(Minghui.org) Estuve atascada y caí en un largo período de depresión a los 20 años de edad. Desesperada por encontrar una salida, me uní a un grupo y viajé a la tierra sagrada budista de Lhasa en el Tíbet.

Alguien en nuestro grupo tenía una copia de Zhuan Falun y un día hojeó las páginas conmigo. Tan pronto como vi la foto del autor en la primera página, inmediatamente sentí una sensación de calma y seguridad que nunca antes había experimentado. Pensé: "¡Esto es! ¡Esto es lo que quiero!”. Tenía una confianza abrumadora en el autor de este libro.

Elegir practicar Falun Dafa

Mi padre fue severamente perseguido por el partido comunista chino (PCCh) durante la revolución cultural cuando yo era joven. Mi madre me advirtió que no dijera nada sobre ese período de tiempo o sobre el PCCh. Hice lo que me aconsejó.

Me volví introvertida e insociable. Me gustaba estar sola y leer era mi único pasatiempo. Sin embargo, cuanto más leía, más me volvía insegura sobre el significado de la vida y parecía muy perdida.

Tan pronto como leí Zhuan Falun, tomé una decisión inmediata: ¡practicaré Falun Dafa!

A partir de entonces, seguí las enseñanzas del Maestro Li Hongzhi (el fundador) y me embarqué en mi camino de cultivación.

No pasó mucho tiempo antes de que Jiang Zemin, el cabecilla del PCCh, lanzara una brutal campaña de persecución contra Falun Dafa. La propaganda y los rumores estaban por todas partes. Mi familia, mi lugar de trabajo y todos los aspectos de la sociedad me presionaron para tomar una decisión.

Sin pensarlo mucho, elegí creer en Shifu. 

En tiempos tan difíciles cuando la gente trata de engañarse y burlarse unos a otros, Shifu nos enseña Verdad-Benevolencia-Tolerancia y cómo vivir según estos principios. ¿Quién podría ser más confiable?

Mucha gente practicaba Falun Dafa en mi lugar de trabajo. La gerencia nos puso a todos en una tal llamada "clase de estudio" y exigió que escribiéramos una declaración de garantía de que abandonaríamos nuestra creencia.

Me negué a escribirla, por lo que la gerencia presionó a mi esposo para que escribiera una por mí. Les dije que no reconocería nada de lo que escribiera mi esposo.

Perder mi camino

Fui detenida ilegalmente en un campo de trabajos forzados y no pude hacer frente. Eventualmente perdí mi determinación y voluntad de continuar en mi creencia. Sucumbí e hice muchas cosas terribles. Tan pronto como salí de allí, lamenté profundamente lo que había hecho. Lloré desconsoladamente en el suelo frente al retrato del Maestro y no quería vivir más.

Mientras lloraba, un pensamiento de repente me golpeó, "Nada podría ser más triste que verte allí tirada en lugar de levantarte".

Dejé de llorar y miré el retrato del Maestro. Esta línea del Fa del Maestro vino a mi mente: "¿Cómo puede un practicante estar libre de faltas?" (Cómo dar asistencia, Escrituras esenciales para mayor avance).

Entonces, me calmé y me dije: "Entre los innumerables seres en el cosmos el Maestro te ha elegido para ser un discípulo de Dafa. ¡Puedes hacerlo! Cumple con el título de ser un discípulo de Dafa. Cuando tropieces y caigas, ¡levántate y sigue adelante! Creer que puedes hacerlo es creer en Shifu".

A mi entender, tenemos opciones en cada momento de nuestro camino de cultivación. Cada elección que hacemos no solo es muy importante para nosotros, sino que también afecta a los seres conscientes.

La compasión puede cambiar los corazones de la gente

Me llevaron a un campo de trabajos forzados por segunda vez. Los guardias en estos campos generalmente asignan a los drogadictos para que sean sus "ayudantes" y hagan el trabajo sucio del PCCh para perseguir a los practicantes. Las dos "ayudantes" que me asignaron fueron apodadas "Tomboy" y "Tiburón". Eran conocidas por ser creativas al torturar a sus víctimas y golpearlas sin piedad.

Un día, "Tiburón" comenzó a mover su puño hacia mi cabeza.

Al mirar su rostro joven pero violento, mi corazón se sintió profundamente entristecido, y pensé: “¿Qué podría haberla hecho sentir tanto odio hacia una extraña total? Ella ya está en el camino de la autodestrucción por consumir drogas, ahora el malvado partido la está haciendo cometer pecados mayores. Esta pobre mujer ha hecho tanto mal por ignorancia. ¿Cómo será su futuro?".

Ante este pensamiento, me puse a llorar. De repente, su puño se detuvo en el aire y lentamente lo bajó a su lado. A partir de entonces, ella ya no me golpeó e incluso les dijo a los demás que no lo hicieran.

Shifu dijo:

"El Shan es extremadamente poderoso" (Exponiendo el Fa en el Fahui de Singapur).
[*
Shan significa "bondad", "amabilidad", "compasión", "benevolencia" (Shan en Zhen-Shan-Ren)]

Llegué a comprender que no importa cuán profundamente perdida esté una persona, siempre que decida ser buena, tiene esperanza.

Elegir creer

Cuando me llevaron por primera vez a un centro de detención, vi a una mujer de mediana edad llorando en la esquina de la celda. Me enteré de que era una granjera de hortalizas y que su tierra había sido apropiada pero que no había recibido una compensación justa. Había perdido su fuente de ingresos y fue a pedirle al gobierno. Pero cuando lo hizo, fue arrestada y detenida. No podía soportar el dolor y la indignación. Nadie podía calmarla, y ella no dejaba de llorar.

Les estaba contando a los reclusos sobre la persecución y les conté la historia de "Cuando los ojos del león se ponen rojos". La gente se reunió alrededor y noté que esta mujer, también estaba escuchando en el fondo.

Cuando terminé, ella se acercó y dijo: "Ahora lo entiendo. Al igual que pusa se convirtió en mendigo en la historia, estás transmitiendo el mensaje de que 'Falun Dafa es bueno'". Luego miró hacia la ventana, se arrodilló y comenzó a rezar.

No sabía por qué rezaba, pero sabía que ella había elegido creer. Se fue a la cama en silencio esa noche. Al amanecer, los guardias abrieron la puerta y la dejaron irse a casa. En medio de la confusión y las tribulaciones, ella eligió creer la verdad y experimentó la bendición por sí misma.

No podemos encerrarnos

Después de ser liberada, me encerré en casa para estudiar el Fa porque era todo lo que quería hacer. Un día, se me ocurrió una idea: "¿Cuál es la diferencia entre encerrarme en casa y estar encerrada en prisión?".

Esto me alarmó y pensé: "Las mentiras engañan a la gente del mundo y corren un gran peligro. Tú, por otro lado, quieres quedarte encerrada y buscar refugio en Dafa. ¿Eres digna del título de ser discípulo de Dafa?".

Inmediatamente dejé el libro de Dafa, tomé mi bicicleta y salí al campo para informar a la gente sobre Falun Dafa.

No había ido muy lejos antes de encontrarme con un hombre muy frágil. Me bajé de la bicicleta y lo saludé. Me dijo que solía ser un comandante militar pero que ahora tenía cáncer. También fue un miembro de larga data del PCCh. Le conté acerca de renunciar al partido y a sus organizaciones afiliadas para estar a salvo, y él dijo repetidamente: "¡Quiero renunciar!".

Estaba infinitamente agradecida con el Maestro por darme la oportunidad de elegir entre servirme o servir a los demás. Y como elegí lo último, tuve la oportunidad de ayudar a alguien a elegir un futuro brillante.

Me encontré con el mismo hombre de nuevo un mes después. Tenía las mejillas sonrosadas y se veía completamente diferente.

Ahora encuentro que todo es muy simple, porque todo depende de una simple elección: una opción para creer en Shifu, una opción para defender a Dafa y una opción para ayudar a ofrecer salvación a la gente.