” (Sexta Lección, Zhuan Falun).

En el octavo día del Año Nuevo 2018, salí junto con otra practicante a aclarar la verdad sobre Dafa. En otra dimensión, de repente una sustancia negra llegó de la nada y se adhirió al lado izquierdo de mi cabeza. Traté de atraparla con mi mano y envié pensamientos rectos para eliminarla.

Le dije a la sustancia: "¿Quién te crees? ¡Soy una discípula de Dafa, y no puedes interferirme!”.

Inmediatamente, la gente a mi alrededor se veía borrosa, y sentí una enorme presión en mi cabeza. Después de un tiempo, mi corazón se sintió incómodo. Fui a un baño en un centro comercial y tuve diarrea y vómitos.

Sentía el lado derecho de mi cuerpo débil y entumecido, y mi ojo derecho y mi boca se torcieron hacia la izquierda. Mi cuerpo también se inclinó hacia la izquierda. No tenía miedo y sabía que las viejas fuerzas trataban de impedirme hacer lo que debía hacer como practicante.

Acechada por entidades malvadas

Salí del centro comercial y todavía me sentía horrible. Las entidades malvadas me rodearon en otra dimensión, tratando de derribarme hasta el suelo. Me volví y les dije: "Soy una discípula de Dafa. No seré derrotada. Incluso si tengo brechas, no están calificadas para perseguirme. ¡Tengo a mi Shifu quien me está cuidando!". Lo repetí tres veces, pero no se dieron por vencidas.

En esta dimensión, la otra practicante vio que no podía caminar derecha. Mi conciencia principal y mis pensamientos rectos permanecieron fuertes. Parecía que se llevaba a cabo una intensa batalla para quitarme la vida. Logré dejar ir el pensamiento en la vida y la muerte, y me dije: "Tengo a Shifu y a Dafa. No importa qué tipo de trucos usen estas entidades malvadas, no tendré miedo".

Al final, estas entidades malvadas no lograron su objetivo. Shifu me salvó.

Shifu dijo en Exponiendo el Fa en Nueva York:

“Esta es la diferencia entre un humano y un dios. Si puedes abandonar la vida y la muerte de una sola vez, ya eres un dios. Si no puedes abandonar la vida y la muerte, eres un humano; esta es la diferencia”.

Ese día montaba una motocicleta y quería volver a casa. Pero la practicante sugirió que no lo usara. Le dije que estaría bien y que el mal no era nada. Pareció que se tranquilizó y se subió atrás de la moto.

Había mucho tráfico en la carretera. Mi visión aún no era buena, y no tenía fuerzas en mi mano derecha. Me detuve más adelante en la carretera y me bajé de la moto. Mis piernas estaban débiles y no me podía parar bien. Muy pronto, la motocicleta cayó encima de nosotras. Me dolían las piernas y un peatón nos ayudó a levantarnos.

La practicante insistió en que dejáramos la motocicleta para tomar el autobús de regreso a casa. No la escuché y le dije que ella puede tomar el autobús, pero que yo continuaría en mi motocicleta.

Después de un kilómetro, tuve que parar. Vomité, y la motocicleta volvió a caer sobre mí. Un peatón me ayudó a levantarme.

En ese momento, me alcanzó la otra practicante. No había tomado el autobús y estaba preocupada por mí. Estaba en sus 70 años y se veía muy cansada. Me sentí avergonzada y realmente conmovida por su bondad. Ella logró encontrar un taxi, y el conductor nos llevó a casa.

Mi apartamento estaba en el segundo piso, y me costó trabajo subir las escaleras. Tuve que apoyarme en las barandillas y arrastrarme hacía arriba. Cuando llegué a mi piso, mi esposo salió a ayudarme. Me dijo que descansara y luego salió a buscar la motocicleta con la otra practicante.

Después de bañarme, me arrodillé frente a la foto del Maestro y le dije: "Shifu, no lo hice bien y lo hice preocupar. El mal trató de quitarme la vida. Gracias por ayudarme a mantener pensamientos rectos, darme fuerza y protegerme para poder atravesar la tribulación".

Las lágrimas rodaban por mi rostro.

Resistiendo los vínculos afectivos con la familia

Como mencioné anteriormente, me había llevado a la generación más joven de nuestra familia a las tumbas de los parientes fallecidos, lo que mostró que todavía estaba apegada emocionalmente a mi familia.

Shifu dijo:

“El xiulian tiene que tener lugar en medio de esta tribulación para ver si puedes cortar y abandonar o no las siete emociones y seis deseos, y tratarlos con ligereza o no. Si justamente te aferras a esas cosas, no podrás completar tu xiulian. Todos los asuntos tienen sus relaciones causales y predestinadas; ¿por qué los seres humanos pueden ser seres humanos? Precisamente porque hay qing dentro de los humanos; el hombre vive justamente por este qing” (Cuarta Lección, Zhuan Falun).

Hay 20 miembros en nuestra familia y abarcan varias generaciones. Después de que se enteraron de mi incidente, todos vinieron a verme. Intentaron todo para que fuera al hospital, pero no me movieron.

Cuando se dieron cuenta de que no podían convencerme, algunos fueron al hospital y pidieron consejo a los médicos. Un médico dijo que los síntomas sonaban como si hubiera tenido un accidente cerebro vascular o una hemorragia cerebral y que necesitaba ir al hospital inmediatamente. Incluso enviaron una ambulancia para recogerme.

Sabía que era un truco de las viejas fuerzas. Le dije a mi familia: "¿No ven que ahora ya estoy bien? Soy cultivadora y mi Shifu me está cuidando. Por favor, tengan la seguridad de que voy a estar bien”.

Dijeron que estaba siendo egoísta. Mi corazón no se movió. Mi hija dijo que me llevaría al hospital para que me revisaran y que no tendría que quedarme allí. Le dije: "Si realmente quieres lo que es bueno para mí, por favor deja de obligarme a ir al hospital. Estaré bien. No te preocupes".

Mi hija aún no lo soltaba y mi familia estaba muy ansiosa. Les dije: "Mi Shifu puede hacer todo porque Él es el que crea todo. ¡Mi pequeña incomodidad no es nada!".

Al ver que era tan perseverante, me dejaron quedarme en casa.

Superando la interferencia

La noche después del incidente, me miré en el espejo y vi que mi ojo derecho estaba caído y que no lo podía abrir bien. Mi visión todavía era borrosa, y tenía problemas con mi oído. No tenía fuerza en la pierna derecha y no podía estar parada mucho tiempo.

Envié pensamientos rectos durante media hora y comencé a estudiar el Fa. Sin embargo, las palabras estaban distorsionadas. Les dije a las viejas fuerzas: "Están cometiendo un pecado al no dejarme estudiar el Fa. Incluso si tengo brechas, no tienen derecho a interferir conmigo. ¡Todo lo que me sucede es decisión de mi Shifu!".

Continué estudiando el Fa sin importarme si reconocía las palabras o no. Después de unos diez minutos, cuando llegué a la segunda página, de repente, pude ver todas las palabras claramente.

Después de estudiar el Fa, comencé a hacer los ejercicios. Pero no pude hacer el segundo ejercicio porque no podía pararme bien. Así que me lo salté. También me lo salté al día siguiente. Entonces, me di cuenta de que era yo quien tomaba las decisiones para mi cuerpo, así que enderecé mi pierna derecha con la mano y me paré allí para terminar los ejercicios. Seguí resistiendo la interferencia de las viejas fuerzas y negando sus arreglos.

A partir de ese día, hice los cinco juegos de ejercicios dos veces al día y estudié tres lecciones de Zhuan Falun diariamente. Envié pensamientos rectos con frecuencia y miré hacia adentro continuamente.

Mi familia sabía que no podían hacer que fuera al hospital, así que pidieron a algunos practicantes que vinieran a mi casa para estudiar el Fa y enviar juntos pensamientos rectos. Ellos vinieron por tres días, y luego les dije que ya no vinieran más porque no quería interrumpir sus esfuerzos para salvar a la gente. Estaba recuperando mi fuerza y mi cuerpo estaba volviendo a la normalidad.

Para el cuarto día, quería salir a aclarar la verdad. Salí con otros practicantes y ayudé a dos personas a renunciar al partido comunista chino y a sus organizaciones juveniles. No podía ver lejos o claramente, y los practicantes me ayudaron a tomar el autobús todos los días.

El primer par de días, debido a mi condición, solo podíamos quedarnos en mi vecindario. Pensé que iría en motocicleta a lugares más lejanos en cuanto mi visión mejorara.

Pero pasaron un día y luego dos días, y mi visión seguía igual. Me preguntaba por qué mi cuerpo se recuperó tan rápido, pero mi visión no. Me pregunté: "¿Debería esperar hasta que mi visión mejore, y después podré montar mi motocicleta para aclarar la verdad? ¿Es este un pensamiento correcto? Dafa es sobrenatural. ¿Cómo podría usar las nociones de la gente común para hacer las cosas?".

Decidí montar mi motocicleta al día siguiente.

Mientras preparaba la motocicleta, descubrí que podía ver las cosas con claridad. Fue realmente como dijo Shifu:

“…cambiando las nociones,
eliminando la decadencia,
la luz brillante aparece” (Nueva vida, Hong Yin).

Me tomó diez días volver a mi estado normal. Le agradecí a Shifu desde lo profundo de mi corazón.

Lecciones aprendidas

Después de experimentar esta tribulación, calmé mi mente y miré hacia adentro. Aunque había negado los arreglos de las viejas fuerzas, ¿por qué me impusieron su voluntad? Debo tener algunas brechas. Además de los apegos a las emociones y la complacencia, también encontré otros apegos:

1. Estaba orgullosa por tener la sabiduría de iluminarme al Fa, y me convencía de que me había cultivado bien. Quería saber qué estaba pasando a mi alrededor y hacía que los practicantes confiaran en mí. Esto interfirió con ellos, impidiéndoles tomar el Fa como Maestro y caminar sus propios senderos.

2. Hablaba a espaldas de los practicantes y a menudo encontraba defectos en los demás. No apreciaba sus fortalezas y carecía de compasión.

3. No me gustaba cuando otros me criticaban, y trataba de impedir que expusieran mis debilidades. Cuando lo hacían, discutía y empujaba la culpa a los demás. A veces me enojaba, me quejaba y destrozaba a los que me criticaban.

Todavía recuerdo que un practicante me había recordado mis problemas. Me gustaría aprovechar esta oportunidad para disculparme con los que he atacado. Gracias por ser tan desinteresados y gentiles.

4. Todavía tengo apegos, como la agresión, la ostentación, la competitividad y los celos. Necesito trabajar más duro para eliminarlos.

Shifu ha soportado mucho por nosotros, para que tengamos más tiempo para salvar a más personas. Debo atesorar la oportunidad y cultivarme mejor. Quiero armonizarme con Dafa y hacer todo lo que Shifu les pide a los practicantes.